A cualquiera puede ocurrirle

Basada en una novela de Donald Westlake, The Ax; brillantemente interpretada por un actor aqu¨ª poco conocido, pero en Francia una luminaria de primera l¨ªnea, Jos¨¦ Garc¨ªa, Arcadia es una obsesiva, a menudo hiriente, pero casi siempre sarc¨¢stica peripecia criminal que toma del cine negro sus claves. Pero m¨¢s que nada para subvertirlas al mostrar, sin juicios aprior¨ªsticos, la peculiar manera de pensar y proceder de un alto ejecutivo en paro. Aunque en el fondo persigue la ilustraci¨®n contempor¨¢nea del viejo aforismo de Hobbes sobre que el hombre es el lobo del hombre.

El filme parte de una de esas chocantes paradojas contempor¨¢neas a que tan r¨¢pida como siniestramente nos estamos acostumbrando: Bruno, un ingeniero especializado en la industria papelera, con un buen nivel de vida, una mujer cari?osa y dos hijos adolescentes se queda en la calle porque su empresa necesita aumentar beneficios... que en principio revierten en ¨¦l mismo, como peque?o accionista que es de la empresa. Obsesionado por sentirse in¨²til, fija su atenci¨®n sobre un profesional de la competencia y se dedica, mediante una h¨¢bil artima?a, sencillamente a liquidar a cuantos parados est¨¦n en su misma situaci¨®n.

Con mano segura, cachaza y proverbial mala uva, Costa Gavras va desgranando las paradojas que alimentan hoy en d¨ªa el imaginario del empleado, al tiempo que nos recuerda que a cualquiera puede suceder eso de encontrarse en la calle, sin perspectivas de trabajo, con un curr¨ªculo que se parece al de otros cuantos y con la vida familiar y personal hecha trizas. A veces es un poco obvia, en otras abusa un tanto de la pincelada f¨¢cil para situar el peregrinaje criminal de su h¨¦roe; pero se ve sin dificultades y sirve para demostrar que el veterano director sigue en la brecha.