La pesca, entre recursos escasos y combustible caro
Durante unos d¨ªas, las flotas de pesca han mantenido bloqueados algunos puertos en demanda de mayor ayuda para pagar el combustible que consumen. El acuerdo que ha puesto fin al conflicto ha sido que pagar¨¢n por cada litro de gas¨®leo 40 c¨¦ntimos en lugar de 50. Es una cuesti¨®n que ata?e sobre todo a la flota de arrastre, cuyas embarcaciones est¨¢n propulsadas, en muchos casos, por motores de m¨¢s de 1.000 CV. (El Real Decreto 679/1988, de 25 de junio de 1988, sobre pesca de arrastre en el Mediterr¨¢neo estableci¨® que la potencia m¨¢xima en las embarcaciones de arrastre que faenan en ese mar puede ser superior a 500 CV). Actualmente, muchos arrastreros del Mediterr¨¢neo llevan instalados motores de m¨¢s de 1.000 CV, y los hay de 2.000 o incluso alguno que ronda los 3.000 CV. Circunstancia, esta de la potencia de los motores, de gran relevancia para el futuro de este sector. En el Mediterr¨¢neo, estos motores consumen al d¨ªa, con los actuales horarios de pesca y a su m¨¢xima potencia, m¨¢s de un litro de gas¨®leo por CV. Existen, como en el caso de la velocidad de los coches, sistemas para limitar estas potencias, pero no se usan. Es l¨®gico porque un arrastrero con 1.500 CV consigue unas capturas muy superiores a las de uno de 500. El caso es que el sector pesquero pasa por un mal momento: no le salen las cuentas. Por eso pide ayuda. Pero es necesario pensar en medidas de mayor calado, y en este contexto es fundamental escuchar al sector porque la soluci¨®n s¨®lo ser¨¢ eficaz si se establece a partir de las propuestas del propio sector y, adem¨¢s, si esta soluci¨®n es plenamente asumida por ¨¦l.
Por eso es fundamental que el an¨¢lisis del sector pesquero sea acertado y las soluciones propuestas, eficaces. Ya no vale la huida hacia delante de las ¨²ltimas d¨¦cadas, en que se opt¨® por incrementar la potencia de los motores para enfrentarse a la disminuci¨®n de las capturas. Adem¨¢s, a pesar de la relevancia de la flota de arrastre, el an¨¢lisis debe establecerse tomando como referencia la totalidad de las flotas. Por el momento, parece que el sector identifica como principal problema el coste excesivo que ha alcanzado el combustible. En ese punto es donde probablemente se equivoca. Como consecuencia, se estar¨ªa equivocando tambi¨¦n en la soluci¨®n que plantea, el aumento de la subvenci¨®n que recibe para hacer frente a ese coste. Aunque esto no quiere decir que las subvenciones o ayudas p¨²blicas no sean una herramienta eficaz, pero lo ser¨¢n cuando se acierte en el an¨¢lisis y el planteamiento de soluciones.
El 19 de diciembre de 2000, ante una situaci¨®n muy parecida a la actual, en un art¨ªculo publicado en EL PA?S que titul¨¢bamos El combustible y la pesca, conclu¨ªamos: "El sector pesquero se enfrenta a la situaci¨®n de sobrepesca de los recursos y a la consecuente falta de rentabilidad de su actividad, exigiendo m¨¢s y m¨¢s subvenciones, haciendo o¨ªdos sordos a las se?ales de alarma provenientes de la realidad socioecon¨®mica en la que se mueve y del agotamiento de los recursos sometidos a explotaci¨®n". Desde entonces la situaci¨®n no ha hecho sino empeorar.
Se mire por donde se mire, el verdadero problema de la pesca es la excesiva capacidad pesquera, la potencia propulsora instalada sobre todo por los arrastreros, y la escasez de recurso a su disposici¨®n. No creo que nadie est¨¦ en condiciones de asegurar que de la inaplazable reducci¨®n de la capacidad pesquera resulte una recuperaci¨®n del recurso, aunque es probable que as¨ª sea. Pero lo que s¨ª es seguro es que, de no reducirla, el problema se agravar¨¢, y ni con coste cero del combustible se podr¨¢ rentabilizar el ejercicio de la pesca.
As¨ª que no hay m¨¢s camino que empezar a reducir la capacidad pesquera de las flotas, lo que adem¨¢s supondr¨¢ una importante reducci¨®n del consumo de combustible y la probable recuperaci¨®n del recurso. Pero hay otros problemas a?adidos a los que igualmente habr¨ªa que dar soluci¨®n, sobre todo el inadecuado sistema de comercializaci¨®n. Este sistema dificulta, por un lado, la ¨®ptima valoraci¨®n de los productos de la pesca. Por otro, que los posibles incrementos en las ganancias derivados de la venta se queden, en su mayor¨ªa, en sectores interpuestos y no lleguen al sector extractivo.
El camino es el de los planes de pesca articulados en torno a la reducci¨®n de la capacidad pesquera, la recuperaci¨®n del recurso y la racionalizaci¨®n de los canales de comercializaci¨®n, sin olvidar los aspectos relacionados con las condiciones laborales de los que trabajan a bordo. En el ¨¢mbito de estos planes s¨ª ser¨ªan enormemente rentables las ayudas p¨²blicas porque sin duda ir¨ªan en la direcci¨®n de hacer sostenible la actividad de un sector productivo important¨ªsimo, tanto desde el punto de vista de la seguridad alimentaria como del suministro de un producto de alta calidad a los mercados, contribuyendo adem¨¢s a la vertebraci¨®n social de las comunidades costeras.
Pere Oliver es secretario del Foro Cient¨ªfico de la Pesca Espa?ola en el Mediterr¨¢neo.
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