Blair pierde

Por vez primera desde su llegada al poder en 1997, el primer ministro laborista, Tony Blair, perdi¨® ayer una votaci¨®n parlamentaria y en una cuesti¨®n de la que hab¨ªa hecho bandera: la ampliaci¨®n de 14 a 90 d¨ªas del periodo de detenci¨®n sin cargos de los sospechosos de terrorismo. La rebeli¨®n de 41 diputados laboristas, unidos al voto de conservadores y liberal-dem¨®cratas, forz¨® este rechazo y la aprobaci¨®n de la propuesta de la oposici¨®n de ampliar el plazo s¨®lo hasta 28 d¨ªas.

Las nuevas medidas de dureza en la lucha contra el terrorismo, incluida la controvertida mayor facilidad para la deportaci¨®n de extranjeros y la denegaci¨®n de demandas de asilo, siguen su curso, con un amplio nivel de aprobaci¨®n. Pero la cuesti¨®n de los 90 d¨ªas parec¨ªa excesiva a muchos. De hecho, presionado por la oposici¨®n, Blair no pudo dar un ejemplo de que tal paso hubiera servido para recabar las pruebas buscadas. Su dram¨¢tica revelaci¨®n de que, tras el 7 de julio, la polic¨ªa hab¨ªa frustrado otros dos atentados contra la red de transporte no conmovi¨® a los que votaron en su contra. La rebeli¨®n es contra un exceso en el recorte de libertades y garant¨ªas en nombre de la lucha antiterrorista, y dice mucho en favor de los valores brit¨¢nicos.

Blair, el ¨²nico laborista que ha ganado tres elecciones consecutivas, se ha comprometido a dejar el Gobierno en 2009. Aunque mantiene un buen nivel de popularidad en las encuestas, lo ocurrido ayer se suma a otro reciente rev¨¦s, la dimisi¨®n por un conflicto de intereses econ¨®micos privados de David Blunkett, al que Blair, tras otra anterior renuncia, hab¨ªa reincorporado al Gobierno como ministro de Educaci¨®n, una pieza b¨¢sica de su agenda social. Adem¨¢s, d¨ªa a d¨ªa gotean las tensiones en el seno del Ejecutivo sobre la guerra de Irak, las ¨²ltimas expuestas por el anterior embajador de Londres en Washington.

Hasta ayer, los cr¨ªticos en su propio partido obedec¨ªan. Lo ocurrido puede no s¨®lo pesar tambi¨¦n sobre la discutida reforma de las pensiones y de la educaci¨®n, sino acelerar la salida del l¨ªder del Nuevo Laborismo y reemplazarlo por su actual canciller del Exchequer, Gordon Brown. Es demasiado pronto para saberlo. Lo ¨²nico claro es que ayer Blair perdi¨® no s¨®lo una votaci¨®n en los Comunes, sino un bien preciado en pol¨ªtica: autoridad.