Leslie Caron afirma que la edad de oro del musical acab¨® por "motivos econ¨®micos"
La actriz de 'Un americano en Par¨ªs' repasa su trayectoria y su vida en la Mostra
Como una bailarina, casi de puntillas, irrumpi¨® ayer en la Mostra Leslie Caron, la inolvidable protagonista de Gigi o Un americano en Par¨ªs. Lejos del tumulto provocado el d¨ªa anterior por Andie MacDowell, la actriz francesa de 74 a?os hizo un exhaustivo repaso a su carrera cinematogr¨¢fica ante una concurrencia escasa pero entregada, delante de la cual despleg¨® su verbo, sus ganas de compartir su opini¨®n sobre algunos de los grandes mitos de Hollywood con los que trabaj¨® y su visi¨®n cr¨ªtica con el estatus de las estrellas actuales. El musical, dijo, muri¨® "por motivos econ¨®micos".
Caron fue un s¨ªmbolo de la comedia musical americana de los cincuenta. Una ¨¦poca en la que "los estudios ten¨ªan todo bajo contrato, las orquestas, los core¨®grafos, los m¨²sicos, los decoradores, los encargados del vestuario y los actores", relata. "Un buen d¨ªa, un productor quiso hacer Cleopatra y le ofreci¨® el papel a Elizabeth Taylor. ?sta pidi¨® un mill¨®n de d¨®lares y se lo dieron. Eso acab¨® con el sistema de pel¨ªculas de estudio", explica. Fue el final de aquel sistema de "pel¨ªculas con argumentos simples que se adaptaban a los n¨²meros musicales", s¨®lo "por motivos econ¨®micos".
Fue la muerte de la comedia musical cl¨¢sica. Pero no la de la carrera de una actriz que lleg¨® al cine desde el ballet y que se sinti¨® "intimidada" cuando le toc¨® debutar en Un americano en Par¨ªs, porque "era la primera vez que ten¨ªa que hablar adem¨¢s de bailar". De hecho, Caron se define como una mujer "implicada, perfeccionista y seria, m¨¢s que ambiciosa", que, pese a su formaci¨®n de bailarina, era "una apasionada del arte dram¨¢tico, que quer¨ªa interpretar grandes papeles en obras de Chejov y Shaw, aunque los productores nunca me vieron as¨ª". Sin embargo, en el medio centenar de filmes que interpret¨® hasta la reciente Le divorce, de Ivory, Caron ha mantenido como norma en el trabajo "seguir aprendiendo".
Ahora, Caron recuerda nombres como el de Vincente Minnelli, un director "muy sensible a las opiniones de los actores", con el que trabaj¨® en Gigi; como el de Fran?ois Truffaut, un cineasta "oscuro y esquivo", que la dirigi¨® en El hombre que amaba a las mujeres; o recuerda sobre todo el nombre de Jean Renoir, "un maestro" que le convenci¨® sobre su futuro con una frase: "No s¨¦ si ser¨¢s buena bailarina, pero s¨ª s¨¦ que eres una buena actriz".
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