Ahmadineyad siembra la incertidumbre sobre Ir¨¢n
Tres meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n, el nuevo presidente iran¨ª ha hecho saltar las alarmas por su insistencia en producir combustible nuclear y su llamamiento a "borrar del mapa" a Israel
El cuadro de Bacon se titula "Dos figuras tendidas en una cama con testigos". Sin embargo el r¨®tulo lo reduce a "Dos figuras con testigos". Claro que tambi¨¦n se trata de un tr¨ªptico y en la pared s¨®lo hay dos paneles con un espacio vac¨ªo entremedio. En cualquier otro museo, un cartel explicar¨ªa la ausencia. En el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Teher¨¢n no hace falta. Todo el mundo sabe que el d¨ªa de la inauguraci¨®n dos basiyis (vigilantes isl¨¢micos) se llevaron la tela central porque las dos figuras tendidas en la cama les resultaron obscenas. La trayectoria de esta muestra, que permite ver el conjunto de los fondos del museo por primera vez desde la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de 1979, constituye un paradigma de los primeros pasos del Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
"Si logra salir del atolladero nuclear, revalidar¨¢ su elecci¨®n", asegura un escritor
"?Qu¨¦ nos importa la causa palestina? Si los palestinos reconocen a Israel", dice un profesor
La exhibici¨®n es el legado de Al¨ª Reza Samiazar, director saliente del museo. A muchos observadores les ha sorprendido que se haya mantenido tras el nombramiento del ultraconservador Mohamad Hossein Saffar Harandi como nuevo ministro de Cultura y Orientaci¨®n Isl¨¢mica. "No pod¨ªan suspenderla, con dos mil visitantes diarios est¨¢ siendo la exposici¨®n de m¨¢s ¨¦xito en la historia del museo; hubiera generado mucha controversia", asegura una periodista local. Y a Ahmadineyad no le convienen las controversias en un momento en el que busca sobre todo la unidad nacional frente a la crisis nuclear con Occidente.
Aunque sus declaraciones parecen destinadas a crearlas, como ha sucedido con su reciente llamamiento a "borrar del mapa" a Israel. Ahmadineyad ha puesto en un serio aprieto a su diplomacia, que se ha apresurado a aclarar que "Ir¨¢n no tiene planes de atacar a Israel ni nunca ha atacado a otro Estado". Del mismo modo, su insistencia en producir combustible nuclear y en ver como colonialistas las presiones internacionales en contra de ese proyecto, empieza a crear divisiones entre la clase pol¨ªtica. "No debemos pronunciar palabras que nos creen problemas econ¨®micos y pol¨ªticos en el mundo", ha manifestado en una poco velada cr¨ªtica su predecesor, Mohamed Jatam¨ª.
"?sa va a ser su gran prueba: c¨®mo logra salir del atolladero nuclear; si lo consigue, revalidar¨¢ su elecci¨®n", asegura el escritor y analista Mohamed el Huseini. En su opini¨®n, Ahmadineyad va a ser "suave con el pueblo, en asuntos de vestimenta, libertades personales, etc¨¦tera, y duro con las ¨¦lites, en cuestiones como la corrupci¨®n y la concentraci¨®n de poder". "En los temas culturales, no se va a producir un giro radical, sino que va a construir sobre lo ya establecido, incorporando poco a poco nuevo teatro, nueva m¨²sica o nuevo cine m¨¢s acordes con las inclinaciones religiosas de la mayor¨ªa de sus seguidores", explica.
Pero, ?qui¨¦nes son los seguidores de Ahmadineyad? Desde luego no los 17 millones de votantes que, seg¨²n los resultados oficiales, le entregaron su confianza en la segunda vuelta de las elecciones del pasado junio. El n¨²cleo ultraconservador, que aspira a mantener la llama de la Revoluci¨®n, est¨¢ m¨¢s cerca de los 6 millones de iran¨ªes que optaron por ¨¦l en la primera vuelta, es decir un 20% del electorado. Una parte de la sociedad que muy probablemente no ha acudido a la exposici¨®n del Museo de Arte Contempor¨¢neo, pero s¨ª ha participado en la Semana de la Defensa Sagrada, que a finales de septiembre conmemor¨® el 25? aniversario del inicio de la guerra con Irak (1980-1988), o en las manifestaciones de apoyo a Ahmadineyad tras la condena internacional a su exabrupto contra Israel.
"Ir¨¢n esta gobernado por un complejo sistema de instituciones y centros de poder rivales que de forma inherente favorecen la continuidad sobre el cambio", asegura el ¨²ltimo informe del International Crisis Group (ICG) sobre la Rep¨²blica Isl¨¢mica, titulado ?Qu¨¦ significa el triunfo de Ahmadineyad? La mayor¨ªa de las fuentes consultadas coinciden en que, a pesar de las declaraciones estent¨®reas, "no va a haber ruptura con el pasado". Esperan un cambio progresivo, una especie de revoluci¨®n silenciosa. "La pol¨ªtica exterior no va a ser muy distinta de la anterior", defiende el soci¨®logo y periodista Mashallah Shamsolvaezin, quien s¨ª cuenta con cambios internos. "En los terrenos social y cultural, van a repetirse discursos del principio de la Revoluci¨®n", apunta. Su mayor preocupaci¨®n con todo es "la militarizaci¨®n de la pol¨ªtica iran¨ª". La mayor¨ªa de los ministros -cuya media de edad es 48 a?os, uno menos que el presidente- comparten la experiencia de haber servido durante la guerra con Irak en el cuerpo de Guardias Revolucionarios (Pasdar¨¢n), como el propio Ahmadineyad, o en alguna de sus agencias, los tribunales revolucionarios o los servicios secretos.
