Director nuevo

La Orquesta de Valencia estren¨® el viernes un nuevo director titular, Yaron Traub, elegido por los propios profesores, tras haber trabajado con ¨¦l en varias ocasiones. Traub, en un bonito gesto, ofreci¨® como inicio del programa los Aguafuertes de una novela, de Francisco Ll¨¢cer Pla, compositor valenciano fallecido en 2002 y que, en vida, trajo algo de aire fresco al enrarecido ambiente musical de esta ciudad. Es divertido imaginar la impresi¨®n que causar¨ªan estos Aguafuertes, hijos, de alguna manera, de la Segunda Escuela de Viena, en 1960, cuando por estos pagos ni siquiera se hab¨ªa estrenado La Consagraci¨®n de la primavera. Adem¨¢s de moderna, la obra, como casi siempre sucede con las de "Don Paco" (as¨ª le llamaban cari?osamente sus alumnos), tiene tanto fundamento como ausencia de pretensiones, y eso, en un compositor, es casi la primera receta para hacer las cosas bien.

Se aprovech¨® la ocasi¨®n para homenajear, con motivo de su jubilaci¨®n, a Jos¨¦ Mar¨ª, percusionista de la orquesta, quien particip¨® en el estreno de los Aguafuertes de Don Paco, muy bien interpretados este viernes por el nuevo director. Vino luego, como plato fuerte, la Quinta Sinfon¨ªa de Mahler, una obra con tantos problemas t¨¦cnicos y expresivos que quiz¨¢s fuera arriesgado programarla en un deb¨². Traub la "diseccion¨®" y la "explic¨®" con detalle, los profesores resolvieron bien los problemas de ajuste. El solista de trompeta y las solistas de trompa y de arpa merecieron con creces los aplausos que el p¨²blico les dedic¨®. La obra, movimiento a movimiento y secci¨®n por secci¨®n estuvo bien resuelta. Un buen trabajo de orfebre donde falt¨®, sin embargo, el aliento autodestructivo que la obra rezuma por los cuatro costados y que le otorga unidad desde el primer al ¨²ltimo comp¨¢s. Los miembros de la orquesta, por un lado, y la batuta, por el suyo, estaban todav¨ªa demasiado pendientes de los problemas t¨¦cnicos para dejarse llevar emocionalmente -como han hecho otras veces con este mismo director- y transmitir al oyente la profunda desesperanza que rezuman estos pentagramas. No creo que sea ¨¦sta, de todas maneras la mayor dificultad de Traub con la orquesta. En otras ocasiones le hemos visto "transmitir" perfecctamente a los m¨²sicos la emoci¨®n que ¨¦stos deben comunicar al p¨²blico, y es de esperar que vuelva a hacerlo. Tendr¨¢ problemas de m¨¢s dif¨ªcil soluci¨®n, porque casi son ya end¨¦micos en la Orquesta de Valencia: lograr la transparencia total exigida por el repertorio del XVIII ser¨ªa el mayor de ellos. La delicadeza en los reguladores de los metales y la calidad de sonido de estos instrumentos en los fortissimi ser¨ªa otra cosa a resolver. Y un detallito m¨¢s importante de lo que se piensa: en las obras con texto cantado, por solistas o por coro, resultar¨ªa de gran ayuda para los instrumentistas disponer del mismo en la lengua original y en la versi¨®n traducida. Si esto sucede ya as¨ª, ser¨ªa cuesti¨®n de que se lo leyeran.