Proteccionismo agrario
El crecimiento del comercio internacional entre un n¨²mero creciente de pa¨ªses es una de las bases de la prosperidad global, siempre que est¨¦ basado en el juego limpio, la ausencia de barreras y mecanismos de protecci¨®n a grupos particulares de inter¨¦s. Velar por ello es funci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), integrada ya por 148 pa¨ªses, y el instrumento utilizado son las largas rondas negociadoras.
La Ronda Doha, que deber¨ªa concluir el pr¨®ximo diciembre, aborda ese desmantelamiento gradual de barreras al comercio. Las negociaciones entre los principales actores (UE, EE UU, Australia, India y Brasil), las denominadas "cinco partes interesadas" que configuran el n¨²cleo negociador de esa ronda, ha encontrado un nuevo freno en las resistencias europeas a eliminar los subsidios agr¨ªcolas en los t¨¦rminos propuestos por los representantes estadounidenses: reducci¨®n sustancial de las tarifas y abolici¨®n de los subsidios a la exportaci¨®n en cinco a?os.
Como ya ocurriera otras veces, las mayores resistencias provienen de Francia, sobre todo por las implicaciones electorales del asunto. El director de la OMC, el franc¨¦s Pascal Lamy, reclama ahora, con raz¨®n, que las posiciones europeas en el tema agr¨ªcola sean m¨¢s acordes con el libre comercio. Lo que equivale a reconocer que tiene poco sentido amparar la oposici¨®n francesa en la reforma en marcha de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC). El proteccionismo a ultranza con subsidios y tarifas excesivas no s¨®lo condiciona la facilidad del acceso a otros mercados por parte de empresas europeas, sino que tambi¨¦n penaliza a aquellos agricultores europeos con producciones verdaderamente competitivas.
Adem¨¢s, la protecci¨®n de esos peque?os grupos castiga a los consumidores y, desde luego, a los ciudadanos de los pa¨ªses menos desarrollados, con un mayor grado de dependencia del monocultivo exportador que en muchos casos constituyen los productos agr¨ªcolas. Resultan un tanto hip¨®critas los discursos que, a prop¨®sito de los problemas de la emigraci¨®n africana, reclaman ayudas solidarias al desarrollo de esos pa¨ªses a la vez que se oponen con fiereza a abrir sus mercados a los productos agr¨ªcolas procedentes de ellos.
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