Encanto bot¨¢nico y detalles exquisitos

He aqu¨ª un ejemplo de c¨®mo una poco meritoria rehabilitaci¨®n de una antigua estaci¨®n de ferrocarril por parte de la Generalitat valenciana adquiere una d¨¦cada despu¨¦s, en las manos de un particular con talento y fina sensibilidad, el atractivo de un hotel con encanto. Sebasti¨¢n Lodder es este mago de la l¨¢mpara que, con la ayuda profesional de su mujer, Josefina Soifer, y su primo Mats Lodder, viene a demostrar que la buena conducci¨®n de un hotel reside en la exquisitez de los detalles y no tanto en el inventario legal de sus instalaciones y servicios.

Su intervenci¨®n en la vieja parada del tren ha tenido como prioridad el ¨¢mbito exterior, persuadido de que un hotel es esencialmente un escenario donde se juegan los roles de este mundo, y como tal debe cuidarse el atrezo hasta el ¨²ltimo punto de vista. As¨ª, la primera actuaci¨®n ha transformado el yermo alrededor del edificio en un jard¨ªn bot¨¢nico donde hoy florecen los rosales y los rododendros, los pinos y las enredaderas. Da gusto verlo y olerlo. Es muy agradable pasear por ¨¦l al amanecer o a ¨²ltima hora de la tarde, cuando el caser¨ªo medieval de Bocairent se disuelve en sombras.

El mismo vergel da vida a los interiores, dise?ados en su d¨ªa con cierto aire de prisi¨®n para turistas despistados y usuarios nost¨¢lgicos del Chicharra, como se conoc¨ªa al tren que cubr¨ªa el trayecto Yecla-Alcoy. Ahora se hospeda entre los muros del apeadero quien sabe apreciar el aplomo de un ficus en el sal¨®n, la ofrenda de un ikebana en el comedor o la sutileza de una rosa sin espinas en la balda de encima del lavabo.

La frialdad decorativa del primitivo hotel queda atemperada con la panoplia de ba¨²les y maletas que puebla sus rincones, las frazadas coloristas sobre los ¨¢ngulos de las camas, los suaves edredones, los sof¨¢s mullidos y las luces indirectas para la lectura o el descanso.

Es evidente que la poes¨ªa de L'Estaci¨® ya no se escribe sobre la barra del bar, sino en la mesa de la cena, a¨²n pendiente de algunas mejoras conceptuales, como sucede en la rima de platos que disuena en los desayunos. Lodder ha instalado una terraza de verano con sillones de rattan entre el edificio de la vieja estaci¨®n y su anexo.

Reconversi¨®n

Adem¨¢s de la piscina veraniega, proyecta en unos meses la reconversi¨®n de cuatro habitaciones esquineras en dos suites y la puesta en escena de otra suite de 115 metros cuadrados llena de lujos. Porque, herencia de la etapa anterior, el mobiliario de las actuales estancias es feo; los cabeceros, cursis; la iluminaci¨®n, deficiente, y de los cuadros m¨¢s vale no hablar. En lugar de orientar sus ventanas al jard¨ªn, como ser¨ªa deseable, todas miran a los patios interiores o, peor, a la zona trasera de almacenes y corrales. Pero el tr¨ªo del hotel promete ir corrigiendo poco a poco estas deficiencias estructurales y decorativas. Trabajo no les falta.