La familia Thatcher vuelve a ser noticia

La familia Thatcher ha tenido siempre una vida bastante agitada. El patriarca, sir Denis, fallecido hace dos a?os, amas¨® una fortuna con la que impuls¨® la carrera pol¨ªtica de Margaret, conocida luego como la Dama de Hierro por su firmeza como primera ministra del Reino Unido. La pareja tuvo dos hijos, los gemelos Mark y Carol, ahora de 52 a?os. Sir Mark ha estado a menudo en el ojo del hurac¨¢n informativo, lo mismo por su agitada vida privada, que le llev¨® a perderse por los desiertos de ?frica cuando corr¨ªa el Rally Par¨ªs-Dakar en 1982 -con su madre pilotando los mandos del pa¨ªs y la operaci¨®n internacional de rescate- y por su poco escrupulosa carrera de hombre de negocios. El ¨²ltimo episodio, meses atr¨¢s, le implic¨® en una oscura trama de golpistas contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. El asunto estuvo a punto de llevarle a la c¨¢rcel en Sur¨¢frica, donde viv¨ªa, pero el buen hacer de sus abogados y el apoyo de su madre dej¨® las cosas en una multa de medio mill¨®n de d¨®lares.

Mark Thatcher, la 'oveja negra', escap¨® por los pelos de la c¨¢rcel por golpista

Carol, siempre m¨¢s discreta, ha roto esta semana la tradici¨®n y se ha convertido en la cara noticiosa de la familia al ser proclamada Reina de la Jungla como ganadora de un estramb¨®tico programa de la televisi¨®n brit¨¢nica consistente en encerrar a un grupo de famosillos en la selva australiana. Quiz¨¢ por lo curtida que tiene la piel tras una vida llena de desencuentros con su madre, Carol ha sorteado con inesperada y sorprendente facilidad las penurias del concurso y no ha tenido problemas en comer insectos o ba?arse en un estanque poblado de serpientes y otros repelentes animales.

Fiel a su car¨¢cter, Margaret Thatcher apenas ha dejado que su hija disfrute de unos d¨ªas de protagonismo. La ex primera ministra fue ingresada el mi¨¦rcoles en una cl¨ªnica de Londres tras sentirse d¨¦bil mientras le retocaban su cl¨¢sica permanente. Lady Thatcher pas¨® la noche en el hospital por razones meramente preventivas. A las pocas horas de haber ingresado empez¨® a preguntar qu¨¦ hac¨ªa ella ah¨ª y por qu¨¦ no la dejaban ir a su casa. "Lady Thatcher empez¨® a ponerse dif¨ªcil, se?al inequ¨ªvoca de que todo va bien y de que es la misma de siempre", declar¨® lord Bell de Belgravia, publicista y legendario consejero de la primera ministra.

Margaret ha sufrido peque?as embolias en los ¨²ltimos a?os que le han obligado a retirarse de la vida p¨²blica por consejo de los m¨¦dicos, que le prohibieron que hablara en p¨²blico. Eso no le ha impedido festejar hace unas semanas su 80? cumplea?os en una fiesta multitudinaria a la que asistieron la reina Isabel y el primer ministro, Tony Blair. Aunque sigue siendo profundamente odiada por el militante laborista de base, Blair nunca ha ocultado su admiraci¨®n y respeto por la Dama de Hierro, a la que consult¨® a menudo en sus primeros meses como inquilino del n¨²mero 10 de Downing Street.

S¨ªntoma quiz¨¢s de un deterioro de su agudeza pol¨ªtica, o muestra tal vez de su coherencia, lady Thatcher invit¨® a la fiesta a los dos candidatos m¨¢s ultras al liderazgo del Partido Conservador, David Davis y Liam Fox, pero dej¨® fuera al ya entonces m¨¢ximo favorito y finalmente ganador de la carrera, el m¨¢s centrista y quiz¨¢s demasiado joven para ella David Cameron.

En la fiesta estuvieron tanto sir Mark como Carol. El primero, que sol¨ªa vivir a caballo entre Sur¨¢frica y Estados Unidos, reside ahora en Europa despu¨¦s de que Washington le retirara el visado por haber sido condenado en firme en Sur¨¢frica. Aquel esc¨¢ndalo le hizo perder algo m¨¢s que la residencia: su mujer, norteamericana, se divorci¨®. Sin honra, le quedan los barcos: a la muerte de su padre hered¨® el t¨ªtulo de bar¨®n y una fortuna de 90 millones de euros.

Tambi¨¦n Carol estuvo all¨ª, a pesar de que las relaciones con su madre no son buenas. Periodista, en 1996 public¨® un libro sobre la vida de su padre. Pero su especialidad son los art¨ªculos de esqu¨ª. Se dice que desde hace 12 a?os vive en Suiza con un esquiador.