Por un Pa¨ªs Valenci¨¤
El proyecto de construir un Pa¨ªs Valenci¨¤ es hoy una idea m¨¢s inalcanzable como consecuencia, parad¨®jicamente, de la reforma del Estatuto Valenciano. Quienes de verdad nos tomamos en serio nuestro pasado, pero a¨²n m¨¢s nuestro futuro com¨²n en paz y progreso, no podemos aceptar que los intereses partidistas y los compromisos centralistas priven a toda una sociedad de sus leg¨ªtimas aspiraciones a tener un verdadero autogobierno que nos represente ante el resto del Estado y que sepa ejercer sus funciones en un marco estatutario digno.
Parece que no hemos aprendido nada. La historia vuelve a repetirse sin que se advierta un progreso. Hoy, como en 1982, las esperanzas e ilusiones de una importante parte de los valencianos se han visto defraudadas. La izquierda ya hizo entonces destacables concesiones para que saliera adelante el acuerdo. La derecha acept¨® entonces a rega?adientes el juego democr¨¢tico a costa de imponer sus condiciones. Ahora, desprendida ya de los lastres del pasado y con todo descaro, ha vuelto a repetir la jugada sin que, de nuevo, el PSPV haya intentado contrarrestarlo, anteponiendo los dictados de Madrid a nuestros propios intereses.
Son muchas las carencias de este nuevo Estatut que merecen nuestra cr¨ªtica y nuestro rechazo. Nuestro objetivo fundamental ha sido explicar a nuestros ciudadanos que la reforma estatutaria pactada por PP y PSOE no avanza en la recuperaci¨®n de la identidad valenciana, ni resuelve los problemas clave de nuestro pa¨ªs. Nosotros no hacemos pol¨ªticas de sal¨®n. Nos preocupan m¨¢s lo problemas de cada d¨ªa y nuestro futuro. Cosas tan n¨ªtidas como el que seamos la tercera Comunidad peor financiada del Estado. Cosas como no tener un modelo que nos permita gestionar las competencias de manera adecuada. Si a esto le sumamos el despilfarro de los sucesivos gobiernos del PP, la consecuencia l¨®gica es que estemos a la cola en los indicadores que miden prestaciones b¨¢sicas como la ense?anza, la sanidad o los servicios sociales.
Los redactores del proyecto han optado por la propaganda en lugar de abordar con seriedad la negociaci¨®n de un sistema de financiaci¨®n que refleje la realidad valenciana y aporte soluciones estables, sin ¨¢nimo alguno de alcanzar privilegios que no nos correspondan, pero tampoco haciendo concesiones de aquello a lo que tenemos derecho. Esta es la v¨ªa para desarrollar las competencias que se gestionan si aspiramos de verdad al autogobierno pol¨ªtico y no a ejercer una mera gesti¨®n administrativa al dictado de Madrid y en desigualdad de condiciones respecto a otras Comunidades.
En el ¨¢mbito municipal las carencias son similares. No se ha considerado la financiaci¨®n municipal, ni el listado de competencias de los ayuntamientos, pese a la clara solicitud hecha por la FEMP en tal sentido. Los redactores s¨®lo se han referido a la creaci¨®n de un Fondo de Cooperaci¨®n Municipal, que no es m¨¢s que un compromiso incumplido desde 1999. Tampoco se ha avanzado nada en nuestra hist¨®rica divisi¨®n territorial supramunicipal: las comarcas. Al contrario, se vuelve a fomentar el protagonismo de las diputaciones provinciales, creadas en el siglo XIX, remitiendo la divisi¨®n comarcal a una futura ley. Se da la espalda as¨ª a unas se?as de identidad en las que los valencianos se reconocen, al valor hist¨®rico de unas comarcas que configuran y reflejan aspectos comunes en la forma de vivir y de enfrentar los problemas de las gentes que se sienten y saben habitantes de ellas.
Los derechos b¨¢sicos de los valencianos no s¨®lo no aparecen garantizados, sino que ni siquiera son adecuadamente reconocidos. El proyecto no habla de derechos exigibles, sino de principios rectores. Se recurre a las f¨®rmulas "la Generalitat velar¨¢", "procurar¨¢...", lo que no es m¨¢s que una declaraci¨®n de buenas intenciones. As¨ª, los derechos ling¨¹¨ªsticos, de participaci¨®n, de igualdad de g¨¦nero, de un medio ambiente adecuado, de conservaci¨®n de nuestro patrimonio hist¨®rico, art¨ªstico, tecnol¨®gico-industrial y cient¨ªfico o de prestaciones sociales b¨¢sicas, entre otros, quedan en una nebulosa sem¨¢ntica sin garant¨ªas reales, lo que tambi¨¦n queda de manifiesto al remitir el texto a una futura ley que, seg¨²n dicen, regular¨¢ su contenido.
Por el contrario, cuando se habla de los trasvases la redacci¨®n se esfuerza en dejar claro que "se reconoce el derecho a la redistribuci¨®n de los sobrantes de agua de cuencas excedentarias atendiendo a criterios de sostenibilidad". El PP usa el proyecto de Estatut para volver a hacer demagogia, promoviendo la confrontaci¨®n, y evitando llevar a cabo una pol¨ªtica h¨ªdrica y medioambiental sostenible.
Frente a este proyecto, nosotros proponemos una reforma que d¨¦ soluci¨®n a los problemas de los ciudadanos y garantice derechos hoy por hoy en peligro. Un Estatuto que avance en democratizaci¨®n y autogobierno pol¨ªtico porque todav¨ªa aspiramos a ese Pa¨ªs Valenci¨¤, por quim¨¦rico que a algunos les parezca.
Isaura Navarro es diputada de EU por Valencia.
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