Drogas, la cara oculta de Ir¨¢n
El r¨¦gimen de los ayatol¨¢s combate a los narcotraficantes, pero apenas atiende a m¨¢s de tres millones de drogadictos
Said entra cabizbajo en la habitaci¨®n y deja caer en una papelera el envoltorio de peri¨®dico que contiene su jeringuilla usada. "Esto s¨ª que es una bomba nuclear", exclama el doctor Bijan Nasirimanesh mostrando el contenido del recipiente, casi lleno a media ma?ana. En la antesala, varias decenas de heroin¨®manos esperan para cambiar sus jeringuillas o, los m¨¢s afortunados, recibir tratamiento sustitutivo con metadona, el primero que se realiza en Ir¨¢n, un pa¨ªs con tres millones de drogadictos, 40.000 de ellos por v¨ªa intravenosa.
A pesar de su aspecto fr¨¢gil y su dificultad para expresarse, Said tiene claro que el intercambio de jeringuillas es la ¨²nica forma de evitar el sida y la muerte. Tiene 33 a?os y lleva 10 a?os enganchado a la hero¨ªna. "Ya han muerto cinco colegas en el parque", argumenta mientras un enfermero apunta su nombre y le entrega un paquete con una nueva jeringuilla, agujas limpias, algod¨®n con alcohol, un cond¨®n y agua destilada. Este intercambio es parte de un programa m¨¢s amplio de Pers¨¦polis, la ONG que dirige Nasirimanesh.
"El 25% de los heroin¨®manos iran¨ªes analizados tiene el virus del sida"
"Una gota en un oc¨¦ano", lamenta el m¨¦dico, "apenas atendemos a medio millar de los 40.000 drogadictos que se inyectan; con la expansi¨®n del sida y la hepatitis de tipo B y C, las jeringuillas compartidas son una bomba de relojer¨ªa". Said est¨¢ en lista de espera para la metadona. "Tenemos 300 personas en su situaci¨®n", explica Nasirimanesh, que, de momento, s¨®lo puede facilitar ese tratamiento sustitutivo a 600 heroin¨®manos, 400 en este centro y 200 en otro de los cuatro que tiene abiertos en sendos distritos del sur de Teher¨¢n.
M¨¢s afortunada, Fariba, una de las pocas mujeres de la narcosala, acaba de recibir su dosis de metadona y en sus ojos hundidos se lee la gratitud. "Llevo ocho meses con el tratamiento y espero que poco a poco pueda reconstruir mi vida", conf¨ªa agarr¨¢ndose al ¨²ltimo hilo de esperanza. Ha entregado siete de sus 32 a?os a la droga. "Por las malas amistades", asegura. Su marido se divorci¨® de ella y se qued¨® con el hijo com¨²n. Ejerc¨ªa de camello para pagarse los chutes. Hasta que encontr¨® a uno de los voluntarios de Pers¨¦polis, un ex drogadicto que la trajo al centro.
El edificio, de tres plantas, fue cedido hace un a?o por el Ayuntamiento de Teher¨¢n, un verdadero cambio de actitud. "Hasta ahora, los responsables pol¨ªticos se concentraban en la lucha contra el narcotr¨¢fico; para los adictos el ¨²nico mensaje era: abstente o muere", recuerda este partidario de "minimizar los riesgos" que fund¨® el primer centro de intercambio de jeringuillas en 1999 en Marv Dasht, la localidad donde se hallan las ruinas de Pers¨¦polis (de ah¨ª el nombre de su ONG). Nasirimanesh y sus colaboradores han recorrido un largo camino desde aquellos d¨ªas en que, a falta de autorizaci¨®n para ofrecer un tratamiento sustitutivo, ped¨ªan a los camellos que trajeran pastillas de buprenorfina de Afganist¨¢n y orientaban a los drogadictos hacia su consumo. "La desintoxicaci¨®n no funciona: el 95% de los tratados vuelven a recaer", defiende el m¨¦dico, que entonces no pudo iniciar su programa de metadona porque en Ir¨¢n estaba incluida entre las drogas ilegales.
El cambio de actitud de las autoridades se debe en gran medida a la expansi¨®n del sida. El Ministerio de Sanidad reconoce la existencia de 11.221 seropositivos (11.288 hombres y 642 mujeres), pero la prensa local eleva el n¨²mero de infectados hasta 60.000, y la doctora Minu Moharrez, del Consejo Estatal para la Lucha contra el Sida, ha mencionado la cifra de 100.000. El creciente n¨²mero de art¨ªculos en la prensa local muestra hasta qu¨¦ punto preocupa el asunto.
"En Ir¨¢n hemos cruzado la l¨ªnea roja", admite Nasirimanesh. De los an¨¢lisis realizados a 500 drogadictos, un 25% est¨¢ infectado con el virus del sida. La alarma salta a partir del 5%. "Ya no tenemos tiempo para proyectos piloto. Tenemos que actuar. Por eso, aqu¨ª, el enfoque del problema es integral, y tambi¨¦n facilitamos condones y educaci¨®n sobre higiene sexual", explica el doctor. Un asunto muy delicado en un pa¨ªs donde las relaciones extramaritales son tab¨², aunque tal como conclu¨ªa un reciente editorial del diario Iran News, "los asuntos morales son importantes, pero la salud p¨²blica lo es m¨¢s".
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