"Estos nombramientos env¨ªan una doble se?al", explica Shamsolvaezin, "por un lado las clases sociales que respaldaron la revoluci¨®n van a verse favorecidas, y por otro los militares se est¨¢n haciendo cargo de la Administraci¨®n de la misma forma que en tiempos de Franco en Espa?a, o en la actualidad en Israel y Pakist¨¢n".
De momento, salvo en el dossier nuclear, donde el cambio de equipo y la decisi¨®n de reanudar las actividades en el centro de investigaci¨®n de Isfah¨¢n se ha le¨ªdo como un enroque, no ha habido grandes decisiones. Pero hay signos contradictorios. Por un lado, su intento de quitar importancia a sus manifestaciones anti israel¨ªes parece indicar que fueron fruto de un exceso verbal m¨¢s que de un giro pol¨ªtico. Por otro, la dr¨¢stica remodelaci¨®n del servicio exterior anunciada esta semana se est¨¢ percibiendo m¨¢s como una purga de moderados que como el natural relevo de embajadores de un nuevo Gobierno.
Seg¨²n destaca el informe del ICG, "los grupos que le apoyan como los Guardias Revolucionarios, la milicia basiyi o el movimiento Abadgar¨¢n, han abrazado posturas conservadoras en lo social y de confrontaci¨®n en lo internacional, e incluso alguno ha apoyado la actividad violenta fuera del pa¨ªs". No obstante, la mayor¨ªa de los analistas opina que Ahmadineyad tendr¨¢ que hacer concesiones hacia el centro para mantener la estabilidad. Consideran que los graves problemas econ¨®micos y sociales que tiene este pa¨ªs dejan poco espacio para el dogmatismo.
A la vez empieza a cundir el temor a las consecuencias de la oratoria radical del presidente. "?Qu¨¦ nos importa a nosotros la causa palestina?", se pregunta desde el anonimato un profesor universitario. "Si hasta los palestinos han reconocido a Israel, ?vamos a ser nosotros m¨¢s papistas que el Papa? Aqu¨ª tenemos otros problemas m¨¢s urgentes", asegura. A ¨¦l, como a otros intelectuales consultados, le preocupa el peligro de aislamiento internacional, de sanciones e incluso de confrontaci¨®n interna.
"Lo que todos esperamos es poder sentirnos seguros, protegidos por la ley y estimados por el resto del mundo", resume Reza Shabani, profesor de historia y miembro del Centro de Di¨¢logo para las Civilizaciones. En su opini¨®n, el pasado militar del nuevo Gobierno no es motivo de preocupaci¨®n. "Es una cuesti¨®n generacional fruto de la guerra que sufrimos con Irak", afirma descartando que signifique una vuelta atr¨¢s.
Para Shabani, lo principal es crear empleos para los j¨®venes. "Un tercio de nuestros licenciados no encuentran trabajo y eso plantea problemas sociales muy graves. El presidente tiene que cumplir sus promesas electorales y hacer algo de forma urgente. Los elevados precios del petr¨®leo se lo permiten. Ahora somos un pa¨ªs rico y quisi¨¦ramos ver los frutos", manifiesta recogiendo un sentir muy extendido en las calles de Teher¨¢n.
Mientras tanto, el tablero central del tr¨ªptico de Bacon seguir¨¢ en la c¨¢mara acorazada del Museo de Arte Contempor¨¢neo junto a la muchacha semidesnuda de Renoir que ni siquiera en esta ocasi¨®n ha salido a la luz. Queda por saber si los iran¨ªes podr¨¢n seguir disfrutando de la m¨¢s importante colecci¨®n de arte occidental moderno fuera de Europa y Estados Unidos o, si por el contrario, Ahmadineyad la devolver¨¢ a los s¨®tanos con el resto de las libertades tan costosamente conquistadas.
Uno de los nuestros
"Es uno de los nuestros", responde Maryam, esposa y madre de sendos m¨¢rtires de la contienda contra Irak, cuando se le pregunta c¨®mo ve al nuevo presidente. Maryam y su hija, ambas cubiertas con un chador negro, se han detenido ante unos carteles en recuerdo de la guerra contra Irak.
Las im¨¢genes de los j¨®venes m¨¢rtires flotan sobre escenas b¨¦licas mil veces repetidas. Un mill¨®n de v¨ªctimas, entre muertos y heridos, han dejado a muchas familias dependientes del Estado a trav¨¦s de diversas fundaciones. Pasar p¨¢gina significa quitar sentido a las muertes de sus allegados, pero tambi¨¦n tocar los poderosos intereses econ¨®micos que est¨¢n detr¨¢s de esas organizaciones.
Ideol¨®gicamente, Ahmadineyad sigue siendo en buena medida un misterio. Algunas voces le asocian con la secta de los Anjuman Hojatiye (los que esperan la reaparici¨®n del Im¨¢n Oculto), salvando las distancias, algo equivalente a que un pol¨ªtico espa?ol pertenezca al grupo ultraconservador de los Legionarios de Cristo.
"Eso es una soberana tonter¨ªa", desmiente un asesor del presidente que recuerda que el respeto por el duod¨¦cimo im¨¢n es com¨²n a todo el chi¨ªsmo iran¨ª. S¨®lo que hay quien considera esa elecci¨®n una se?al de la pronta venida de ese Mes¨ªas.
El propio presidente alienta su asociaci¨®n con los fundamentalistas. "Una naci¨®n basada en la fe, nunca fracasar¨¢", declar¨® tras viajar a Qom para agradecer el apoyo de su mentor espiritual, el ayatol¨¢ Mohamed Mesbah Yazd¨ª, un ulema ultraconservador que pone los pelos de punta a los reformistas.
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