Los socialistas franceses recuperan la unidad en el cierre de su congreso
Hollande consigue integrar a Fabius en una resoluci¨®n de consenso
El Partido Socialista franc¨¦s (PS) escenific¨® ayer el cierre de un congreso de aparente unidad entre la actual direcci¨®n y las corrientes rebeldes con la que presentarse a las elecciones presidenciales de 2007. Hasta bien entrada la madrugada no se consigui¨® el deseado acuerdo de s¨ªntesis entre la moci¨®n del primer secretario, Fran?ois Hollande, y las del ex primer ministro Laurent Fabius y de la corriente Nuevo Partido Socialista (NPS).
En su discurso de clausura, Hollande proclam¨® "el fin del tiempo de la confrontaci¨®n entre socialistas", pero lo cierto es que resultado del 74? congreso no aporta clarificaci¨®n alguna a los problemas de liderazgo con vistas a las pr¨®ximas elecciones presidenciales.
Pasaban las tres de la madrugada del domingo cuando se cerr¨® el acuerdo que permite a la actual direcci¨®n proclamar que los socialistas se han reagrupado y a Fabius poder borrar el a?o en el que intent¨® hacerse con el poder sin conseguirlo, reintegrarse en la din¨¢mica del partido y mantener con vida sus aspiraciones presidenciales. Sin embargo, quien fuera primer ministro con Fran?ois Mitterrand, y que encabez¨® la campa?a del no a la Constituci¨®n europea en contra de la decisi¨®n de los militantes socialistas, no se incorporar¨¢ a la nueva ejecutiva que encabezar¨¢ Hollande y que debe ser votada el d¨ªa 24.
Los j¨®venes del NPS, cuyo peso en el partido es cada vez mayor -su moci¨®n logr¨® casi un 25% de los votos-, se enfrentaban al dilema de integrarse en la mayor¨ªa o mantenerse al margen de una direcci¨®n que gasta sus ¨²ltimos cartuchos, y lo pagaron con una escisi¨®n. Mientras Vincent Peillon aceptaba sumarse a la resoluci¨®n, Arnaud Montebourg rechazaba participar en el voto de la s¨ªntesis alegando que no refleja su proyecto de reforma institucional. El acuerdo, explicaba a la salida, no tiene credibilidad y durar¨¢ poco.
Candidatura para 2007
Por lo que se refiere a la larga carrera hacia la candidatura socialista de las presidenciales de 2007, Hollande ha conseguido lo que se propon¨ªa, aplazar la batalla hasta dentro de un a?o y dirimirla mediante unas primarias. La intervenci¨®n, el s¨¢bado, del candidato de la izquierda italiana Romano Prodi defendiendo esta f¨®rmula, fue sintom¨¢tica. De la multitud de postulantes -m¨¢s de media docena han anunciado p¨²blicamente su intenci¨®n de presentarse- quienes m¨¢s fortalecidos salen del congreso son el ex ministro de Econom¨ªa Dominique Strauss-Kahn y la muy popular S¨¦gol¨¨ne Royal. El primero tuvo una intervenci¨®n extremadamente vigorosa y la segunda mantuvo silencio total durante el fin de semana.
Las sonrisas y la aparente euforia que acompa?aban ayer la reencontrada unidad del partido no ocultaban, sin embargo, la escasa capacidad de los socialistas franceses de salir del ensimismamiento en el que quedaron tras perder las elecciones de 2002 y para construir un proyecto renovado sobre la realidad social del pa¨ªs.
La crisis de las barriadas, cuyas consecuencias todav¨ªa humean en Francia, tuvo un eco menor en el congreso, como no fuera para criticar la actuaci¨®n del Gobierno conservador y sobre todo la de su ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. S¨®lo el diputado Manuel Valls, alcalde de una de las localidades emblem¨¢ticas de la banlieue (periferia) parisina, habl¨® del asunto.
"Lo ¨²nico que nos debe movilizar hoy a todos es el combate contra la derecha", dijo Hollande en un discurso de casi una hora, con la voz rota por la tensi¨®n de la noche anterior. En clara referencia a las rentas que, en t¨¦rminos pol¨ªticos, est¨¢ sacando el Gobierno conservador a la crisis, reconoci¨® que la derecha ha utilizado la rebeli¨®n de las barriadas "para escoger el terreno de la pr¨®xima confrontaci¨®n electoral".
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