Expedici¨®n al volc¨¢n desconocido
Cient¨ªficos espa?oles entrar¨¢n en una selva virgen de Guinea Ecuatorial
Dentro de 15 d¨ªas, una expedici¨®n cient¨ªfica dirigida por espa?oles entrar¨¢ en la Caldera de Luba, un volc¨¢n cuyo cr¨¢ter se hundi¨® hace millones de a?os y en donde existe una selva que todav¨ªa no ha pisado el hombre.
Algunas leyendas aseguran que se esconde una tribu de pigmeos; otras, que hay gorilas y simios que no ha visto el ser humano. Para los habitantes de los pueblos de alrededor, la Caldera de Luba, en la isla de Bioko (Guinea Ecuatorial), fue un antiguo cementerio y hoy es el hogar del dios Lombe, que reside en un lago mitol¨®gico.
Lo cierto es que el 18 de noviembre partir¨¢n los cient¨ªficos espa?oles para investigar la vida animal y vegetal de esta caldera, que tiene un di¨¢metro de 5.000 metros y est¨¢ ocupada por una espesa selva monz¨®nica de 2.500 hect¨¢reas, con laderas verticales de 1.400 metros de desnivel. La cota m¨¢s alta tiene 2.261 metros.
El director del proyecto cuenta que ser¨¢ como las cl¨¢sicas aventuras del siglo XIX, pero en el XXI
Descubrir el interior de la caldera es el reto de Ignacio Mart¨ªn Sanz (Madrid, 1959), profesor de Zoolog¨ªa Forestal de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, y de otras 23 personas. Su objetivo es permanecer un mes en este terreno casi prohibido, donde las anteriores expediciones s¨®lo han conseguido quedarse en las puertas por las dificultades del terreno. La expedici¨®n est¨¢ compuesta por zo¨®logos, bot¨¢nicos, m¨¦dicos, bomberos especialistas en rescate y c¨¢maras de televisi¨®n. Cuatro de estos cient¨ªficos ser¨¢n guineanos.
Como el propio Mart¨ªn cuenta, "el proyecto ser¨¢ como las cl¨¢sicas expediciones del siglo XIX, pero en el XXI". Contar¨¢ con todos los adelantos t¨¦cnicos, pero, como en las cl¨¢sicas expediciones de la Inglaterra victoriana, recurrir¨¢ a 45 porteadores. Esta expedici¨®n debe arrastrar hasta el coraz¨®n de la caldera 4.500 kilos de material y m¨¢s de 5.000 metros de cuerda. Los nervios aumentan entre los miembros de la expedici¨®n a medida que se acerca la fecha de partir. El atractivo de esta expedici¨®n es entrar en un lugar ignoto que adem¨¢s exigir¨¢ realizar descensos por laderas de selva con t¨¦cnicas poco desarrolladas, ya que existen escasos h¨¢bitats de estas caracter¨ªsticas.
Las jugadas del destino han hecho que Ignacio Mart¨ªn vuelva al pa¨ªs donde su padre hizo la mili como ayudante del servicio de cartograf¨ªa del Ej¨¦rcito. Han pasado muchos a?os (finales de los sesenta) desde que Espa?a abandon¨® Guinea, pero los mapas militares son los ¨²nicos que todav¨ªa describen con fiabilidad los alrededores de la Caldera de Luba. "En mi casa siempre hab¨ªa fotograf¨ªas de la selva guineana. Para m¨ª era algo familiar, y ten¨ªa ganas de realizar esta expedici¨®n". Mart¨ªn, que ya ha investigado otras selvas, como las de Indonesia, lleva cuatro a?os preparando la expedici¨®n, en la que hay muchas esperanzas depositadas: descubrir nueva flora, as¨ª como invertebrados, peces, anfibios, reptiles, aves y mam¨ªferos que podr¨ªan dar alguna sorpresa a la comunidad cient¨ªfica.
Sobre el mapa militar, Mart¨ªn explica los dos caminos que seguir¨¢n. Por un lado, el director y tres expedicionarios, cualificados en alpinismo, bajar¨¢n haciendo rappel por las paredes de la caldera. Por el lado opuesto, all¨ª donde el r¨ªo Tudela ha horadado la monta?a, entrar¨¢n otros 20 expedicionarios y los porteadores. ?ste es el acceso m¨¢s f¨¢cil.
Pero todav¨ªa hay flecos pendientes. El coste de la expedici¨®n correr¨¢ a cargo de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, pero falta encontrar financiaci¨®n para el documental, cuya factura asciende a 161.000 euros. Mart¨ªn reconoce haber llamado a cientos de puertas, pero se lamenta de lo dif¨ªcil que resulta recaudar el dinero.
Estas penurias no desilusionan al equipo. "Vamos a ir al lugar m¨¢s lluvioso de ?frica, un sitio donde todos hablan en espa?ol", comenta Mart¨ªn. Quiz¨¢ cuando regrese la expedici¨®n se sepa la verdad de las leyendas de la Caldera de Luba.
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