Los lores y la tortura
El tribunal de los Jueces Lores, ¨²ltima instancia judicial de Inglaterra y Gales, declar¨® ayer no utilizables ante un tribunal las pruebas obtenidas bajo tortura, aunque ¨¦sta haya sido practicada en otro pa¨ªs y sin intervenci¨®n de funcionarios del Reino Unido. Con esta decisi¨®n, calificada de "hist¨®rica" por las organizaciones defensoras de los derechos humanos, se anula una anterior del Tribunal de Apelaci¨®n, de agosto de 2004, por la que se rechazaba el recurso de dos personas detenidas a partir de informaciones procedentes de las declaraciones de dos presuntos miembros de Al Qaeda interrogados en la base de Guant¨¢namo.
Aquella resoluci¨®n confirmaba que los tribunales no pueden utilizar pruebas extra¨ªdas mediante tortura, pero establec¨ªa la salvedad de que no hab¨ªa razones para oponerse a su aceptaci¨®n si hab¨ªan sido obtenidas por agencias u ¨®rganos de otros Estados sobre los que el Reino Unido no ejerce ning¨²n control. Ya entonces se hizo notar la contradicci¨®n entre tal visi¨®n y la derivada de la Convenci¨®n de la ONU contra la Tortura, cuyo art¨ªculo 15 dispone que "todo Estado se asegurar¨¢" de que ninguna declaraci¨®n bajo tortura pueda ser invocada como prueba en ning¨²n procedimiento, sin establecer excepci¨®n en funci¨®n del lugar donde se produzcan las torturas o la nacionalidad del torturador. O del torturado, cabr¨ªa a?adir.
La sentencia de los Lores, que obligar¨¢ a la Comisi¨®n Especial de Apelaciones de Inmigraci¨®n a investigar y eventualmente revocar decisiones anteriores, se produce 24 horas despu¨¦s de que Estados Unidos prohibiera expresamente los interrogatorios inhumanos, en parte al menos como consecuencia del extremo disgusto expresado por gobiernos europeos y el propio Congreso de Estados Unidos ante la sospecha de que aviones de la CIA han estado trasladando presos sospechosos de terrorismo de un pa¨ªs a otro, haciendo escala en diversos pa¨ªses europeos, entre ellos Espa?a, que podr¨ªan haber sido sometidos a esa violencia ilegal. La decisi¨®n se inscribe, por tanto, en la pol¨¦mica sobre la contradicci¨®n que suponen determinadas intervenciones b¨¦licas justificadas en nombre de la extensi¨®n de los valores de la civilizaci¨®n a pa¨ªses en los que no se respetan los derechos humanos, y la pr¨¢ctica del procedimiento incivilizado por antonomasia, cual es la tortura.
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