China espacial
China acaba de reafirmar por segunda vez su pertenencia al restringido club de pa¨ªses que han realizado vuelos espaciales tripulados, del que forman parte Estados Unidos y Rusia, con la misi¨®n lanzada el pasado mi¨¦rcoles desde una base en el desierto de Gobi. Con este viaje, de mayor envergadura que el de 2003 -dos astronautas y cinco d¨ªas de duraci¨®n-, el gigante asi¨¢tico demuestra que su programa en el espacio est¨¢ acerc¨¢ndose al estadounidense y que su desarrollo tecnol¨®gico avanza a gran ritmo. Resta por saber si el objetivo es aprovechar los beneficios cient¨ªficos y comerciales que reporta o si esconde ambiciones militares, como el Pent¨¢gono teme.
No es casual que la misi¨®n se haya iniciado tras la clausura de la sesi¨®n plenaria del Comit¨¦ Central del Partido Comunista y que, a diferencia de la anterior, se haya retransmitido en directo por televisi¨®n. Todo ello debe entenderse como una se?al de patriotismo y de confianza de los l¨ªderes pol¨ªticos en los expertos del programa. La diferencia del presupuesto espacial chino comparado con el de EE UU es a¨²n abismal (2.000 millones de d¨®lares frente a 16.000 millones). Sin embargo, el pragmatismo y acierto de Pek¨ªn le est¨¢n permitiendo desarrollar cohetes competitivos en capacidad y coste. China prev¨¦ enviar a la Luna un veh¨ªculo no tripulado en 2017, un a?o antes de los planes de la NASA de poner en nuestro sat¨¦lite por segunda vez a cuatro astronautas, siempre y cuando el Congreso lo autorice.
El ¨¦xito de los asi¨¢ticos llega justo cuando el programa espacial americano est¨¢ en crisis y el europeo se lame las heridas tras el fracaso la semana pasada del lanzamiento de un sat¨¦lite para observar los polos terrestres. Parece claro que China ha decidido desarrollar su propia industria espacial y que est¨¢ resuelta a depender de sus recursos, una vez que EE UU vet¨® su presencia en la estaci¨®n espacial internacional. El Pent¨¢gono nunca ha ocultado sus aprensiones sobre la pol¨ªtica espacial china. Teme que en un futuro se convierta en una amenaza estrat¨¦gica. Pero no estar¨ªa de m¨¢s que Washington buscara v¨ªas de cooperaci¨®n con Pek¨ªn dado que el desarrollo chino en ese campo va a continuar.
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