"Mataron a mi padre y al de mi novia"

Ashraf al Akhras, de 30 a?os, estaba celebrando su boda con su familia, de origen palestino, y amigos en el lujoso hotel Radisson de Amm¨¢n cuando una potente bomba destruy¨® la sala de banquetes y mat¨® a 18 de sus familiares, aunque ¨¦l y su novia salieron ilesos. La alegr¨ªa se convirti¨® en dolor y desesperaci¨®n. Fue uno de los ataques sincronizados contra tres hoteles en la capital jordana que han causado 57 muertos.

"Mi padre y el padre de mi novia han muerto en la explosi¨®n", declaraba Ashraf, desolado, en una breve entrevista concedida ayer a la televisi¨®n jornada, en la que explic¨® c¨®mo la fiesta se convirti¨® en tragedia. "La explosi¨®n se produjo cuando entr¨¢bamos al banquete".

Los cuerpos fueron retirados entre los gritos de dolor de personas ensangrentadas

Los servicios de seguridad informaron de que m¨¢s de 250 invitados se hallaban en el comedor, situado en la planta baja del hotel, cuando un joven que no estaba invitado, seg¨²n explic¨® un empleado, entr¨® en la sala y se suicid¨® con los explosivos que llevaba sujetos a su cuerpo. "Intentamos salvar a todos los que pudimos. Adem¨¢s de mi padre y mi suegro, tambi¨¦n he perdido a otros muchos familiares y varios amigos. Otro amigo ha perdido a sus padres. Es una tragedia. Esto no es el islam. Los musulmanes no se matan unos a otros, ni a otras personas. ?Qu¨¦ puedo decir? Es un crimen, no una lucha contra la opresi¨®n en el mundo", a?ad¨ªa el novio.

Los cuerpos fueron retirados del lugar de la explosi¨®n entre los gritos de dolor de los familiares ensangrentados. "Esto ya no es una boda. Es un lugar de luto y de muerte", se quejaba Zeila Abdul¨¢, mientras otra de las invitadas, Sameh Ahmad, declaraba que al principio pens¨® que se traba de un corte de luz cuando oy¨® la explosi¨®n. "En ese momento sent¨ª que todo se nos ca¨ªa encima y vi que mis dos hijas hab¨ªan muerto".

Una pariente del novio declaraba desde la cama del hospital donde se recupera de las heridas: "Cuando la pareja de novios entr¨® en la sala a eso de las nueve de la noche para saludar a sus 200 invitados, la escena de celebraci¨®n se transform¨® en una de muerte y destrucci¨®n, tras la enorme explosi¨®n que sacudi¨® la sala".

La tragedia se vive tambi¨¦n en el pueblo de la familia del novio, Silat alDhaher (Cisjordania), donde cientos de sus habitantes acudieron a dar el p¨¦same a la familia, 18 de cuyos miembros han perdido la vida en la explosi¨®n. Muchos de ellos llevaban el tel¨¦fono m¨®vil en la oreja para tratar de informarse sobre los heridos o simplemente para recibir la noticia de que un familiar hab¨ªa muerto. Gran parte de la poblaci¨®n de Jordania es de origen palestino y unos 200 miembros de la familia Al Akhras establecidos en el pa¨ªs asist¨ªan a la boda.

"Yo no comprendo c¨®mo una persona puede volar un sal¨®n de bodas repleta de mujeres y ni?os", dec¨ªa con tono de indignaci¨®n Hosni al Akhras, t¨ªo del novio.

"Quien ha cometido esta atrocidad no es un ser humano", agregaba por su parte Najeh al Akhras, otro familiar del novio, quien ha perdido a una hermana y dos sobrinas en la explosi¨®n.

En un mensaje emitido por los altavoces del minarete de la mezquita de la localidad, un responsable local de Al Fatah rend¨ªa homenaje a los "m¨¢rtires" de la poblaci¨®n muertos en la explosi¨®n y anunciaba tres d¨ªas de duelo.