Financiaci¨®n sanitaria e inmigraci¨®n
Como es sabido, el debate de la financiaci¨®n sanitaria origin¨® opiniones a favor y otras en contra de la propuesta del Gobierno central. De las ¨²ltimas, nos llama la atenci¨®n la alegaci¨®n de la presidenta de la Comunidad de Madrid, cuyo argumento central es el aumento de la poblaci¨®n debido al crecimiento del n¨²mero de inmigrantes. Es cierto dicho repunte, aunque se est¨¢ produciendo a ritmo elevado desde el a?o 2000, y de manera desigual entre las comunidades.
Lo llamativo en las declaraciones de la presidenta Aguirre como en las de otros dirigentes populares es el uso demag¨®gico de la inmigraci¨®n, en ocasiones como impedimento y en otras como excusa.
Ante la imposibilidad de cumplir su promesa de reducir el tiempo de espera, la excusa era las masas de inmigrantes que vienen a curarse en los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid. Se suma al carro de criticar la regularizaci¨®n, esgrimiendo, como es habitual, la consigna del efecto llamada. Dejando lejos de atenci¨®n a los sectores econ¨®micos que sacan tajada del empleo de inmigrantes clandestinos a costa de ¨¦stos y de la Seguridad Social. Por cierto, el bocado, nada despreciable, de 3.000 millones extras para la Seguridad Social, de los cuales una parte ha sido desviada al fondo de pensiones.
Con tan s¨®lo este aspecto positivo, se puede alabar la regularizaci¨®n anterior y pedir medidas para los que no han podido acogerse a ella, porque la regularizaci¨®n significa reducir la econom¨ªa sumergida, aumentar los ingresos de la Seguridad Social y al mismo tiempo hacer visibles a los llamados clandestinos.
Estos que ahora le sirven a la presidenta Aguirre para pedir m¨¢s fondos.
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