Da Vinci, el hombre y el sabio
Como Charles Nicholl nos indica en su introducci¨®n, lo que ante todo quiere en su biograf¨ªa es "recuperar algo del hombre que fue Leonardo, es decir, del hombre real que vivi¨® en un tiempo real y comi¨® cuencos de sopa reales frente al Hombre Universal, sobrehumano y multidisciplinar, cuya imagen se nos ofrece habitualmente. Son uno y el mismo, por supuesto; relatar su vida no es m¨¢s que otra forma de abordar su formidable y, en ¨²ltima instancia, misteriosa grandeza como artista, cient¨ªfico y fil¨®sofo...". Eso de que "comi¨® cuencos de sopa reales" alude a la ¨²ltima l¨ªnea de Leonardo en su cuaderno, que, en 1518, interrumpe para siempre sus arduas especulaciones sobre geometr¨ªa. Y viene bien para subrayar c¨®mo mezclaba en sus abigarradas notas hechos triviales, cuentas, recuerdos, junto a dibujos y proyectos. "Se me enfr¨ªa la sopa". La minestra si fredda: las ¨²ltimas palabras nos reenv¨ªan a esa realidad del d¨ªa a d¨ªa, un colof¨®n sin ¨¦nfasis ret¨®rico para una vida colmada de fantas¨ªas.
LEONARDO. EL VUELO DE LA MENTE
Charles Nicholl
Traducci¨®n de Carmen Criado y Borja Garc¨ªa Bercero
Taurus. Madrid, 2005
699 p¨¢ginas. 28,50 euros
Con este enfoque, mantenido con exhaustiva precisi¨®n de principio a fin, se perfila esta larga, espl¨¦ndida y minuciosa biograf¨ªa. Nicholl ha querido retratar en primer plano al Leonardo de carne y hueso, un personaje que otras veces se desliza en la sombra, enigm¨¢tico y huidizo. Para entenderlo va analizando, exhaustivamente y con agudeza cr¨ªtica ejemplar, esos mil apuntes de sus cuadernos dispersos, "ese sinf¨ªn de escritos y dibujos que -casi m¨¢s que sus pinturas- nos conducen directamente al coraz¨®n de la vida de Leonardo, como si fueran una especie de memoria donde se abarrotan los testimonios fragmentarios de los trabajos de sus d¨ªas, los secretos de sus sue?os, el vuelo de su mente". Notas sueltas, dibujos y esbozos, trazados con la mano izquierda y la escritura peculiar del genial pintor, nos hablan de sus tareas y ocupaciones cotidianas, su inagotable fantas¨ªa y su inquietud polifac¨¦tica. La excelente edici¨®n atestigua muy bien esa detallada investigaci¨®n al reproducir, al lado de los famosos cuadros, numeros¨ªsimos apuntes y sugestivas notas y esbozos de sus trabajos y d¨ªas.
Los datos biogr¨¢ficos b¨¢si
cos son en conjunto muy conocidos: hijo bastardo de un notario florentino, zurdo y homosexual, Leonardo destac¨® desde muy joven por su genio personal, y se dedic¨® a la pintura, pero tambi¨¦n a la m¨²sica y a la ingenier¨ªa, impulsado por un profundo af¨¢n de investigar los secretos de la naturaleza e inventar nuevos medios para conquistarla, ya fueran poleas, puentes, tanques, juguetes mec¨¢nicos, paraca¨ªdas o m¨¢quinas de volar. Aunque se dec¨ªa "omo senza lettere", porque nunca tuvo una formaci¨®n acad¨¦mica, fue muy a fondo un sabio renacentista, y es muy interesante constatar la variedad de libros de su biblioteca (los ciento y pico cuyos t¨ªtulos conocemos): desde manuales de gram¨¢tica, anatom¨ªa, matem¨¢ticas y filosof¨ªa hasta cl¨¢sicos antiguos y varios poetas contempor¨¢neos. Vivi¨® en un ambiente de grandes fulgores art¨ªsticos y frecuentes agitaciones pol¨ªticas en las ciudades bulliciosas de Florencia y Mil¨¢n, y acab¨® sus a?os en un buc¨®lico retiro franc¨¦s. No tuvo grandes pasiones, aparte de su sed incesante de conocimientos, y fue discreto en sus amores furtivos; tampoco en pol¨ªtica manifest¨® simpat¨ªas ni escr¨²pulos frente a sus patrones: algunos Medici, Ludovico el Moro, C¨¦sar Borgia. Ya al final dej¨® su Italia y fue agasajado por Luis XII y Francisco I de Francia. Muri¨®, seg¨²n Vasari, con la cabeza en brazos del monarca que tanto lo admiraba.
Los apuntes, en su pintoresca variedad, nos introducen en su vivir cotidiano, con sus mil preocupaciones, y sus mil fantas¨ªas y proyectos, con un colorido m¨¢s intenso de lo que sugieren sus contadas y perfectas o a veces inacabadas pinturas. Fue inventor de desbordada imaginaci¨®n y observador de los misterios de la naturaleza con un af¨¢n investigador desbocado. Intrigado por el vuelo de los p¨¢jaros y los remolinos de las aguas y la formaci¨®n de las rocas y los engranajes de la anatom¨ªa humana, el maestro Leonardo dialogaba con matem¨¢ticos, dise?aba m¨¢quinas y modelaba gigantescos caballos que nunca llegaron a cubrirse de bronce. En cada uno de sus cuadros late un cierto misterio. En las sagradas familias sin padre y en los paisajes de fondo con sus grutas y rocas. Trabajaba a un ritmo propio, imprevisible, desesperando a sus clientes. Y se qued¨® con sus ¨²ltimos cuadros, como la Gioconda.
Su ¨²ltimo autorretrato pre-
senta la imagen m¨¢s difundida del pintor, dibujado con melena gris y larga barba, pero Nicholl sugiere que en su famoso dise?o, ese "hombre de Vitruvio", erguido y plantado con piernas abiertas y brazos extendidos en el marco de un c¨ªrculo y un cuadrado, Leonardo nos dej¨® otra imagen de s¨ª mismo, m¨¢s temprana. Es justo admirarlo as¨ª, tan equilibrado, como arrogante modelo humano.
Esta biograf¨ªa no s¨®lo traza la silueta de Leonardo con una finura y precisi¨®n superior a cualquier otra, sino que tambi¨¦n nos informa acerca de todos cuantos se cruzaron con ¨¦l, desde sus familiares y sus disc¨ªpulos a gentes famosas como Ludovico el Moro y C¨¦sar Borgia y Maquiavelo. Tambi¨¦n en esos trazos de otros y del contexto renacentista es evidente la erudici¨®n y el excelente oficio del bi¨®grafo. Nunca escatima las referencias oportunas y precisas a personajes y pinturas, como muestran sus atractivas p¨¢ginas sobre "la Virgen de las Rocas" o "la Gioconda".
Todo esto hace de este libro un estudio magn¨ªfico, impresionante por sus referencias, sus glosas cr¨ªticas, su ampl¨ªsima documentaci¨®n, su actualidad, y no menos por su estilo, en la mejor tradici¨®n brit¨¢nica.
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