El paso del hurac¨¢n Wilma arrasa las infraestructuras tur¨ªsticas de Canc¨²n
La lentitud con la que avanza el cicl¨®n aumenta la magnitud de los da?os en M¨¦xico
Canc¨²n y la Riviera Maya, las joyas m¨¢s preciadas del turismo mexicano e importante fuente de ingresos para el sector hotelero espa?ol, han sufrido un golpe de muerte. El hurac¨¢n Wilma lleg¨®, como se esperaba, con una intensidad monstruosa, y durante horas interminables sembr¨® la devastaci¨®n. Las primeras informaciones disponibles se?alaban ayer que ya hay tres v¨ªctimas mortales e ingentes da?os materiales.
"Tardaremos meses en la reconstrucci¨®n", afirma Javier Mara?¨®n, c¨®nsul honorario de Espa?a y representante de una cadena hotelera que ya sufri¨® las consecuencias del hurac¨¢n Emily hace tres meses. Lo peor del nuevo cicl¨®n tropical ha sido la duraci¨®n sin precedentes de su paso sobre Yucat¨¢n.
Exteriores asegura que la situaci¨®n de los 3.500 espa?oles est¨¢ bajo control
"He vivido unos 30 huracanes, pero ninguno tan prolongado como el Wilma", explicaba la cubana Roxana Pollo, directora del hotel Oasis Am¨¦rica, donde est¨¢n refugiados m¨¢s de 1.000 turistas.
Durante 36 horas, buena parte del Estado de Quintana Roo estuvo a merced del hurac¨¢n, que destruy¨® e inund¨® a su antojo. La carretera de la zona hotelera de Canc¨²n, con m¨¢s de 100 establecimientos, qued¨® bajo las aguas al unirse la laguna Boh¨®rquez y el mar Caribe. Camiones militares todoterreno evacuaron a los pobladores de las colonias Lombardo Toledano y Donceles, junto al mar, cuando el hurac¨¢n ya golpeaba con toda su fuerza. En la isla de Cozumel, la comandancia de Marina qued¨® devastada en pocas horas y sus ocupantes tuvieron que ser rescatados con cuerdas. A pesar de la labor de prevenci¨®n, tres personas fallecieron en distintos accidentes en Yucat¨¢n y Quintana Roo.
Un grupo de altos oficiales de la Marina mexicana instal¨® su cuartel general en el hotel Oasis Am¨¦rica, con la intenci¨®n aparente de coordinar las labores de emergencia. Poco pudieron hacer mientras dur¨® el paso del hurac¨¢n, al margen de facilitar pron¨®sticos meteorol¨®gicos que no se cumpl¨ªan con mucha precisi¨®n.
El almirante Zamora dec¨ªa tener preparados helic¨®pteros, veh¨ªculos todoterreno y equipos de rescate, pero antes el hurac¨¢n ten¨ªa que abandonar Canc¨²n. No eran ¨¦stas las intenciones del Wilma, que se encaprich¨® de la principal zona tur¨ªstica de M¨¦xico. Otros huracanes, como el Emily, en julio pasado, o el Gilberto, en septiembre de 1988, fueron violentos, pero la devastaci¨®n fue menor porque tuvieron un paso m¨¢s fugaz. El Wilma avanza a la terrible lentitud de siete kil¨®metros por hora, con vientos que pueden llegar a los 300.
Las maderas colocadas como refuerzo no sirvieron de nada. La cristalera del gran comedor del hotel qued¨® hecha a?icos con la primera embestida del hurac¨¢n. Apenas eran las ocho de la tarde y los 1.000 turistas extranjeros y cuatro periodistas (un equipo de TVE y este corresponsal) refugiados en el hotel Oasis Am¨¦rica del centro de Canc¨²n no sab¨ªamos lo que nos esperaba en la noche m¨¢s larga.
Desde hac¨ªa d¨ªas los medios de comunicaci¨®n mexicanos anunciaban el lento avance por el Atl¨¢ntico del Wilma, con un poder de devastaci¨®n inusitado. A primera hora de la ma?ana del viernes, el cicl¨®n dej¨® sentir sus coletazos con viento racheado cada vez m¨¢s intenso. En el hotel se hab¨ªan extremado las medidas para afrontar la amenaza. Las despensas estaban surtidas, se hizo acopio de combustible para alimentar los generadores, se recomend¨® a los turistas no quedarse en las habitaciones y, sobre todo, apartarse de las ventanas.
Ca¨ªa la noche y con ella el agua y el viento que arrancaba a pedazos los techos falsos del hotel. Se fue la luz y entr¨® en acci¨®n la planta de emergencia, que tambi¨¦n colaps¨®. El hurac¨¢n rug¨ªa por todos los rincones, con vientos que superaban los 200 kil¨®metros por hora. Se rompi¨® la conducci¨®n de gas, los tel¨¦fonos enmudecieron y las v¨ªas de agua se contaban por decenas. La calle frente al hotel qued¨® totalmente anegada. Quedaban muchas horas de una noche que se presentaba eterna y el cuadro del hotel ya era dantesco. En medio de la oscuridad se mov¨ªan sombras a la luz de linternas, con el agua hasta la rodilla. Los turistas refugiados trataban de acomodarse y conciliar alg¨²n minuto de sue?o en los lugares m¨¢s ins¨®litos.
Amaneci¨® y, en contra de las previsiones, el viento no amainaba. Los ocupantes del hotel pudimos observar que la calle de enfrente se hab¨ªa convertido en un r¨ªo con oleaje. Los rostros denotaban la tensi¨®n y el cansancio despu¨¦s de una noche huracanada, en la que el personal del hotel desafi¨® las adversidades con diligencia. Ayer trataban de reparar el generador para restablecer la comunicaci¨®n con el mundo.
Los 40 espa?oles, entre turistas y tripulaciones de Air Europa y Pullmantur, est¨¢n en buenas condiciones, a la espera, como todos, de que el aeropuerto internacional pueda entrar de nuevo en funcionamiento. Evacuar a los miles de refugiados en Canc¨²n y la Riviera Maya llevar¨¢ varios d¨ªas, vaticinaba el c¨®nsul espa?ol, con la incertidumbre de cu¨¢ndo podr¨¢ aterrizar el primer avi¨®n, mientras las v¨ªas terrestres permanecen cortadas. [Desde Madrid, el Ministerio de Asuntos Exteriores se?al¨® ayer que la situaci¨®n de los 3.500 turistas espa?oles en Canc¨²n est¨¢ "bajo control", sin que se hayan producido incidencias en los lugares habilitados como refugios en los que se encuentran, informa la agencia Efe.]
Cerca de mediod¨ªa, la intensidad del Wilma baj¨® a categor¨ªa 2 en la escala Saffir-Simpson (de un m¨¢ximo de 5). Los pron¨®sticos indicaban que el hurac¨¢n saldr¨ªa de la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n por el extremo norte, en Cabo Catoche, para entrar en el golfo de M¨¦xico en direcci¨®n a Florida. Aparentemente, el ojo del hurac¨¢n hab¨ªa pasado de refil¨®n por Canc¨²n y quedaban cinco horas de calvario. Una eternidad despu¨¦s de una larga noche.
Im¨¢genes del devastador paso del hurac¨¢n por la pen¨ªnsula mexicana de Yucat¨¢n en ELPAIS.es
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