Espa?a-Rajoy : 7 a 1
El proceso de regresi¨®n democr¨¢tica, crispaci¨®n pol¨ªtica y ruptura de consenso que, de la mano y cara duras del aznarismo culmin¨® en su derrota electoral, prosigue en el desesperado intento de imponer de nuevo su imagen neofranquista de una Espa?a irreal. Pero la real es la Espa?a representada por esos seis grupos del Congreso que volvieron a condenar, sin excepci¨®n y en voz alta, el solitario proyecto del se?or Rajoy y aceptaron el de la Catalu?a progresista y federante como modelo exportable de un mayor autogobierno para toda ella. El 5 a 0 del Bar?a-Panathinaikos no fue nada comparado con el Espa?a-Rajoy : 7 a 1. El cambio que encabeza una vez m¨¢s el catalanismo de izquierdas, desde 1866 a la vigente Constituci¨®n de 1978 (llamada "de los catalanes" por la caverna matritense) para estabilizar un sistema integrador de "las Espa?as", de democracia avanzada y mayor justicia social, ve c¨®mo se suceden las etapas de su ¨²ltimo intento regenerador: derrota electoral de la derecha catalana; despu¨¦s, del PP; proyecto de nuevo Estatuto catal¨¢n; aceptaci¨®n global por un PSOE en el Gobierno central que logra alianzas con todos los partidos nacionalistas y regionalistas. Y en un pr¨®ximo futuro, reformas de casi todos los estatutos (incluidos los de varias comunidades regidas por el PP) que obligar¨¢n, en coherencia, a una reforma federalista de la Constituci¨®n, empezando por el Senado. El t¨¢ndem humano impulsor de todo ello lo forman dos pol¨ªticos nada corrientes, odiados y vilipendiados por la derecha y, a menudo, secretamente envidiados por alguna izquierda: Rodr¨ªguez Zapatero y Pasqual Maragall.
En su d¨ªa os¨¦ predecir que los nacionalistas catalanes (CiU y ERC) acabar¨ªan apoyando al PSC y al PSOE, y que pactar¨ªan con ¨¦stos un Estatuto que todos ellos quieren que sea tan avanzado como constitucional, pese a haber forzado, por ignorancia o demagogia, la inclusi¨®n de elementos dudosos. Los discursos de sus dirigentes en el Congreso de los Diputados fueron un modelo de sensatez, argumentos irrebatibles y esp¨ªritu de concordia. El mejor, para m¨ª, el del se?or Duran, pleno de razones y de cultura jur¨ªdica, digno acusador cristiano de la COPE, si bien, al recordar el influjo catal¨¢n en la redacci¨®n del sistema auton¨®mico constitucional vigente, no se atrevi¨® a admitir que fue el PSC, con el apoyo total del PSOE, el decisivo autor del art¨ªculo 2 (sin el a?adido "patri¨®tico-militar" que pretend¨ªa inhabilitarlo) y del t¨ªtulo VIII. Menos hubiese recordado que CiU impidi¨® la f¨®rmula federalista del PSC para evitar futuros conflictos entre Catalu?a y el Gobierno central; conflictos que, tras darle al pujolismo 20 a?os de agravios muy rentables en votos, son hoy la causa de ese blindaje competencial preventivo que en cierta medida dificulta su aceptaci¨®n. En todo caso, el se?or Duran fue el primero en criticar los insultos del PP a Rodr¨ªguez Zapatero y su ataque al nuevo Estatuto con la ¨²nica finalidad de hacer caer al presidente del Gobierno. Cuando quiere, la derecha nacionalista es ¨¦tica y noble. ?Por qu¨¦ no renuncia, pues, en su estrategia de acoso y derribo del presidente de la Generalitat y sus insultos, tan similares a los que ahora critica en su antiguo aliado?
Por las izquierdas catalanas, Manuela de Madre supo tranquilizar a un PSOE angustiado por la demagogia de sus jacobinos, y el republicano Puigcerc¨®s hizo fiable su apoyo a un PSOE que sea de verdad izquierdista. Su denuncia de la pasividad progre ante la catalanofobia inducida por la derecha fue de lo mejor y, sobre todo, su espl¨¦ndida definici¨®n del n¨²cleo real, reducido pero influyente, del nacionalismo espa?ol: los que en Madrid "chupan del bote", o sea, el concentrado poder burocr¨¢tico, medi¨¢tico, empresarial y financiero, con su zona nacional franquista, que busca atajar el mayor peligro para su oligopolio monopolista: la Espa?a en red, con unas autonom¨ªas potentes y solidarias como pretende Zapatero.
Ese "buen hombre" insultante que es el se?or Rajoy suspendi¨® su examen de Derecho Constitucional por confundir los conceptos b¨¢sicos: Estado, naci¨®n, soberan¨ªa, pueblo... Es propio del neofranquismo no entenderlos bien porque son inseparables de la democracia, a la que se teme y odia. Cuando dijo que "nadie le habla de igual a igual al pueblo espa?ol", negaba a los catalanes su parte al¨ªcuota de soberan¨ªa popular espa?ola. Por eso despreci¨® con su silencio a los delegados del Parlament y con su ausencia a los representantes del resto de las comunidades aut¨®nomas. Cuando calific¨® la propuesta estatutaria de reforma constitucional fraudulenta, omit¨ªa a sabiendas que eso es jur¨ªdicamente imposible y que ya el Tribunal Constitucional se lo hizo saber cuando emple¨® la misma estratagema contra el proyecto de Estatuto vasco. Pero todo vale cuando se trata de recuperar el poder perdido y de gritar "?v¨¢yase, se?or Zapatero!" antes de que las elecciones futuras acaben con su presencia como l¨ªder opositor. En cambio, Zapatero dio como siempre una olvidada lecci¨®n: la pol¨ªtica, a diferencia de la guerra fr¨ªa civil que acaba conduciendo a la sangrienta, es ante todo respeto al oponente, di¨¢logo y pacto entre todos sin exclusi¨®n. Frente a la mofa de Rajoy, tuvo raz¨®n Zapatero: ?claro que Espa?a es un reino republicano (de rep¨²blicas aut¨®nomas) y nuestro ej¨¦rcito es de paz y no de guerra, y a los independentistas los acepta y ampara nuestra Constituci¨®n, como a toda ideolog¨ªa no violenta! La haza?a del nuevo Aza?a ha sido abrazar el proyecto catal¨¢n como precedente de una paz en Euskadi y como un instrumento que democratice m¨¢s la Espa?a real, plural y unida. Se trata de un nuevo r¨¦gimen que deja en soledad, sin aliados, a la derecha ultra que, hoy por hoy, domina de forma suicida el partido sin rumbo del se?or Rajoy y de su mal¨¦volo y rencoroso mentor. Lo dicho: Espa?a 7, Rajoy 1. Alegr¨¦monos con tan buen resultado por goleada.
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es profesor de Derecho Constitucional de la UB
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