Gato por liebre
Desde 1963, existe un consenso internacional sobre lo que es, y lo que no es, I+D. En junio de ese a?o, en efecto, se reunieron en Frascati, un pueblo de las afueras de Roma famoso por sus vinos, un grupo de expertos en estad¨ªsticas de investigaci¨®n y desarrollo, convocados por la OCDE, y redactaron all¨ª un manual para realizar las encuestas y establecer las estad¨ªsticas de I+D.
De acuerdo con ese manual, reeditado y reimpreso en varias ocasiones, "la investigaci¨®n y el desarrollo experimental (I+D), comprenden el trabajo creativo, llevado a cabo de forma sistem¨¢tica, para incrementar el volumen de conocimientos, incluido el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad, y el uso de esos conocimientos para derivar nuevas aplicaciones". A partir de esta definici¨®n, el Manual de Frascati dedica bastantes p¨¢ginas a explicar qu¨¦ es y qu¨¦ no es la I+D, y lo ejemplifica con did¨¢ctica claridad.
Hace aproximadamente un a?o, en declaraciones a la Cadena SER, el ministro de Defensa, se?or Bono, dijo que I+D significaba "industria+defensa" y se extendi¨® en explicaciones de por qu¨¦ hab¨ªa que entender as¨ª esta sigla. Obviamente, no pretend¨ªa ofender, pero ofendi¨®, aunque no recuerdo que nadie saliese entonces a la palestra, a protestar por la apropiaci¨®n indebida de una sigla consagrada internacionalmente.
Al hacerse p¨²blicas las grandes cifras del anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para el a?o pr¨®ximo (EL PAIS, 5 de octubre), observamos que la ocurrencia del se?or Bono no era s¨®lo un inocente juego de interpretaci¨®n de siglas, sino un aviso de que iba a continuar el fraude de llamar I+D a los gastos de producci¨®n y adquisici¨®n de armamento y material para la defensa nacional.
Los expertos que se reunieron en Frascati en 1963, pretend¨ªan ponerse de acuerdo sobre qu¨¦ tipo de gastos se pod¨ªan considerar como I+D, con el fin de que todos supiesen de qu¨¦ se estaba hablando, y se pudiesen establecer as¨ª comparaciones entre pa¨ªses.
En Espa?a, este ejercicio comparativo ha sido muy f¨¢cil durante a?os, especialmente desde que los Presupuestos Generales del Estado empezaron a ofrecer los gastos p¨²blicos organizados en funciones, all¨¢ por la mitad de los 80: todo el gasto espa?ol de I+D aparec¨ªa agrupado en la Funci¨®n 54, en la que no se inclu¨ªa ning¨²n otro tipo de gasto.
Desde 1996, comenzaron a incluirse en la Funci¨®n 54, primero t¨ªmidamente y despu¨¦s de una manera obscena, los cr¨¦ditos destinados a la fabricaci¨®n de un moderno tipo de fragata, de un carro de combate de patente alemana, y de un avi¨®n caza de factura europea. Estos gastos, que s¨®lo muy limitadamente re¨²nen los requisitos para ser considerados I+D, de acuerdo con la definici¨®n del Manual de Frascati, se han solido agrupar en el cap¨ªtulo VIII del Ministerio de Industria y, entre 2000 y 2004, en lo que pas¨® a denominarse Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa.
Enti¨¦ndase bien que no estamos diciendo que no sea leg¨ªtimo, ni oportuno, ni deseable que Espa?a modernice su equipamiento militar. Suponemos que existen fundadas razones, desde el punto de vista de la defensa nacional, de la creaci¨®n de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, o desde la obligaci¨®n de cumplir compromisos internacionales, que avalan la justeza de financiar la adquisici¨®n de costosos artefactos b¨¦licos.
H¨¢gase, pues, en buena hora pero, por favor, no se diga que eso es investigaci¨®n y desarrollo.
Blaise Pascal, all¨¢ por el siglo XVII, constat¨® que exist¨ªan cosas que ten¨ªan una consideraci¨®n distinta a uno y otro lado de los Pirineos: "verit¨¦ au-de?¨¤ des Pyr¨¦nn¨¦es, erreur au-del¨¤".
Lo que no pod¨ªamos esperar es que, a estas alturas del llamado, de manera tan rimbombante, Espacio Europeo de Investigaci¨®n, en la parte de aqu¨ª de los Pirineos, le llam¨¢ramos gastos en investigaci¨®n y desarrollo, a lo que en otros pa¨ªses se le llama gastos militares.
No aspiramos, siquiera, a que el Gobierno corrija esta anomal¨ªa contable, dando as¨ª cumplimiento a una solemne promesa electoral. Aspiramos, m¨¢s modestamente, a que no se crea que no somos conscientes de que nos est¨¢n dando gato por liebre.
Javier L¨®pez Facal. CSIC
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