En casa del doctor

Uno acude al club de jazz a escuchar jazz, lo suyo, y resulta que, sin saberlo, se ha colado en casa del doctor. Eso es Ben Sidran, hombre de cultura enciclop¨¦dica, doctor en M¨²sica Afroamericana por la Universidad de Brighton, pianista de jazz, compositor y cantante, en la tradici¨®n de los grandes "contadores de historias" del jazz (Mose Allison, Mark Murphy) y un comunicador nato.

Su receta, que expende noche tras noche (hasta el domingo), incluye dosis del jazz m¨¢s t¨®rrido y alguna lecci¨®n de vida para los que sienten la inaplazable necesidad de averiguar en qu¨¦ consiste el jazz: "Miles Davis comiendo una hamburguesa con queso: eso es el jazz". De un hombre de sus conocimientos y memoria pueden esperarse sentencias que destilan sabidur¨ªa y son una declaraci¨®n de principios: "Nada me preocupa porque nada va a salir bien". Y lo que sigue: un jazz que toma su forma del blues y se expande a trav¨¦s de las diversas tradiciones de las m¨²sicas afroamericanas. En su calidad de enciclopedista, todo le sirve y a todo lo da alguna utilidad. Es el doctor Sidran arranc¨¢ndose con una de sus frases y, autom¨¢ticamente, la temperatura que se eleva varios grados.

Y, entre lo que toca, lo que canta y lo que dice, termina por completar un delicioso recorrido po¨¦tico casual que puede haber empezado con un Dylan jazzeado -Subterranean homesick blues- y acaso termine con el Monk m¨¢s rec¨®ndito -Monk's mood- en versi¨®n vocalizada. De cada tema cuenta su historia y, por si se le olvida, tiene al extraordinario Bob Rockwell para record¨¢rselo: una presencia que valdr¨ªa por s¨ª sola.

Rockwell es un int¨¦rprete de personalidad asentada y el mejor partenaire con el que Sidran podr¨ªa so?ar. El resto del acompa?amiento es s¨®lido y digno, como corresponde. Bill Peterson, antiguo bajista de Dylan, no est¨¢ para florituras pero es m¨²sico seguro como ¨¦l solo; y en cuanto a Leo Sidran, de casta le viene al galgo. Un consejo: no se lo pierdan.