Barcelona perseguir¨¢ las pensiones ilegales y las 'camas calientes' para inmigrantes
El consistorio elabora un censo para localizarlas, clausurarlas y desentra?ar posibles delitos
El Ayuntamiento de Barcelona est¨¢ ultimando un censo de viviendas sobreocupadas para actuar contra los titulares de pisos y pensiones ilegales en los que se alquilan habitaciones a inmigrantes -e incluso camas calientes, las que se alquilan por horas y ocupa una persona nada m¨¢s levantarse otra- sin que ¨¦stas re¨²nan las condiciones m¨ªnimas de habitabilidad. Tras inspeccionar los pisos sobreocupados, la Administraci¨®n clausurar¨¢ los negocios ilegales y notificar¨¢ a la fiscal¨ªa los casos que puedan constituir un "delito de estafa contra las personas", aseguran fuentes del Ayuntamiento. C¨¢ritas ha alertado del aumento del n¨²mero de inmigrantes que acuden a ella en busca de ayuda para sufragar realquileres en ciudades del ¨¢rea metropolitana de Barcelona. La mayor¨ªa de ellos viven hacinados en pisos por los que pagan entre 200 y 250 euros mensuales.
El Ayuntamiento ha cerrado este a?o dos pensiones que alojaban ilegalmente a inmigrantes: un piso del Eixample y un bloque de viviendas de 20 metros cuadrados en el n¨²mero 15 de la calle de Fontrodona, en el barrio del Poble Sec. La Guardia Urbana descubri¨® la existencia de este inmueble a ra¨ªz de que en marzo los bomberos apagaran un incendio en ¨¦l. Entonces descubrieron varios incumplimientos de la normativa, como la distribuci¨®n del edificio en peque?os apartamentos que no seajustaban a las exigencias de habitabilidad y la falta de sanitarios.
Los vecinos del Poble Sec llevan desde 2001 denunciando la proliferaci¨®n de pensiones ilegales en viviendas del barrio. Enric Roya ten¨ªa enfrente de su casa, en la calle de Salv¨¤, un piso donde viv¨ªan hacinados un nutrido grupo de inmigrantes paquistan¨ªes. "En verano algunos hasta dorm¨ªan en el balc¨®n", asegura. Otro vecino explica que en la calle de Blai hay una "pensi¨®n encubierta". "A veces llamaban a mi timbre preguntando por la pensi¨®n, cuando no ten¨ªa constancia de que hubiera ninguna", explica.
La Uni¨®n de Asociaciones de Vecinos del Poble Sec tiene contadas decenas de viviendas sobreocupadas en el barrio. En ocasiones son pisos divididos en peque?os apartamentos que funcionan como pensiones y que cobran, seg¨²n los vecinos, 30 euros diarios. En otros casos se trata de las llamadas camas calientes, que se alquilan por turnos de ocho horas. Los que las contratan s¨®lo pueden permanecer en ellas durante estas horas. Luego entran otras personas con las mismas condiciones y as¨ª sucesivamente.
Un informe elaborado por C¨¢ritas constata el aumento del fen¨®meno del realquiler entre los inmigrantes que llegan a Barcelona, algo que parec¨ªa haberse extinguido tras las migraciones de la d¨¦cada de 1960.
"Hay numerosas posibilidades", explica una responsable de C¨¢ritas; "algunos propietarios se han dado cuenta de que realquilando sus habitaciones pueden sacar m¨¢s dinero del piso, y en algunas viviendas llegan a convivir tres y cuatro familias enteras. Existen situaciones en las que estas familias no tienen ni derecho a cocina, s¨®lo su habitaci¨®n, y en los casos m¨¢s precarios hablamos ya de las camas calientes permanentemente, en las que tres personas van rotando durante 24 horas".
Durante el primer semestre de 2005, 331 familias pidieron ayudas a C¨¢ritas para pagar sus realquileres, el 61% m¨¢s que en el mismo periodo de 2004. El n¨²mero de familias que pidieron ayuda a la organizaci¨®n para pagar una habitaci¨®n en un piso compartido con otras personas triplica el de las que la solicitaron para abonar el alquiler de una vivienda. Esta tendencia ya se dio en 2004, cuando el 52% de las personas con problemas de residencia que acudieron a C¨¢ritas viv¨ªan realquiladas. Seg¨²n la ONG, cada vez hay m¨¢s matrimonios que se encuentran en estas condiciones, lo cual no les permite desarrollar una vida familiar.
