La izquierda chilena baja en los sondeos de las presidenciales
La derecha no vinculada a la dictadura crece y aspira a forzar una segunda vuelta en enero
Con la calculadora en la mano. As¨ª viven las ¨²ltimas jornadas previas a las elecciones presidenciales del domingo los equipos de los tres principales candidatos ante las previsiones de las encuestas. Los n¨²meros han pasado de mostrar hace unos meses una rotunda victoria de la socialista Michelle Bachelet -candidata de la Concertaci¨®n, la alianza de centro-izquierda entre socialistas y democristianos- a vaticinar los que tal vez sean los comicios m¨¢s disputados desde la restauraci¨®n de la democracia, en 1990.
Bachelet ha dado m¨¢s protagonismo a los democristianos para contrarrestar a Pi?era
"Nunca hay que dar por ganada una elecci¨®n", se?ala el veterano senador socialista Jos¨¦ Antonio Viera Gallo, quien fuera subsecretario de Justicia con Salvador Allende y presidente de la C¨¢mara de Diputados entre 1991 y 1993. Viera Gallo advierte para la segunda vuelta: "Cuando la derecha ve la posibilidad de alcanzar el poder deja de lado sus diferencias".
En las filas de la Concertaci¨®n existe preocupaci¨®n por la tendencia de los sondeos, que desde octubre revelan un retroceso de Bachelet y en algunos de ellos, como el que difundi¨® ayer el Centro de Estudios de la Realidad Contempor¨¢nea, otorgan un empate entre la suma de los dos partidos de la derecha y Bachelet.
Ese resultado podr¨ªa hacer necesaria una segunda ronda, que se celebrar¨ªa el pr¨®ximo 15 de enero. Si se produjera esa situaci¨®n, se disputar¨ªan los votos de la derecha el opositor a Pinochet Sebasti¨¢n Pi?era y el tambi¨¦n derechista Joaqu¨ªn Lav¨ªn.
Para ganar m¨¢s electores del centroderecha, mientras Bachelet ha seguido insistiendo en sus propuestas de igualdad social, progreso en la educaci¨®n y mejor distribuci¨®n de la riqueza, sus asesores han decidido dar mayor protagonismo a la Democracia Cristiana, que a pesar de ser el socio mayoritario de la Concertaci¨®n ha visto c¨®mo a un presidente socialista, Ricardo Lagos, le sustituye al frente de la lista una candidata del mismo signo. La ex ministra de Exteriores y rival de Bachelet por la candidatura presidencial, Soledad Alvear, ha tomado un mayor protagonismo en la campa?a. En paralelo, Bachelet ha recurrido al tir¨®n de Lagos. No en vano es el presidente que deja el cargo con el mayor ¨ªndice de popularidad en la historia de Chile. "Soy la continuidad y el cambio", ha subrayado la candidata de la Concertaci¨®n.
El recurso a la Democracia Cristiana tiene otro objetivo. La irrupci¨®n en la carrera presidencial del l¨ªder de Renovaci¨®n Nacional, Sebasti¨¢n Pi?era, supone un problema para los estrategas de la Concertaci¨®n. Pi?era, un empresario de ¨¦xito, ocupa el espacio de la derecha que no echa de menos al r¨¦gimen de Pinochet. ?l mismo sali¨® a las calles en 1988 pidiendo el no al proyecto del dictador para seguir en el poder hasta 1997. Con unas propuestas basadas sobre todo en la creaci¨®n de empleo -Chile tiene una tasa de desempleo del 8%- y reconociendo los logros de la Administraci¨®n de Lagos, Pi?era aspira a conquistar el centro del espectro pol¨ªtico y ah¨ª puede beneficiarse de un trasvase de votos de sectores democristianos que en las pasadas elecciones apoyaron a un candidato socialista, Lagos, para no votar Lav¨ªn, cuya imagen se asociaba con Pinochet. Esos mismos sectores, al estar en la Concertaci¨®n, deber¨ªan apoyar en principio a la socialista Bachelet, pero ahora tienen otra opci¨®n no vinculada a la dictadura.
En los sondeos Pi?era ha ido subiendo del 16% al 25% -marcha en segunda posici¨®n-, aunque sus asesores saben que la batalla en la primera vuelta no es contra la candidata socialista sino contra el l¨ªder de la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI), la principal fuerza pol¨ªtica en el fragmentado panorama chileno liderada por Lav¨ªn, ex alcalde de Santiago que perdi¨® las pasadas presidenciales con Lagos por poca diferencia y que en estos a?os ha tratado de cambiar su imagen ligada al ex dictador con un intenso trabajo entre las clases m¨¢s desfavorecidas del pa¨ªs.
Aunque ha centrado su discurso en la inseguridad -la percepci¨®n de su aumento preocupa a la ciudadan¨ªa- tambi¨¦n propone pensiones de jubilaci¨®n para las amas de casa o la creaci¨®n de bancos espec¨ªficos para que la poblaci¨®n que vive en la pobreza pueda acceder a cr¨¦ditos especiales. Las encuestas le otorgan un 21%, por debajo de Pi?era, a quien ha ofrecido insistentemente un pacto de mutuo apoyo para quien pase a la segunda vuelta. "Si fuera presidente me encantar¨ªa contar con Pi?era como ministro", aseguraba Lav¨ªn el mi¨¦rcoles.
El cuarto en discordia es el izquierdista Tom¨¢s Hirsch, un fundador de la Concertaci¨®n que ahora encabeza la coalici¨®n entre comunistas y el Partido Humanista denominada Juntos Podemos M¨¢s. Aunque en las municipales de 2004 obtuvo casi un 10% de los votos, las encuestas apenas le otorgan en torno a un 3%, pero puede perjudicar a Bachelet quit¨¢ndole votos por la izquierda.
"Por primera vez la derecha acude a estas elecciones dividida", subraya Viera Gallo, quien advierte de que las encuestas se centran en el voto urbano y se olvidan del voto rural, que representa un 19% del censo. "La gente que cabe en un estadio es la que va a decidir al final el resultado", vaticina.
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