La desmesura inviable de Pla
Cuando a un constructor presumiblemente devoto de la tajada y bien armado de colmillos retorcidos le pega la vena l¨ªrica y afirma que "de una escombrera har¨¢ un vergel", el ciudadano se echa mano a la cartera y se pone en guardia, por si las moscas: detr¨¢s de la floral met¨¢fora, adem¨¢s de una horterada, siempre puede ocultarse un PAI marcado de maletines. Si el ciudadano ya no se f¨ªa de algunos hombres y mujeres, en quienes deleg¨® el poder de su voto, para que le administraran y cuidaran, con decoro y transparencia, su ciudad, sus calles y avenidas, sus jardines, sus espacios urbanos para el di¨¢logo y el ocio, siempre le queda la posibilidad de pasaportarlos por la puerta trasera, tan pronto llegue el momento. Cuando una Comunidad como la que sufrimos y una ciudad con la identidad extraviada a golpe de excavadora, terminan ofreci¨¦ndonos el lamentable espect¨¢culo de un baratillo, donde se trapichea con el patrimonio com¨²n y se saldan solares, estadios, edificios, terrenos, con la recalificaci¨®n empe?ada bajo manga, para el enriquecimiento de cuantos saben c¨®mo untar algunas manos, algo muy grave est¨¢ sucediendo; tan grave y descarado que una ciudadan¨ªa informada, tomar¨¢ buena nota y despedir¨¢ tanta irracionalidad. El Plan Rabassa -15.000 viviendas, de ellas 9.000 de precio tasado-, es un reto de los intereses de una mercantil, al que han dado su aprobaci¨®n provisional no solo el Grupo Popular en el gobierno municipal, sino tambi¨¦n el Grupo Socialista, en la oposici¨®n; el ¨²nico no fue el de EU. El Plan Rabassa es un reto al sentido com¨²n, a los profesionales de diversas disciplinas y a un urbanismo solvente. El arquitecto Manuel Ay¨²s, de la Plataforma contra el Plan Rabassa, manifest¨® su desacuerdo con la reuni¨®n que Carmen Rivera, presidenta del Colegio de Arquitectos, mantuvo con el constructor Enrique Ortiz, y a quien ofreci¨® la posibilidad de mejorar el pol¨¦mico PAI, lo que a juicio de Ay¨²s es inviable. Y de "desmesura inviable" calific¨® el proyecto el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, sin que el portavoz del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Alicante, Blas Bernal, comentara las cr¨ªticas de su l¨ªder que desacreditaban el PAI de Rabassa, al margen del PGOU. Pero, como se recog¨ªa en estas p¨¢ginas, "Pla ya ha marcado el camino que han de seguir los ediles del PSPV en el pleno de octubre, cuando deban pronunciarse de nuevo sobre el plan, ahora en fase de alegaciones". Alegaciones que a los socialistas les redactar¨¢ el ex rector de la Universidad de Alicante Ram¨®n Mart¨ªn Mateo, seg¨²n el diario La Verdad, y quien lo define de "aut¨¦ntico disparate". El pr¨®ximo d¨ªa 23 que se cierra el plazo de alegaciones, la Plataforma contra el Plan Rabassa presentar¨¢ un documento de unas 100 p¨¢ginas, de cuyo an¨¢lisis se desprenden las tremendas repercusiones negativas para la ciudad y sus ciudadanos, sus efectos perniciosos y devastadores social y ambientalmente, y que no se ajusta a derecho. El soci¨®logo Carlos G¨®mez Gil le ha asegurado al cronista: "Si nuestras alegaciones no son estimadas, acudiremos a los tribunales, para reclamar el mismo apoyo legal que se obtuvo, cuando se desestim¨® el Palacio de Congresos en el Benacantil, como pretend¨ªa el alcalde Alperi". El cronista, por discreto y por ahora, se guarda ciertos datos muy reveladores de tanto desatino: ciertos constructores, llegado el caso, suelen levantar un pared¨®n para acribillar la ciudad deseada.
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