Conocer la situaci¨®n
El Ayuntamiento de Barcelona est¨¢ ultimando un censo, a partir de los datos del padr¨®n, de viviendas sobreocupadas de la ciudad para descubrir estos negocios ilegales. La concejal de Participaci¨®n Ciudadana, Solidaridad y Cooperaci¨®n, Assumpta Escarp, explica que el censo servir¨¢ para conocer "la situaci¨®n real", es decir, "cu¨¢ntas viviendas est¨¢n sobreexplotadas y cu¨¢ntas pensiones encubiertas hay". A partir del censo de viviendas se confeccionar¨¢ una lista de pisos sobreocupados, de la que se eliminar¨¢n todos los que tengan licencia de actividad (por ejemplo, las residencias de ancianos).
Esta tarea, prev¨¦ Escarp, finalizar¨¢ en octubre. Entonces, los pisos que queden en la lista ser¨¢n inspeccionados por cada distrito. "Cuando localicemos los alojamientos ilegales, deberemos irlos clausurando, siempre acompa?ados de los Servicios Sociales del Ayuntamiento", explic¨® Escarp. Este proceso, a?adi¨®, ser¨¢ "gradual" para poder atender las situaciones de precariedad con las que puedan encontrarse. Por ello, antes deber¨¢ incluirse en el Plan Municipal de Inmigraci¨®n, que establece las actuaciones del consistorio para facilitar la integraci¨®n de la poblaci¨®n inmigrada. Los responsables de C¨¢ritas coincidieron en que la acci¨®n del Ayuntamiento deber¨¢ ser progresiva para no crear otro problema, el que supondr¨ªan m¨¢s personas sin techo.Escarp puntualiz¨® que el proceso extraordinario de regularizaci¨®n ha permitido subsanar algunas situaciones de infravivienda que sufr¨ªa la poblaci¨®n inmigrante. "Muchos han podido acceder a un piso despu¨¦s de trabajar en condiciones. Pero adem¨¢s las personas que quieran optar al reagrupamiento familiar deben pasar una inspecci¨®n en la que demuestren que su casa re¨²ne los m¨ªnimos necesarios para reunir a los suyos", se?ala Escarp.
Sin embargo, varias ONG han apuntado durante el ¨²ltimo a?o que estas pensiones ilegales y las camas calientes son una de las pocas opciones para los reci¨¦n llegados. Los responsables de C¨¢ritas, por ejemplo, sostienen que una habitaci¨®n cuesta entre 200 y 250 euros mensuales, mientras que por una pensi¨®n convencional se pagan ya 900 euros al mes. Miquel Carrillo, de la Uni¨®n de Asociaciones de Vecinos del Poble Sec, explica que los pisos que se alquilan por habitaciones son viviendas viejas que antes ocupaban ancianos. "Se acabaron malvendiendo y las adquiri¨® gente que saca provecho de los inmigrantes", asegura.
Enric Roya, de la misma entidad, entr¨® con la Guardia Urbana en uno de estos bloques. "Las condiciones son p¨¦simas. Sal¨ªa gente de todos los rincones, dorm¨ªan en la terraza, hasta en los patios", relata. Aseguran que lo han denunciado en multitud de ocasiones. "El problema es que constantemente cambian los inquilinos, que dejan trastos en la calle. Hay problemas de convivencia porque son muchos y hacen ruido. Pero es que aqu¨ª hay tambi¨¦n un abuso contra los inmigrantes. Alguien se aprovecha de ellos, ?digo yo!", agrega Roya.
El Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona se desmarca de estas pr¨¢cticas y alega que hay una "comisi¨®n de ¨¦tica que establece un c¨®digo deontol¨®gico". "?Si a veces hasta se nos acusa de racismo por no alquilar pisos a inmigrantes! Esto tambi¨¦n es falso, no miramos la raza; l¨®gicamente, s¨ª la solvencia", explican.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.