Un l¨ªder brillante
El Celta vence con dos grandes goles y aguanta la reacci¨®n del Sevilla
El Celta sub 25 de Fernando V¨¢zquez consolid¨® la honra del primer puesto con una curiosa mezcla de brillo y oficio. Lo primero lo puso antes del descanso, con un gol en el primer minuto que volte¨® al equipo sevillista. Si la calidad, plasmada en los dos goles, sorprende en un reci¨¦n ascendido, la seriedad con la que defendi¨® su ventaja es un valor a?adido para un equipo de la juventud del de Vigo. El Celta sabe jugar, pero si ha que cavar una trinchera, por V¨¢zquez no hay inconveniente. As¨ª que cuando salieron Saviola y Kanout¨¦, reservados por Juande Ramos, apenas tuvieron espacios. Acort¨® distancia el Sevilla, pero por errores de los m¨¢s veteranos en el Celta: Placente y Contreras, que con dos penaltis convirtieron en una victoria trabajada lo que iba para festival.
CELTA 2 - SEVILLA 1
Celta de Vigo: Pinto; Angel, Sergio, Contreras, Placente; Iriney, Borja Oubi?a, N¨²?ez (De Ridder, m. 79), Jorge, Silva (Lequi, m. 83); Baiano.
Sevilla: Palop; Alves, Javi Navarro, Dragutinovic, David; Jes¨²s Navas, Maresca, Mart¨ª, Renato (Kanoute, m. 46); Adriano (Saviola, m. 46) y Luis Fabiano (Kepa, m. 64).
Goles: 1-0. M. 1. Centro de N¨²?ez desde la derecha que el brasile?o Baiano remata de espuela.
2-0. M. 14. Oubi?a recibe un saque de banda, se cuela en el ¨¢rea, regate a Javi Navarro y anota.
2-1. M. 53. Penalti de Contreras sobre Luis Fabiano que transforma Maresca.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez, perteneciente al colegio vizca¨ªno. Amonest¨® a Sergio y Placente por parte del Celta; y a Navas, Adriano, Kanoute, Alves y Dragutinovic, por parte del Sevilla.
Unos 15.000 eespectadores en el campo municipal de Bala¨ªdos.
El Celta puso la proa al Sevilla en diecis¨¦is toques y cincuenta segundos, tiempo que no alcanz¨® al equipo de Juande Ramos para echarle el lazo a bal¨®n. Cuando lo caz¨®, fue para sacarlo de su porter¨ªa. Toda una declaraci¨®n de intenciones del Celta, un equipo que ha recuperado la pasi¨®n por el juego. Renovado a su paso por Segunda, el l¨ªder ya no le busca atajos a los partidos, como ocurr¨ªa en sus ¨²ltimos a?os antes del descenso. Vuelve a ser un grupo comprometido con el bal¨®n, en el que no hay lugar para los pelotazos. Ocurre que a veces la paciencia es el camino m¨¢s corto, y con s¨®lo desplazar el bal¨®n de un lado a otro descoloc¨® a todo el Sevilla en menos de un minuto, en una jugada que culminaron N¨²?ez con un gran centro y Baiano con un remate de espuela.
El primer gol, un remedo del que abri¨® la cuenta en el Madrigal, derrib¨® el miedo a Bala¨ªdos que comenzaba a insinuarse en los de Vigo, despu¨¦s de un ascenso logrado lejos de casa y ante la experiencia del fracaso frente al Racing. Se comenzaba a hablar de las dificultades para vencer como local o de la falta de argumentos para superar espacios angostos. Tonter¨ªas.
Si el primer gol confirm¨® a Baiano, el segundo supuso el bautizo de Borja Oubi?a, un chico de la casa. Tan sencillo como sacar de banda y anotar, y tan complicado. Recibi¨® de las manos de Placente, se gir¨® y se lanz¨® a por el ¨¢rea, donde le esperaban Alves y Javi Navarro. Amag¨® hacia un lado, se fue por el otro y se vio solo delante de Palop, al que super¨® con elegancia. Certificar el rendimiento de Oubi?a en la ¨¦lite es uno de los retos de la temporada, y tiene la grada argumentos para el optimismo. Tras una larga lesi¨®n, comenz¨® alternando buenos momentos con otros m¨¢s irregulares, pero mezcla una buena colocaci¨®n defensiva con un desplazamiento del bal¨®n que da lustre al equipo. Y por lo visto, tambi¨¦n tiene gol.
