El alcalde de un suburbio decreta la primera prohibici¨®n

Los l¨ªderes de extrema derecha como Jean-Marie Le Pen -que considera que en Francia se dan ya las premisas para "una guerra civil"- o Philippe de Villiers ya no est¨¢n solos pidiendo la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito y la imposici¨®n del toque de queda en los barrios conflictivos. Los sindicatos policiales, que detectan el cansancio de algunos de sus miembros, presionan abiertamente al Gobierno en este sentido.

El alcalde de Le Raincy, Eric Raoult, no ha esperado a que el Ejecutivo lo decida. El primer edil de esta localidad del departamento de Saint Denis, situada justo entre Clichy-sous-Bois y Monfermeil, estableci¨® ayer el toque de queda a partir de las 22.00, adem¨¢s de contratar agentes de seguridad para reforzar las patrullas ciudadanas que puso en marcha el s¨¢bado. Raoult, del partido gubernamental (UMP), explic¨® que no quiere "dramas".

El sindicato policial Action Police CFTC pidi¨® ayer al Ejecutivo de Dominique de Villepin que imponga el toque de queda en las zonas problem¨¢ticas y que saque el Ej¨¦rcito a la calle. "Nada parece ser capaz de detener la guerra civil que se extiende cada d¨ªa un poco m¨¢s a trav¨¦s del pa¨ªs", dice el comunicado de la CFTC, "los acontecimientos que estamos viviendo no tienen precedentes desde la II Guerra Mundial". Otros l¨ªderes sindicales se han pronunciado en el mismo sentido, calificando de "terrorismo urbano" y de "guerrilla islamista" lo que sucede en Francia.

El prefecto de Val d'Oise, en la periferia parisina, prohibi¨® ayer oficialmente la venta de bidones de gasolina, una medida que, de hecho, ya se aplicaba en muchas localidades. Desde hace d¨ªas la polic¨ªa obliga a cerrar las gasolineras de las periferias a la ca¨ªda de la tarde y controla a los grupos de j¨®venes que llenan bidones. Sin embargo, los empleados de las estaciones de servicio denunciaban ayer que durante el d¨ªa los j¨®venes llegan en grupos numerosos y les obligan a servirles gasolina.