La ley antiterrorista divide al Partido Laborista
Tony Blair recibi¨® ayer no uno, sino dos revolcones pol¨ªticos. A la dimisi¨®n por la ma?ana del ministro de Pensiones y uno de sus aliados en el Gabinete, David Blunkett, se uni¨® a ¨²ltima hora de la tarde una revuelta de la izquierda laborista en la tramitaci¨®n de la reforma de la ley antiterrorista. Los rebeldes perdieron por un solo voto una enmienda a la que se opon¨ªa el Gobierno y parec¨ªan en condiciones de ganar la votaci¨®n sobre otra enmienda de mucho m¨¢s calado pol¨ªtico: la propuesta de ampliar de los actuales 14 d¨ªas a 28 d¨ªas el periodo de detenci¨®n preventiva de los sospechosos de terrorismo.
Si esa enmienda se hubiera incorporado al proyecto de ley habr¨ªa hecho trizas una de las propuestas m¨¢s pol¨¦micas del Gobierno: ampliar el periodo de dos semanas a 90 d¨ªas. El ministro del Interior, Charles Clarke, que pasa por estar personalmente en contra de ampliar tanto el periodo de detenci¨®n preventiva, ofreci¨® una semana de conversaciones entre los partidos para evitar la votaci¨®n y previsible derrota. El patrocinador de la enmienda, el laborista David Winnick, retir¨® de inmediato su enmienda.
Aunque el Gobierno evit¨® que la cat¨¢strofe fuera absoluta, parece muy dif¨ªcil que no se vea obligado a recortar de manera muy significativa el periodo de 90 d¨ªas de detenci¨®n sin cargos, una propuesta de la que el primer ministro Tony Blair parece haber hecho una cuesti¨®n personal. El problema para el Gobierno y sobre todo para Blair es que si tiene tantos problemas para aprobar la propuesta de ley en la C¨¢mara de los Comunes, donde tiene una mayor¨ªa de 66 diputados, dif¨ªcilmente podr¨¢ conseguir que el texto pase luego el cedazo de la C¨¢mara de los Lores, en la que est¨¢ en minor¨ªa y se enfrenta a una sostenida oposici¨®n a medidas antiterroristas que a juicio de los lores menoscaban las libertades individuales.
As¨ª ocurri¨® meses atr¨¢s, cuando los Lores se opusieron tercamente a aceptar las propuestas del Gobierno para adaptar la ley antiterrorista a una decisi¨®n judicial que consideraba ilegal el internamiento indefinido de extranjeros sospechosos de terrorismo que no aceptaran ser deportados. El Gobierno propuso una medida alternativa, las llamadas ¨®rdenes de control, que a juicio de los lores constitu¨ªan un arresto domiciliario indefinido decretado por la polic¨ªa. Tras sucesivos vaivenes de la ley entre ambas c¨¢maras, el texto se aprob¨® otorgando a los jueces un papel mucho m¨¢s relevante del que quer¨ªan el Gobierno, la polic¨ªa y los servicios secretos.
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