?Venales o c¨ªvicos?

En el Ayuntamiento de Elda, cuatro concejales del PP han apoyado una macrourbanizaci¨®n patrocinada por el alcalde socialista, el turbio Juan Pascual Azor¨ªn. Campo de golf, hotel y 7.500 viviendas, una bendici¨®n para el pueblo. Lo malo es que entre los terrenos a recalificar hay 800.000 metros cuadrados de protecci¨®n especial. Minucias. En Cabanes, en cambio, han sido cuatro los concejales del PSPV que han votado con el PP para que se adjudicase el PAI de Mundo Ilusi¨®n. La nota com¨²n entre unos y otros mun¨ªcipes es que se han pasado por el forro la l¨ªnea oficial del partido, esto es, que han ejercido de tr¨¢nsfugas, ocasionales o definitivos, que ya se ver¨¢.

No son los ¨²nicos episodios, aunque s¨ª los ¨²ltimos, o tal creemos, de ediles que han roto la disciplina partidaria a ra¨ªz de una propuesta urban¨ªstica. Si los citamos es precisamente por eso, por su inmediatez, adem¨¢s de por la simultaneidad del suceso y la simetr¨ªa aritm¨¦tica de los conversos: cuatro aqu¨ª, cuatro all¨ª. Donde las dan las toman, o lo que viene a ser lo mismo: en punto a ¨¦tica y convicciones ambos grandes partidos andan parejos cuando tercia la pol¨ªtica del ladrillar y el saqueo territorial. El portavoz socialista en esta materia, Eugenio Burriel, puede desga?itarse predicando otra cosa -que tampoco est¨¢ claro qu¨¦ sea-, pero muchos de sus compa?eros en funciones edilicias est¨¢n a lo que convenga, y siempre por el bien del municipio, faltar¨ªa m¨¢s.

Es una observaci¨®n, simplemente, no una condena. Incluso vendr¨ªa al pelo romper una lanza por la integridad de los mun¨ªcipes valencianos de aquellas comarcas m¨¢s asediadas por la codicia urbanizadora. Claro est¨¢ que los hay perversos, incluso venales, por m¨¢s que no pueda probarse la causa de su mejorado estatus econ¨®mico. Pero, en realidad, son menos de cuantos habr¨ªa que esperar habida cuenta de las presiones a que est¨¢n sometidos. Sus mismos convecinos les tienen por ladrones si se enriquecen, y por tontos si no lo hacen aprovech¨¢ndose del cargo. Y est¨¢ adem¨¢s, y sobre todo, el acoso de los promotores, tent¨¢ndoles con el oro y el moro, o simplemente con la presunta bondad de la ambiciosa iniciativa ladrillera en tr¨¢mite.

El consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, ha propuesto al PSPV un acuerdo sobre la pol¨ªtica urban¨ªstica. Los socialistas se han apresurado a rechazarlo, y nos tememos que lo han hecho con mucha precipitaci¨®n. Habr¨ªa que conocer los t¨¦rminos del consenso, que a nuestro juicio deber¨ªa incluir un punto principal. Siendo as¨ª que el mogoll¨®n de la acci¨®n de gobierno y de la econom¨ªa es la promoci¨®n de vivienda y obra p¨²blica en gran escala, las candidaturas municipales habr¨ªan de ser avaladas por empresas del ramo. Los partidos pondr¨ªan los candidatos, pero todos sabr¨ªamos para qu¨¦ constructores patrocinadores trabajan. M¨¢s o menos como ahora en no pocos casos, pero sin tapujos, con plena transparencia. Los empresarios del ramo no s¨®lo se distinguir¨ªan por la vastedad de sus PAI, por los clubes de f¨²tbol que han adquirido o los signos externos que exhiben, sino tambi¨¦n por el elenco o cuadra de concejales que controlan y nutren.

Puede parecer una chanza, pero s¨®lo es una parodia y casi una anticipaci¨®n del municipalismo que se est¨¢ configurando a lo largo y ancho del pa¨ªs. ?Una segunda descentralizaci¨®n a favor de los Ayuntamientos, dicen? ?No se estar¨¢ pidiendo formalizar el poder de los promotores?