'En la cama', de Mat¨ªas Bize, sorprendente ganadora de la Espiga de Oro de la Seminci

El jurado pretendi¨® contentar a todos, y casi lo logra. En la cama, segundo largometraje del joven chileno Mat¨ªas Bize, se alz¨® ayer con el m¨¢ximo galard¨®n de la 50? edici¨®n de la Seminci. En un fallo que cogi¨® por sorpresa a casi todo el mundo, la Espiga de Plata fue para el filme franc¨¦s El tiempo que queda, de Fran?ois Ozon, mientras que su m¨¢ximo int¨¦rprete, Melvin Poupaud, se hac¨ªa con el premio a la mejor interpretaci¨®n masculina, en una decisi¨®n m¨¢s que discutible. Manderlay, de Lars von Trier, y Cach¨¦, de Michael Haneke, recibieron el premio especial 50? aniversario del festival.

'Manderlay' y 'Cach¨¦' obtienen el premio especial del 50? aniversario

Como si quisiera marcar las distancias entre las dos mejores pel¨ªculas vistas aqu¨ª, Manderlay, de Lars von Trier, y Cach¨¦, de Michael Haneke, que ven¨ªan avaladas por numerosos galardones ya cosechados, y el resto de la selecci¨®n, el jurado concedi¨® a ambos filmes el premio especial del 50? aniversario de la Seminci por "la madurez art¨ªstica de dos cineastas europeos de trayectoria muy personal", que al tiempo que las premia, tambi¨¦n las condena y las deja fuera de cualquier otro premio grande del palmar¨¦s.

No es que En la cama sea una pel¨ªcula intrascendente, o que sus valores no sean notables. Pero la modestia de la propuesta, una peripecia que transcurre en una sola noche y con s¨®lo dos personajes, un hombre y una mujer que se han conocido de casualidad y que acaban en la cama, no la hac¨ªa a priori ganadora del mayor premio, algo que parec¨ªa s¨®lo al alcance de cineastas m¨¢s fogueados y de pel¨ªculas de mucha mayor enjundia art¨ªstica y moral, como Manderlay y Cach¨¦. Pero los jurados son en ocasiones imprevisibles, ya lo dec¨ªamos ayer, y en esta ocasi¨®n decidi¨® premiar al resto antes que a las dos favoritas.

De esta decisi¨®n sali¨® muy bien parada una pel¨ªcula ciertamente no menospreciable como es El tiempo que queda, que empero no se encuentra entre lo mejor de su director, Fran?ois Ozon. La narraci¨®n del periplo vital que emprende un joven fot¨®grafo condenado por una met¨¢stasis generalizada, su ajuste de cuentas con su propio pasado y algunas sorprendentes decisiones que toma encandil¨® a unos jurados que, no contentos con concederle el segundo premio, decidieron dejar fuera trabajos de gran calado actoral para premiar a su protagonista, Melvil Poupaud.

Es curioso que un jurado que inclu¨ªa hasta a tres actrices (Mar¨ªa Barranco, Mirtha Ibarra y Mar¨ªa de Medeiros) dejara de lado otras performances para centrarse en un trabajo simplemente correcto.

Menos discutible resultan los otros galardones concedidos, como el premio a la mejor interpretaci¨®n femenina, que recay¨® en la polaca Krystyna Feldman por su interpretaci¨®n de un hombre, el pintor na?f Nikifor, en M¨®j Nikifor, de Krysztof Krauze; y a la mejor fotograf¨ªa, para el chino Jie Du por su sensible trabajo en Ping pong mongol, de Hao Ning. Y el Premio Pilar Mir¨® al mejor director, que obtuvo, con todo merecimiento, Daniel Cebri¨¢n por su vigoroso trabajo en Segundo asalto.

Por su parte, el premio del p¨²blico constituy¨® otra moderada sorpresa, porque fue a parar a la pel¨ªcula espa?ola Vida y color, de Santiago Tabernero, mientras el de la cr¨ªtica FIPRESCI, que pod¨ªa elegir tambi¨¦n entre las pel¨ªculas de la secci¨®n oficial fuera de concurso, fue inexplicablemente para la coproducci¨®n plurinacional Feliz Navidad, del franc¨¦s Christian Carion, una tan bien intencionada como previsible historia b¨¦lica, centrada en un episodio ocurrido en las trincheras de la I Guerra Mundial, que ayer mismo sirvi¨® para clausurar el certamen.

Finalmente, el premio de la secci¨®n Tiempo de Historia, dedicada al cine documental, fue ex aequo para dos producciones interesantes, la espa?ola Cuadernos de contabilidad de Manolo Millares, de Juan Millares, y La dignidad de los nadies, impactante continuaci¨®n de Memoria del saqueo, del argentino Fernando E. Solanas.

As¨ª, la edici¨®n m¨¢s significativa de la Seminci, la de su 50? aniversario (es muy raro que un festival de cine alcance edad tan provecta), se clausur¨® entre la incredulidad general por una decisi¨®n del jurado que m¨¢s que premiar, sancion¨®, y por una programaci¨®n que, a la postre, result¨® la principal damnificada por los vaivenes organizativos que el certamen ha vivido en este ¨²ltimo a?o.

Despu¨¦s de 20 a?os dirigi¨¦ndola, el actual director general del Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA), Fernando Lara, dej¨® paso este a?o a su antiguo colaborador Juan Carlos Frugone, quien tal vez no tuvo suficiente tiempo para afinar una programaci¨®n m¨¢s interesante.

Eso se dej¨® ver en la secci¨®n oficial, pero m¨¢s a¨²n en otras dos secciones tradicionales del certamen, la dedicada a las grandes retrospectivas, que este a?o proyect¨® una arbitraria y muy discutible selecci¨®n de t¨ªtulos que han sido programados aqu¨ª desde los comienzos -muchos de ellos perfectamente disponibles en el mercado videogr¨¢fico-, y en Punto de Encuentro, suerte de secci¨®n Informativa, con propuestas de escaso fuste. Y tambi¨¦n se pudo ver en uno de los tradicionales puntos fuertes del certamen, su organizaci¨®n, que este a?o sufri¨® los vaivenes de numerosos cambios producidos en el organigrama del festival y que afectaron considerablemente al funcionamiento interno y externo de ¨¦ste.