Las esencias
Ha sido Austria ahora la preocupada por las esencias europeas, que ve en peligro por el mero comienzo de unas negociaciones entre la Uni¨®n Europea y Turqu¨ªa que nadie espera tengan consecuencias reales antes del a?o 2020 o 2025. Si acaso. El texto para la adhesi¨®n ya va minado de salvedades para el caso de que algunos miembros de la Uni¨®n Europea, o quiz¨¢s el propio candidato, lleguen a la conclusi¨®n de que el objetivo es un imposible o sencillamente no vale la pena. Hasta los m¨¢s fervientes adversarios de Turqu¨ªa se daban por satisfechos con los recursos existentes para paralizar o liquidar el proceso. Salvo el Gobierno de Viena, que tiene este mes un par de elecciones regionales y al que viene bien una buena cabeza de turco. Como en 1683.
De paso, el Gobierno hace un favor a la pr¨®xima cancillera de Alemania, Angela Merkel. Por eso de ir haciendo buenas migas. La pobre Merkel sigue, pese a haber ganado en Dresde por m¨¢s de cuatro puntos, dedicada a convencer a Gerhard Schr?der de que es cierto que las esencias de Europa han cambiado mucho y lo que antes era sencillamente rufianesco e intolerable hoy pasa por ser simplemente osado, como por ejemplo pretender haber ganado unas elecciones cuando se ha logrado medio mill¨®n de votos menos que el contrario.
Pase lo que pase con las negociaciones, lo cierto es que ya no ser¨¢n lo que se esperaba ni lograr¨¢n lo que pretend¨ªan: un amplio espacio de intereses y valores comunes. Ya han ganado los guardianes de las esencias que han capitalizado pol¨ªticamente el miedo a Turqu¨ªa y al islam para torpedear un proceso al final del cual estar¨ªa una integraci¨®n que, como pronto, habr¨ªa de producirse cuando la generaci¨®n que ahora nace sea adulta. Han impuesto ya tanto en Europa como en Turqu¨ªa la falsa impresi¨®n de que esta integraci¨®n es un grav¨ªsimo peligro inminente y no una inmensa oportunidad futura. En Turqu¨ªa, islamistas y nacionalistas han recibido tanta ayuda con las sucesivas humillaciones de que se siente objeto la poblaci¨®n turca, que los europe¨ªstas est¨¢n ya a la defensiva y sus argumentos para imponer las reformas democr¨¢ticas se disuelven como azucarillos ante una reacci¨®n agraviada y fortalecida. S¨®lo as¨ª se pueden entender los disparates de la pol¨ªtica exterior de Ankara del ¨²ltimo a?o, que hacen olvidar los inmensos avances logrados en m¨¢s de un lustro de gestaci¨®n y aplicaci¨®n brillante de reformas democr¨¢ticas. Contentos han de estar los enemigos de Orhan Pamuk, ese genial escritor y gran hombre pol¨ªtico -probable primer premio Nobel para la literatura turca-, al que oscurantismo islamista y nacionalista por igual quieren amordazar como s¨ªmbolo de la Turqu¨ªa moderna y libre. Despu¨¦s de una labor ingente de reformas legales en la mejor direcci¨®n, Ankara tropieza y embarranca con los s¨ªmbolos -con Chipre y la matanza de los armenios de 1915-. Vuelve a ser la hora estelar de los guardianes de las esencias y de los derechos hist¨®ricos.
"El derecho de los ciudadanos debe corresponderse con la afirmaci¨®n nacional de los derechos hist¨®ricos". As¨ª resume Arcadi Espada parte de la ampulosa ret¨®rica patri¨®tica del proyecto de Estatuto para Catalu?a. Como en Turqu¨ªa los derechos de Pamuk, al que se quiere juzgar ahora por "ofensas al Estado turco". Hemos tenido 15 a?os de ¨¦xitos en la desactivaci¨®n de nacionalismos en Centroeuropa, asolada durante siglos por fanatismos identitarios. Ahora parece que, despu¨¦s de la tragedia de los Balcanes, son los nacionalismos meridionales los que nos amenazan con las esencias. Esperemos que Pamuk se imponga al oscurantismo nacionalista all¨ª y que aqu¨ª vuelva la mayor¨ªa sensata en Catalu?a y fuera de ella a identificarse con las sensatas palabras de Javier Pradera: "El Estado de las Autonom¨ªas es la mejor vacuna contra el virus de los nacionalismos identitarios que se oponen a la pluralidad social, ling¨¹¨ªstica y cultural de las poblaciones incluidas dentro de las fronteras de un marco jur¨ªdico-pol¨ªtico soberano. (...) La Constituci¨®n de 1978 garantiz¨® las libertades individuales de los ciudadanos y los derechos colectivos de los pueblos: a la vista del drama yugoslavo, cualquier intento de deslegitimar al Estado de las Autonom¨ªas en nombre de un nacionalismo ¨¦tnico, soberanista e irredentista ser¨ªa en Espa?a una aventura criminal, est¨²pida y suicida". Palabras perfectamente aplicables a Turqu¨ªa.
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