Glamour 05
Cuando las im¨¢genes de actualidad se vuelvan amarillas y concentren el perfume de la memoria perdida, algunas escenas que ahora nos parecen vulgares ma?ana estar¨¢n cubiertas de la misma fascinaci¨®n que en nosotros producen las siluetas evanescentes de la ¨¦poca de entreguerras. En medio de la insoportable mediocridad en que vivimos me gustar¨ªa saber quienes son y donde se hallan hoy esos personajes que el tiempo convertir¨¢ en humo de oro en las p¨¢ginas de las viejas revistas. Puede que dentro de cien a?os nuestros descendientes lloren de nostalgia al ver en los reportajes los escaparates de las librer¨ªas, las colas de los cines, los antros de jazz con los metales de la orquesta y el sudor de los m¨²sicos negros brillando bajo la intensa niebla de los cigarrillos. Entonces todav¨ªa se fumaba, dir¨¢ la gente cuando el jazz huela a lavanda y no a tabaco profundo. En esas im¨¢genes del pasado aparecer¨¢n trenes de cercan¨ªas con j¨®venes concentrados en la pantalla del ordenador portatil abierto en las rodillas y alguien explicar¨¢ que en aquel tiempo para trabajar hab¨ªa que desplazarse hasta la f¨¢brica. La inform¨¢tica, el incipiente internet y el genoma descodificado del gusano tendr¨¢n el mismo romanticismo de la m¨¢quina de vapor, del zepel¨ªn extasiado sobre los tejados de Par¨ªs o de la vacuna de Pasteur. Entre coches atascados de una avenida aparecer¨¢ oyendo m¨²sica en un MP3 una chica en bicicleta con un periodico en el cestillo del manillar y desde una valla publicitaria Noem¨ª Campbell ofrecer¨¢ a los peatones la tarta de chocolate de su propio cuerpo diluido en el mar de autom¨®viles. Puede que la chica de la bicicleta se siente en la terraza de un bar frente a una playa vac¨ªa y pida una cocacola, que ser¨¢ un refresco ya olvidado, y luego empiece a leer el peri¨®dico todav¨ªa impreso en papel, con fecha del domingo 18 de diciembre de 2005. Todas las desgracias, cr¨ªmenes y guerras que ocupen la actualidad este d¨ªa se habr¨¢n convertido en estiercol de la historia; los nombres de pol¨ªticos, artistas y escritores cuyas fotos aparec¨ªan en sus p¨¢ginas tambi¨¦n se habr¨¢n ido por el sumidero, si bien el peri¨®dico que lee esa chica traer¨¢ im¨¢genes de algunos personajes que ser¨¢n fascinantes y har¨¢n so?ar a los habitantes del futuro. Dentro de cien a?os nuestra mediocridad tambien ser¨¢ nostalgia. Me gustar¨ªa saber quienes son hoy esos seres que el tiempo convertir¨¢ en criaturas de oro envueltas en el humo de la memoria. Est¨¢n entre nosotros, pero nadie los conoce.
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