Moska crea canciones exquisitas para un pop sin etiquetas
El m¨²sico brasile?o presenta su nuevo disco en Madrid y Barcelona
Moska -antes Paulinho Moska- se define como artista contempor¨¢neo. Tudo novo de novo, su ¨²ltimo disco, el s¨¦ptimo desde que arranc¨® en solitario en 1993, acaba de editarse en Espa?a. Nacido en R¨ªo de Janeiro en 1967, se form¨® como actor, estudi¨® filosof¨ªa con un disc¨ªpulo de Deleuze y expone desde hace poco sus fotograf¨ªas distorsionadas. Ayer cant¨® en Madrid (Clamores), acompa?ado por su amigo Jorge Drexler, y el viernes estar¨¢ en Barcelona (Zac-Live Zacarias / La Boite).
"Este disco habla de la magia del arte para transformar nuestra vida", dice. "La vida es tr¨¢gica, pero lo que t¨² hagas por el camino para luchar contra la tristeza y la soledad est¨¢ en tus manos". Fotos de su rostro reflejado en diversos objetos ilustran el encarte de Tudo novo de novo. "El disco anterior era muy sombr¨ªo. Acababa de separarme de mi mujer y estaba viviendo un momento muy delicado. La gira coincid¨ªa con el inicio de la guerra de Irak y yo no lograba salir de los cuartos de hotel. Empec¨¦ a sacar fotos en los ba?os de un hombre triste, solo. Cuando ya ten¨ªa unas quinientas apareci¨® una muy bonita a la que puse nombre: L¨¢grimas de diamantes". Un mes m¨¢s tarde se le ocurri¨® la letra de una canci¨®n inspirada en el t¨ªtulo de aquella foto. "Una met¨¢fora del dolor convirti¨¦ndose en una nueva fuerza. Llevaba meses sin escribir y comenc¨¦ a buscar en las fotograf¨ªas otros t¨ªtulos para forzarme a escribir poemas y hacer canciones. Canciones cuyo tema era el encuentro con un nuevo d¨ªa".
"Me interesa que lo que me torne singular sea la diversidad", asegura. "Si me preguntan c¨®mo me defino digo que me siento un artista contempor¨¢neo. Un artista que s¨®lo puede nacer con la tecnolog¨ªa actual y la informaci¨®n de c¨®mo es el mundo".
Moska forma parte de una generaci¨®n que mezcla tradici¨®n con electr¨®nica, que tiene una visi¨®n panor¨¢mica y una aproximaci¨®n antropof¨¢gica de la m¨²sica. "El deseo de no convertirnos en un movimiento es algo que compartimos todos nosotros. Somos islas y puentes. La admiraci¨®n por nuestras diferencias es lo que nos hermana", explica.
Babelia
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