Harto de tergiversaciones

No, no soy catal¨¢n. Soy aragon¨¦s y vivo de prestado en tierras de Castilla como he vivido en tantas otras, de dentro y de fuera, incluida la propia Catalu?a, sin haberme sentido jam¨¢s for¨¢neo en ninguna de ellas. Y estoy tan harto de todo lo que estoy oyendo a prop¨®sito del nuevo Estatuto catal¨¢n, de tantas tergiversaciones, mediocridades y oscurantismos, que la defensa que del mismo hizo Artur Mas en el debate que organiz¨® el programa 59" de TVE el lunes pasado, me supo a gloria bendita y sobre todo me supo a racionalidad y a sentido com¨²n, al seny al fin. Buena parte de los contertulios le apoyaron y le ayudaron hasta hacer que las objeciones de otros, los de siempre, los menos no lograran ni siquiera el m¨¦rito de ser recordadas.

Y quiero decir p¨²blicamente que s¨ª, que tambi¨¦n en Catalu?a hay pobres hombres, y tambi¨¦n hay majaderos, faltar¨ªa m¨¢s, pero que, en su gran mayor¨ªa, es un pueblo hermoso, sensato, culto, cari?oso, solidario y envidiable en much¨ªsimas cosas. Y que de todo ello, de este pueblo magn¨ªfico, disfrutamos y nos beneficiamos tambi¨¦n el resto de los espa?oles. Nos guste o no.

Me parece que el tema del nuevo Estatuto no es tan catastr¨®fico como algunos agoreros de la desgracia quieren hacernos creer. Es, en definitiva, como una casa de vecinos, para entendernos sin utilizar palabras m¨¢s graves, donde cada uno sabe que en su casa puede hacer lo que crea m¨¢s conveniente. Pero los vecinos son muchos y hay que procurar, entre todos, para que no se rompa la obligada convivencia, que los derechos leg¨ªtimos de uno no entorpezcan ni anulen los del conjunto ni los de ning¨²n vecino en particular. Y eso es lo que est¨¢n haciendo los miembros de la Comisi¨®n parlamentaria que estudia el tema. Nada m¨¢s y nada menos. Es lo m¨¢s natural. Para eso est¨¢n nuestras instituciones y para eso sirven. Ahora lo importante es intentar por todos los medios que no fracasen, como ans¨ªan algunos. Porque si fracasan ser¨¢ el fracaso de todos.