El Madrid B, tampoco
El equipo blanco cae en el debut de L¨®pez Caro ante un Olympiakos en el que resolvi¨® Rivaldo
El partido no ten¨ªa nada y lo ten¨ªa todo. Se jugaba los dineros el Olympiakos, eliminado como estaba desde el sorteo, dado que sus argumentos empiezan y acaban en el f¨²tbol que pueda desarrollar la sombra de Rivaldo, que no es una sombra cualquiera, y se jugaba el Madrid un buen n¨²mero de asuntos tan serios como intangibles, empezando por el prestigio, y acabando por el amor propio de un club que entre bandazo y bandazo necesita empezar a quererse, futbol¨ªsticamente hablando, que ya se adora de sobra a nivel institucional. En pleno terremoto le llegaba al equipo un partido trampa, sin puntos en juego, en el que un triunfo era lo menos que se pod¨ªa pedir y una derrota no hac¨ªa sino certificar que el equipo, con los habituales y sin ellos, con Luxemburgo y sin ¨¦l, est¨¢ enfermo.
OLYMPIAKOS 2 - REAL MADRID 1
Olympiakos: Nikopolidis; Mavrogenidis, Kapsis (Kostoulas, m. 64), Sch¨¹rrer, Bulut; Toure, Stoltidis, Rivaldo; Kafes (Babangida, m. 79), Dani (Okkas, m. 57) y Djordjevic.
Real Madrid: Diego L¨®pez; Diogo, Pav¨®n, Sergio Ramos, Ra¨²l Bravo; Balboa (Mart¨ªn, m. 57), De la Red (Javi Garc¨ªa, m. 80), Gravesen, Robinho (Jurado, m. 80); Baptista y Soldado.
Goles: 0-1. M. 7. Sergio Ramos cabecea una falta lanzada por Ra¨²l Bravo. 1-1 M. 49. Ra¨²l Bravo despeja de cabeza a la frontal del ¨¢rea y Bulut empalma de volea a la red. 2-1. M. 87. Rivaldo marca tras una gran jugada de Toure.
?rbitro: Milton Nielsen (Dinamarca). Amonest¨® a Toure, De la Red, Baptista y Diogo.
Unos 30.000 espectadores en el estadio Giorgos Karaiskakis.
Con la plantilla dividida entre Atenas y Madrid, Sacchi, ya ex director de f¨²tbol, mantiene su rutina y acude a presenciar el entrenamiento en Valdebebas
No era un buen momento para dar la cara. Pero la dieron quienes se asomaron al c¨¦sped para caer, no sin dignidad, y esto ya es una novedad, ante un Olyimpiakos que no sab¨ªa lo que era ganar. Hasta que se vio ante el Madrid. O ante esa especie de Madrid B que L¨®pez Caro, por herencia de Luxemburgo, tuvo que poner en liza. Un equipo con un solo indiscutible, Sergio Ramos, con dos brasile?os que por uno u otro motivo viven en el alambre, Baptista y Robinho, con el que siempre est¨¢, Pav¨®n, con los que hasta ahora contaban poco, Diogo, Gravesen y Ra¨²l Bravo, y con cuatro ni?os del filial. Un equipo, en fin, irreconocible, con un entrenador al que cuesta ponerle rostro en un equipo en el que hasta hace dos d¨ªas se o¨ªa el verbo de Luxemburgo y se sacaba brillo a la fama de Sacchi.
Ese equipo, en fin, cosido de mala manera, tuvo un comportamiento dign¨ªsimo en territorio de un Olympiakos que no es nada, lo que bien poco importa a su p¨²blico que, am¨¦n de llenar el estadio, no cesa de vociferar como si de la final de la Champions se tratara.
En ese escenario, el Madrid se vio superior durante muchos minutos. Logr¨® un gol, en una falta que puso Ra¨²l Bravo y Sergio Ramos cabece¨® de cine. Se supone que la acci¨®n no estar¨ªa ensayada. Porque si a L¨®pez Caro le ha dado tiempo a preparar, con tama?a precisi¨®n, esa jugada en la hora y media que entren¨® el lunes al equipo significar¨ªa que el hombre es un fen¨®meno. Se manej¨® con enorme criterio el Madrid en el primer acto, pese a las carencias de Gravesen, al que se le podr¨ªa justificar por aquello de que no juega en su puesto -alg¨²n d¨ªa se sabr¨¢ d¨®nde- y de Balboa, un chico que cogi¨® fama gracias al par de bicicletas que hizo en un partido con el filial. Eran tiempos en los que las bicicletas, en este club, daban puntos.
Acumul¨® ocasiones el Madrid hasta que empez¨® a apocarse. Sin noticias de Baptista y con Robinho amagando, se encontr¨® con un zambombazo de Bulut que se fue dentro. De inmediato entr¨® en escena Rivaldo, que fall¨® un gol que no falla ni dormido antes de marcar en plena ca¨ªda en picado del Madrid. Lo hizo como si de un domin¨® se tratara, con Gravesen intentando tapar los huecos que ¨¦l mismo creaba. El Madrid mixto que ayer se asom¨® a Atenas dio la cara, con las mismas consecuencias que cuando no la da.
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