Artesan¨ªa pop

Lo anunci¨® sin atisbos de falsa modestia Robert Forster en los estertores del set de su banda, The Go-Betweens: "Olv¨ªdense de The Tears y dem¨¢s grupos que a¨²n est¨¢n por llegar, ¨¦sta es la mejor noche de m¨²sica de las que integran este festival", vino a decir. Y cierto es que no andaba muy desencaminado, aunque el primer plato de la triple oferta vino servido por los brit¨¢nicos The Delays, quienes no pasar¨¢n a los anales del certamen ni por su singularidad ni porque su propuesta tenga una acusada personalidad. S¨ª demostraron al menos disponer del casi imberbe oficio que suele caracterizar a la mayor parte de debutantes ingleses, y la consecuci¨®n de un par de composiciones con atisbos de hit.

Las grandes adjetivaciones quedaban reservadas para los australianos The Go-Betweens, veteranos orfebres del mejor pop sin fecha de caducidad, marcado por el equilibrio entre la luminosidad inmarcesible de las melod¨ªas de Grant McLennan y las ¨ªnfulas literarias de Robert Forster, sus dos compositores. Su puesta en escena, mitad el¨¦ctrica mitad ac¨²stica, hizo patente dos cosas: su proverbial sino como v¨ªctimas de un malditismo comercial que ellos mismos alimentan (?c¨®mo ganar¨ªan sus canciones acompa?adas de teclados o viol¨ªn!) y su perenne condici¨®n de art¨ªfices de diamantes de pop eterno, como Bachelor Kisses, Head Full of Steam o Finding You. En s¨ªntesis, merecedores de encabezar el cartel.

Y ello sin devaluar en lo m¨¢s m¨ªnimo la irreprochable prestaci¨®n de Teenage Fanclub, cl¨¢sicos ya merced a su inagotable reinterpretaci¨®n del tri¨¢ngulo referencial formado por Byrds, Beach Boys y Big Star. El reverso oscuro de tan inmaculada concepci¨®n musical, refrendada por en¨¦sima vez en Man Made, su ¨²ltimo ¨¢lbum, sigue siendo esa ejecuci¨®n tan de piloto autom¨¢tico, tan linealmente desarrollada (y obstinada en la repetici¨®n del mismo cancionero) que conduce a la sensaci¨®n de un reconfortante y placentero d¨¦j¨¤ vu.