Mujeres de hierro
Cinco trabajadoras ejercen de 'ferrallas' en las obras de la M-30

Cinco mujeres trabajan desde el pasado 17 de octubre trenzando hierro en las obras de la M-30, a su paso por el r¨ªo Manzanares. Son las nuevas ferrallas, como se denomina en el argot de la construcci¨®n a los que tejen el armaz¨®n de varas de hierro que, una vez relleno de hormig¨®n, servir¨¢n de base a los t¨²neles. La empresa constructora Necso ha solucionado as¨ª la falta de especialistas en ferralla que sufre Madrid: formando a mujeres en este oficio, tradicionalmente de varones y muy demandado por las grandes obras.
La carest¨ªa de especialistas es tal que el a?o pasado la Comunidad de Madrid tuvo que contratar a 1.000 africanos (de Nigeria, Guinea-Bissau, Angola y Senegal) para cubrir las plazas que le hac¨ªan falta para la ampliaci¨®n del metro. Humberto Moreno, gerente de la compa?¨ªa, explica que "hay desproporci¨®n a pie de obra, porque la construcci¨®n siempre ha sido un trabajo de hombres. En cambio, en los puestos de direcci¨®n y de oficina casi todas son mujeres".
"Cuando llegamos, o¨ªmos que hac¨ªan una porra sobre cu¨¢nto tardar¨ªamos en marcharnos"
De 200 ferrallistas en la empresa, s¨®lo cinco son mujeres. "Contratamos 14, pero s¨®lo terminaron la formaci¨®n la mitad y, luego, se han ido tres", explica Moreno. "Cuando llegamos, o¨ªmos a los compa?eros que hac¨ªan una porra sobre cu¨¢nto tardar¨ªamos en marcharnos", asegura una de las ferrallas, Paqui, de 29 a?os, que prefiere no dar su apellido, y que hasta ahora era peluquera. "Pero han perdido. No nos vamos a ir". Estaba en el paro cuando la llamaron del INEM. Est¨¢ orgullosa de ser una pionera. "Llevamos s¨®lo unos d¨ªas y ya han metido bajo tierra uno de nuestros armazones", cuenta. "Y nos aplaudieron los compa?eros".
"?ste es un trabajo terriblemente duro", precisa el director general de Infraestructuras, Manuel Melis, que asegura que hasta ahora no hab¨ªa visto a mujeres ferralla. "Hay que atar kilos y kilos de hierro y luego transportar las barras". En las grandes obras se utilizan barras de 32 mil¨ªmetros de di¨¢metro, con un peso de unos seis kilos y medio por metro. ?stas miden 12 metros y pesan 72 kilos. Por eso es tambi¨¦n un trabajo muy bien remunerado. Algunas empresas pagan primas en funci¨®n de los kilos de hierro atados. "Un especialista, con a?os de experiencia, puede llegar a ganar as¨ª unos 3.000 euros", asegura el gerente de Necso. Sus nuevas empleadas comienzan con un contrato de obra y un salario base de unos 1.000 euros brutos, con primas por horas y producci¨®n.
Mercedes, de 38 a?os, otra de las nuevas ferrallistas, asegura que lleva a?os haciendo cursos de formaci¨®n y que lo pasa muy bien trabajando, a pesar de que su marido le diga que es cosa de hombres. "Porque es un machista", interviene Remedios, de 33 a?os.
"Es verdad que haciendo esto se te estropean las manos", cuenta volviendo las palmas, llenas de callos. Sus compa?eras la imitan y muestran que tienen hasta los guantes desgastados a pesar de llevar poco tiempo. "Pero yo digo que fregando tambi¨¦n me corto. Yo tengo dos hijos, ?sabes? Y tengo que mantenerlos. Aparte de que a m¨ª esto me gusta", afirma Reme, que tiene agujetas por todo el cuerpo. "Es que nos estamos poniendo fuertes. Aqu¨ª trabajamos, generamos dinero y nos ahorramos el gimnasio", bromea.
"Yo ten¨ªa miedo de que me fueran a rechazar los hombres, por el machismo y eso", tercia la m¨¢s joven, Gloria G¨®mez Mill¨¢n, de 19 a?os, que ha hecho de todo: lijadora, teleoperadora. Los ojos se le iluminan bajo el casco cuando explica que su familia est¨¢ muy orgullosa. "Mi padre es gruista y me dice: '?Ole mi ni?a!'. Est¨¢n muy contentos en mi casa". "Hay compa?eros que se acercan y nos dicen que tenemos un par de pelotas", cuenta Paqui. "Y eso nos da orgullo". "Pero es que nos lo curramos", sentencia Reme.

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