Paciencia con las estad¨ªsticas de I+D
El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ha publicado los resultados de la Estad¨ªstica de Actividades de Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D) correspondientes a 2004. El gasto en I+D en Espa?a alcanza casi los 9.000 millones de euros, lo que representa un 1,07% del producto interior bruto (PIB); un peque?o aumento con respecto al dato de 2003, que, actualizado con la base 2000 del PIB, fue del 1,05%. El resultado, a la vista de las expectativas creadas sobre la investigaci¨®n, puede parecer decepcionante.
La primera tentaci¨®n es atribuir el d¨¦bil incremento a la evoluci¨®n extremadamente favorable del PIB. Esto es un tanto falaz, puesto que el crecimiento de la econom¨ªa ha sido y ser¨¢ condici¨®n necesaria para el aumento del gasto de I+D.
El d¨¦bil crecimiento del gasto se debe principalmente a que lo que se mide ahora son, en gran medida, los resultados de las pol¨ªticas del ¨²ltimo Gobierno del Partido Popular. Los presupuestos para I+D de 2004 crecieron el 7% en t¨¦rminos reales, esto es cuatro puntos por encima del crecimiento del PIB.
Aun no siendo los Presupuestos Generales del Estado para I+D la explicaci¨®n ¨²nica de la evoluci¨®n del gasto en I+D de Espa?a (es importante la propia contribuci¨®n de las empresas o de los presupuestos de las comunidades aut¨®nomas), lo cierto es que existe un cierto retraso o desfase temporal entre los presupuestos p¨²blicos que se asignan cada a?o a la I+D y su utilizaci¨®n o gasto por parte de universidades, centros de I+D o empresas. En 1983 y 1984, con el primer Gobierno del PSOE, los aumentos presupuestarios dedicados a la I+D no comenzaron a notarse de forma significativa en la estad¨ªstica de gasto en I+D hasta 1985 y 1986.
La mayor parte de los presupuestos de I+D para 2005, primeros del Gobierno del PSOE -que crecieron un 11% en t¨¦rminos reales-, se pagar¨¢n de forma anticipada a finales de este a?o -esperemos- y es muy probable que no se comiencen a gastar hasta 2006. La I+D ha sido una prioridad del nuevo Gobierno socialista; sin embargo los efectos del aumento en la inversi¨®n p¨²blica en I+D a¨²n no se perciben, y es probable que no se aprecien hasta que se publiquen, a finales de 2007, los datos correspondientes al gasto en I+D de 2006, presupuestos que parece aumentar¨¢n en torno al 20% en t¨¦rminos reales.
No obstante, a pesar del crecimiento espectacular de las subvenciones, y de los anticipos reembolsables que las empresas reciben, as¨ª como la mejora de las desgravaciones fiscales, que promovieron anteriores gobiernos, no parecen observarse mejoras radicales en el apalancamiento de sus propios fondos dedicados a I+D; m¨¢s bien hay indicios preocupantes de efectos de sustituci¨®n del esfuerzo privado. Si esto es as¨ª, lo que est¨¢ en crisis es el modelo de pol¨ªtica y los instrumentos utilizados por los Gobiernos anteriores en apoyo de la I+D de las empresas. Esperemos que el nuevo programa Ingenio 2010 contribuya a solucionar estos problemas.
Otro factor a considerar es la composici¨®n del gasto en I+D, donde m¨¢s del 55% corresponde a las retribuciones salariales. El n¨²mero total de investigadores supera ya los 100.000, de los cuales casi el 70% se encuentra en el sector p¨²blico, con niveles retributivos y condiciones por debajo de los correspondientes a muchos pa¨ªses europeos. Hay que reconocer que las actuaciones de ¨¦ste y anteriores gobiernos han otorgado una prioridad presupuestaria creciente a los recursos humanos para I+D; pero, aun siendo importante el aumento del n¨²mero de investigadores en el sector p¨²blico, la asignatura pendiente es el incremento sustancial de los investigadores en el sector empresarial.
En todo caso, la mala noticia para el Gobierno actual es que no podr¨¢ presentar los ¨¦xitos de la pol¨ªtica de I+D, que acompa?a con importantes esfuerzos presupuestarios, hasta que est¨¦ pr¨®ximo a enfrentarse a unas nuevas elecciones. Pero tampoco deber¨ªa olvidar que, si el crecimiento de los presupuestos para I+D es una condici¨®n necesaria para mejorar la situaci¨®n, no es condici¨®n suficiente para garantizar el proceso de convergencia con la UE; aqu¨ª importan, y mucho, las pol¨ªticas que se adopten. En esta situaci¨®n, para no frustrar las expectativas positivas que se han creado en la investigaci¨®n en Espa?a, es necesaria una adecuada pedagog¨ªa sobre las nuevas pol¨ªticas, sobre la previsible evoluci¨®n de los indicadores de I+D y, sobre todo, mucha paciencia.
Luis Sanz Men¨¦ndez es director de la Unidad de Pol¨ªticas Comparadas del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
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