El pisco y el tequila

Puros son extraordinarios y las mezclas desmerecen de los originales. El pisco nace de la uva pura, y el tequila se hace del agave azul. La gente de todo el mundo los asocia con el pisco sauer y con las margaritas. Antes de que esto fuera pol¨ªticamente incorrecto se dec¨ªa que los c¨®cteles resultantes de ambos licores eran propios de "se?oritas".

Aqu¨ª, en Guadalajara, se est¨¢n mezclando, puros y entre ellos. Peruanos y mexicanos. Nunca hubo una delegaci¨®n peruana tan grande en M¨¦xico, y nunca hubo tanta cortes¨ªa entre ambos pa¨ªses. La primera dama de Per¨², Eliane Karp, que vino en lugar de su marido, sab¨ªa que alguna sombra preced¨ªa el encuentro, porque al presidente Toledo no le gust¨® que el presidente Fox hiciera la vista gorda cuando hizo escala en Tijuana el ex presidente Fujimori. Para la suspicacia, la primera dama trajo un remedio. Dijo de M¨¦xico: "Pa¨ªs hermano", y luego enfatiz¨®: "Por cierto, muy hermano". El pisco y el tequila, juntos.

El pintor Fernando de Szyszlo, que abri¨® las actividades peruanas con una antol¨®gica de su obra patrocinada por la Fundaci¨®n Cuervo (del tequila Cuervo), nos dijo ayer que ¨¦l toma el pisco mezclado, "tengo un est¨®mago delicado", y tambi¨¦n es bebedor de margaritas. Pero dise?¨®, como los pintores latinoamericanos que le han precedido en estas antol¨®gicas amparadas por tan famosa marca de tequila, una licorera que ahora se expone como una obra de arte. Cuervo tiene una historia: el fundador, Jos¨¦ Cuervo, vino de Asturias hace 300 a?os, se qued¨® en esta zona de Jalisco y aport¨® la destilaci¨®n espa?ola a la fermentaci¨®n del agave, para crear "este milagro de vida perfecta que es el tequila", como nos dijo la orgullosa directora de la Fundaci¨®n Cuervo.

Dicen que el tequila es fundamental para escritores: quita los dolores de cabeza "y cohesiona el talento". Y los peruanos dicen lo mismo del pisco. Ambas bebidas fueron, durante siglos, patrimonio de los pobres, pero desde hace al menos cuarenta a?os las dos forman parte de los aperitivos o las sobremesas de grandes burgueses. Los mexicanos la toman en dedales; para los peruanos, sus copas se llaman mulitas. Los chilenos quisieron hacerse con el pisco, e incluso inventaron un pueblo que llamaron Pisco, como el peruano, para reivindicar su origen.

Ayer, en la inauguraci¨®n de la feria nadie las nombr¨® -muy temprano a¨²n para licores-, pero est¨¢ claro que si algo distingue a las dos culturas que ahora se encuentran son estas dos bebidas ¨²nicas que siempre han de tomarse por separado. Y que andan peligrosamente juntas.