Desde Fort Bragg
Ian Fishback es capit¨¢n de infanter¨ªa, pertenece al Primer Batall¨®n del Regimiento de Paracaidistas de la 82 Divisi¨®n Aerotransportada con base en Fort Bragg, en Carolina del Norte, y ha combatido en Afganist¨¢n y en Irak. En ambos pa¨ªses ha sido testigo o lo han sido las tropas a su mando de malos tratos y torturas a detenidos enemigos en distinto grado y consideraci¨®n: amenazas de muerte, apaleamientos, rotura de huesos, asesinatos, exposici¨®n a los elementos, trabajo f¨ªsico excesivo, toma de rehenes, privaci¨®n de sue?o y tratos degradantes. Suya es la lista, en la que no se especifican abusos sexuales como los fotografiados y filmados en la c¨¢rcel de Abu Ghraib en Irak.
Sabemos de este soldado profesional y de su experiencia por una carta que ha mandado al senador John McCain, en la que le "urge seriamente a que haga justicia con los hombres y mujeres de uniforme y les d¨¦ criterios claros de conducta que reflejen los ideales por los que arriesgan sus vidas". "Puedo recordar", asegura el capit¨¢n Fishback, "de mi ¨¦poca de cadete en West Point cuando tom¨¦ la decisi¨®n de que mis hombres nunca cometer¨ªan actos deshonrosos". El capit¨¢n da a entender que sus mandos le persuadieron de que las Convenciones de Ginebra sobre prisioneros de guerra no ten¨ªan vigencia en Afganist¨¢n e Irak. Interrogado sobre ello, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, asegur¨® lo contrario en mayo de 2004, lo que desconcert¨® al capit¨¢n y le condujo a indagar por su cuenta durante 17 meses. Pregunt¨® a letrados militares, congresistas dem¨®cratas y republicanos, multiplicidad de funcionarios, un interrogador de Guant¨¢namo, el subdirector del departamento de West Point encargado de las asignaturas Teor¨ªa de la guerra justa y Leyes de guerra terrestre y otros militares "honorables e inteligentes". "En vez de resolver mis inquietudes", dice, "el intento de clarificaci¨®n me dej¨® todav¨ªa m¨¢s preocupado".
El capit¨¢n deduce que es la falta de claridad lo que ha conducido a los abusos. Basta un par de frases de su carta para entender el dilema moral que le atormenta: "Somos Am¨¦rica y nuestras acciones deben responder a los est¨¢ndares m¨¢s altos, que son los ideales expresados en documentos como la Declaraci¨®n de Independencia y la Constituci¨®n". "Si abandonamos nuestros ideales ante la adversidad y la agresi¨®n, significa que nunca estuvieron realmente en poder nuestro. Prefiero morir luchando que ceder la m¨¢s m¨ªnima parte de la idea que tengo de Am¨¦rica".
La carta de Fishback cay¨® en tierra abonada. El republicano McCain, que combati¨® en Vietnam y fue prisionero de guerra, hizo suya la exigencia del capit¨¢n. Present¨® en el Senado una enmienda que proh¨ªbe "el trato o castigo cruel, inhumano o degradante" por parte de cualquier funcionario estadounidense, y consigui¨® su aprobaci¨®n por una apabullante mayor¨ªa de 90 sobre 99 senadores, entre los que se incluyen 43 republicanos. El ex secretario de Estado Colin Powell y otros 27 militares han apoyado esta moci¨®n, que constituye, tal como la defini¨® en su cr¨®nica del 7 de octubre la corresponsal de EL PA?S Yolanda Monge, un aut¨¦ntico desaf¨ªo para Bush.
Carl Levin, otro senador, en este caso dem¨®crata, ha pedido a su vez la creaci¨®n de una comisi¨®n independiente que investigue los malos tratos a detenidos desde el principio de esta guerra contra el terrorismo en 2001. De momento no ha obtenido el apoyo de los republicanos, pero ser¨¢ dif¨ªcil evitar una investigaci¨®n, puesto que son muchos los documentos e instrucciones, de los departamentos de Defensa y de Justicia y de la misma Casa Blanca, que justifican y autorizan malos tratos a los detenidos.
Se estrecha el cerco sobre la Administraci¨®n de Bush y sucede en varios frentes. En ¨¦ste, el de la tortura, est¨¢n en juego el honor de sus militares y la idea que los norteamericanos tienen de s¨ª mismos, algo que no se merecen ni unos ni otros, ni la admirable tradici¨®n jur¨ªdica de Estados Unidos. Pero que se debe a un sistema de checks and balances (controles y equilibrios) capaz de poner en crudo, con mayor celeridad que en ning¨²n otro pa¨ªs, las tropel¨ªas cometidas durante una presidencia desaforada.
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