Pas¨® el Celta por apuros por su empe?o en frivoliar en su ¨¢rea. No abunda tanto el error de bulto como la ingenuidad, que ayer le sirvi¨® al Sevilla dos penaltis en bandeja de plata. Y van cuatro en la temporada. El primero, una chiquillada de Placente que fall¨® Luis Fabiano; el otro, una frivolidad de Contreras que Maresca convirti¨® en gol. Con Saviola y Kanout¨¦ en el campo desde el descuento, los de Jande Ramos ense?aron las u?as, pero no tiene reparos el Celta en meterse en las cavernas cuando el viento va en contra. Se le podr¨ªa llamar oficio, si no fuera un equipo de chavales. Con los dientes apretados exprimi¨® el resultado. Ya sin vistosidad, pero con los tres puntos en el zurr¨®n, y como l¨ªder en solitario.El Celta sub 25 de Fernando V¨¢zquez consolid¨® la honra del primer puesto con una curiosa mezcla de brillo y oficio. Lo primero lo puso antes del descanso, con un gol en el primer minuto que volte¨® al equipo sevillista. Si la calidad, plasmada en los dos goles, sorprende en un reci¨¦n ascendido, la seriedad con la que defendi¨® su ventaja es un valor a?adido para un equipo de la juventud del de Vigo. El Celta sabe jugar, pero si ha que cavar una trinchera, por V¨¢zquez no hay inconveniente. As¨ª que cuando salieron Saviola y Kanout¨¦, reservados por Juande Ramos, apenas tuvieron espacios. Acort¨® distancia el Sevilla, pero por errores de los m¨¢s veteranos en el Celta: Placente y Contreras, que con dos penaltis convirtieron en una victoria trabajada lo que iba para festival.
El Celta puso la proa al Sevilla en diecis¨¦is toques y cincuenta segundos, tiempo que no alcanz¨® al equipo de Juande Ramos para echarle el lazo a bal¨®n. Cuando lo caz¨®, fue para sacarlo de su porter¨ªa. Toda una declaraci¨®n de intenciones del Celta, un equipo que ha recuperado la pasi¨®n por el juego. Renovado a su paso por Segunda, el l¨ªder ya no le busca atajos a los partidos, como ocurr¨ªa en sus ¨²ltimos a?os antes del descenso. Vuelve a ser un grupo comprometido con el bal¨®n, en el que no hay lugar para los pelotazos. Ocurre que a veces la paciencia es el camino m¨¢s corto, y con s¨®lo desplazar el bal¨®n de un lado a otro descoloc¨® a todo el Sevilla en menos de un minuto, en una jugada que culminaron N¨²?ez con un gran centro y Baiano con un remate de espuela.
El primer gol, un remedo del que abri¨® la cuenta en el Madrigal, derrib¨® el miedo a Bala¨ªdos que comenzaba a insinuarse en los de Vigo, despu¨¦s de un ascenso logrado lejos de casa y ante la experiencia del fracaso frente al Racing. Se comenzaba a hablar de las dificultades para vencer como local o de la falta de argumentos para superar espacios angostos. Tonter¨ªas.
Si el primer gol confirm¨® a Baiano, el segundo supuso el bautizo de Borja Oubi?a, un chico de la casa. Tan sencillo como sacar de banda y anotar, y tan complicado. Recibi¨® de las manos de Placente, se gir¨® y se lanz¨® a por el ¨¢rea, donde le esperaban Alves y Javi Navarro. Amag¨® hacia un lado, se fue por el otro y se vio solo delante de Palop, al que super¨® con elegancia. Certificar el rendimiento de Oubi?a en la ¨¦lite es uno de los retos de la temporada, y tiene la grada argumentos para el optimismo. Tras una larga lesi¨®n, comenz¨® alternando buenos momentos con otros m¨¢s irregulares, pero mezcla una buena colocaci¨®n defensiva con un desplazamiento del bal¨®n que da lustre al equipo. Y por lo visto, tambi¨¦n tiene gol.
Pas¨® el Celta por apuros por su empe?o en frivoliar en su ¨¢rea. No abunda tanto el error de bulto como la ingenuidad, que ayer le sirvi¨® al Sevilla dos penaltis en bandeja de plata. Y van cuatro en la temporada. El primero, una chiquillada de Placente que fall¨® Luis Fabiano; el otro, una frivolidad de Contreras que Maresca convirti¨® en gol. Con Saviola y Kanout¨¦ en el campo desde el descuento, los de Jande Ramos ense?aron las u?as, pero no tiene reparos el Celta en meterse en las cavernas cuando el viento va en contra. Se le podr¨ªa llamar oficio, si no fuera un equipo de chavales. Con los dientes apretados exprimi¨® el resultado. Ya sin vistosidad, pero con los tres puntos en el zurr¨®n, y como l¨ªder en solitario.
![?ngel (derecha) pugna por un bal¨®n con Adriano.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6SHXZZC7F6J7YCFY36M2FVI3HQ.jpg?auth=596a571363268336e0cb241b4c3e3701366ef082879901cd34c288276d86a884&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.