Las dos Turqu¨ªas
Aunque fuese con alg¨²n retraso, el 3 de octubre, tal como estaba previsto, se han iniciado las negociaciones para la entrada de Turqu¨ªa en la Uni¨®n Europea. Las tensiones de ¨²ltima hora se debieron a que Austria exigiera que la meta final fuera una "asociaci¨®n privilegiada", pero se qued¨® sola con esta reivindicaci¨®n. Pese a contar con poblaciones poco dispuestas a esta ampliaci¨®n, ni Francia, con un partido gobernante claramente en contra, ni una Alemania paralizada, despu¨¦s de que Angela Merkel no obtuviese el resultado electoral esperado, apoyaron a Austria. De nuevo fue decisiva la presi¨®n de Estados Unidos a favor de Turqu¨ªa, su principal aliado en la regi¨®n y, como tal, la favorita del Fondo Monetario Internacional. Austria tuvo que claudicar, aunque de refil¨®n consiguiese otro de sus objetivos, que se empezaran las negociaciones con Croacia.
No ha habido proceso de integraci¨®n m¨¢s largo ni m¨¢s complicado que el de Turqu¨ªa. Desde el Tratado de Ankara de 1963, en el que de manera hipot¨¦tica se habla ya de una posible adhesi¨®n, pasan 24 a?os hasta que en 1987 presente la solicitud para su ingreso, y otros 10 hasta que en 1997 el Consejo Europeo de Luxemburgo aceptase la petici¨®n, adquiriendo por fin el t¨ªtulo de candidata en la Cumbre de Helsinki de diciembre de 1999. Han pasado otros seis a?os para que empezaran las negociaciones. No existe precedente de que desde un principio se plantee la posibilidad de una ruptura, dando adem¨¢s por descontado que se alarguen entre 15 y 20 a?os. A tan largo plazo nadie sabe lo que habr¨¢ sido de Turqu¨ªa ni de la Uni¨®n Europea.
Basta con recordar estos datos para que no tengamos que volver a insistir en los argumentos que se han dado para oponerse a la adhesi¨®n de Turqu¨ªa: la no europeidad, geogr¨¢fica ni cultural; los d¨¦ficit democr¨¢ticos, pese a mejoras indudables en los ¨²ltimos a?os; la enorme diferencia en el desarrollo socioecon¨®mico, algo que pesa mucho si tenemos en cuenta que la poblaci¨®n de Turqu¨ªa ser¨¢ la mayor de los Estados europeos en el momento del ingreso. Dos son los argumentos principales que se dan a favor. El primero, que la situaci¨®n geopol¨ªtica de Turqu¨ªa colocar¨ªa a la Uni¨®n Europea m¨¢s cerca del eje asi¨¢tico en el que se dirime la hegemon¨ªa mundial. Europa necesita de Turqu¨ªa si no quiere renunciar a jugar un papel en el mundo que viene. El segundo se refiere al impulso que para la democratizaci¨®n y la modernizaci¨®n de Turqu¨ªa supone el inicio de las negociaciones, argumento muy cierto, pero que tambi¨¦n puede interpretarse en sentido inverso, al mostrar que hoy por hoy ni Turqu¨ªa ni la Uni¨®n Europea est¨¢n preparadas para la integraci¨®n y lo prudente hubiera sido el esperar a que estas condiciones se diesen.
El 23 de octubre, el escritor turco Orhan Pamuk, que en sus novelas ha puesto de manifiesto el contraste tr¨¢gico entre la Turqu¨ªa europea y la asi¨¢tica, recib¨ªa en Francfort el premio de la paz de la asociaci¨®n de libreros alemanes. En su discurso subray¨® la ambivalencia de la relaci¨®n de Turqu¨ªa con el Occidente; de un lado, de admiraci¨®n sin l¨ªmites y, de otro, de verg¨¹enza consigo misma. "Y cada vez que un hombre siente una profunda humillaci¨®n, el orgullo nacionalista no tarda mucho en emerger". Europa habr¨ªa olvidado muchas veces las promesas hechas, a la vez que aumentaba de continuo las exigencias. "La iron¨ªa cruel de toda esta historia es que al atizar el nacionalismo antiturco en Europa, se ha suscitado en Turqu¨ªa una reacci¨®n nacionalista de las m¨¢s extremas".
El 16 de diciembre Orhan Pamuk tendr¨¢ que comparecer ante la justicia de su pa¨ªs por haber confirmado el genocidio de millones de armenios y la muerte de 30.000 kurdos. Estas declaraciones han provocado una reacci¨®n descomunal -art¨ªculos, manifestaciones, escritos injuriosos- por parte de un nacionalismo que se siente herido. En Turqu¨ªa un nacionalismo ferviente impide confrontarse con la propia historia. Con el crecimiento econ¨®mico y las relaciones tortuosas con Europa, un nacionalismo cada vez m¨¢s agresivo podr¨ªa marcar el destino de estas negociaciones.
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