Un farsante en la pantalla

Richard Curson-Smith es un director de cine independiente. Su trabajo terminado m¨¢s reciente para la BBC es Agatha Christie. Pero su obra inacabada para la televisi¨®n brit¨¢nica, a falta de cuatro d¨ªas de filmaci¨®n, es Pinochet Progress, una obra que evoca el cl¨¢sico de John Buyan sobre el peregrinaje de Cristiano hacia el Para¨ªso (Pilgrim's Progress). Se trata de un docudrama con actores de primera clase cuya materia prima sobre la estancia del ex dictador chileno en Londres es tan rica como vasta, tanto que muchas escenas y entrevistas amenazan con quedarse fuera.

Mira por d¨®nde, Curson se ha sentado a hablar sobre los diecisiete meses que Pinochet pas¨® en Surrey, tras su detenci¨®n en la London Clinic, el 16 de octubre de 1998 por orden del juez Baltasar Garz¨®n, con la mayor¨ªa de los personajes que rodearon al ex dictador y lucharon por su liberaci¨®n de manos de la justicia brit¨¢nica y espa?ola durante aquellos largos meses.

Entre ellos est¨¢n Lord Norman Lamont, el ex ministro del Tesoro de Margaret Thatcher, y Patrick Robertson, el h¨¢bil relaciones p¨²blicas del ex dictador en Londres.

Curson quer¨ªa saber hasta qu¨¦ punto Pinochet enga?¨® a los m¨¦dicos que por orden de Jack Straw, entonces ministro del Interior, examinaron a Pinochet en un hospital londinense y determinaron que no estaba en condiciones de someterse a juicio por su presunta demencia senil.

Lord Lamont explica a Curson que el Pinochet que ¨¦l sol¨ªa visitar en su casa de Wentworth Estate nada ten¨ªa que ver con la imagen del hombre que se pretend¨ªa vender a los medios de comunicaci¨®n. Era una persona que sol¨ªa levantarse con facilidad y subir las escaleras de la casona de dos plantas que habitaba para volver, sin ayuda de bast¨®n, al sal¨®n donde se sol¨ªan reunir. Pod¨ªa mantener una conversaci¨®n normal, y razonar con agudeza.

Curson present¨® la misma pregunta a Patrick Robertson, quien se prest¨® a narrar sus impresiones. Robertson, que se ha sentido decepcionado por el hecho de que Pinochet aceptase regresar a Chile por razones de salud, no confirm¨® aquello que Lamont, de manera c¨¢ndida, explic¨® a Curson. Pero tampoco lo desminti¨®.

"Los ex¨¢menes que se realizaron a Pinochet en Londres antes de dejarle en libertad fueron muy generales y desafiaron las pruebas forenses cl¨¢sicas. Cualquier persona inteligente pod¨ªa simular un estado psicol¨®gico irreal ante ese tipo de pruebas. Tampoco los problemas de memoria descritos eran particularmente graves para una persona de 84 a?os que entonces ten¨ªa Pinochet. Era muy f¨¢cil simular la demencia senil que el ex dictador sobreactu¨®", explica Mike Isac, que ha trabajado con Curson como asesor psiqui¨¢trico del filme, que se estrenar¨¢ en febrero pr¨®ximo.

Jack Straw hizo unos ex¨¢menes a la medida de Pinochet, a fin de justificar una decisi¨®n tomada de antemano, la de dejarle en libertad. El 2 de marzo de 2000, al explicar su decisi¨®n en la C¨¢mara de los Lores, Straw, un hombre de sangre fr¨ªa, dijo que era consciente de que con su decisi¨®n Pinochet no ser¨ªa juzgado en ninguna parte del mundo. Por razones distintas -pol¨ªticas- a las que llevaron a Straw a liberarle, su regreso a Chile ha sido una bendici¨®n. Straw se equivoc¨® y Pinochet, ya procesado dos veces, est¨¢ a punto de ser juzgado.