Navidad, instrucciones de uso
Por la ma?ana hab¨ªa un cerco de agujas de pino alrededor del ¨¢rbol de Navidad. Las agujas parec¨ªan musgo viejo sobre la fortaleza de cajas que disimulaban la maceta. Julia hab¨ªa ido a?adiendo cajas durante estos d¨ªas. Hoy, al levantarse tarde y ver al peque?o de los vecinos recorriendo el jard¨ªn en un triciclo el¨¦ctrico nuevo, cedi¨® en su conjura del calendario. Comprendi¨® que deb¨ªa abrirlas. Algunas agujas punzaron sus pies descalzos. Se arrodill¨® y desarm¨® la torre tentando pesos y sonidos. Rasg¨® sonri¨¦ndose el envoltorio m¨¢s aparatoso. Su hermana Sara repart¨ªa cari?o en vol¨²menes generosos: un jerogl¨ªfico en doce idiomas amparaba a un desquiciado robot de cocina. El regalo de su hermano era un libro sobre faros, con criptogramas antiguos y un desplegable. Ambos "comprend¨ªan" su ausencia: alguien sin hijos, sin marido, sin humor en estas fechas. El bolso de Lidia, su compa?era de despacho, estaba relleno de papel; al vaciarlo qued¨® deca¨ªdo, lacio. Como ella misma esa ma?ana. Otras cajas sencillamente adornaban, pero la ¨²ltima conten¨ªa un previsible estuche. Diseccion¨® el papel con la u?a, siguiendo la pauta de una ranura invisible. Papel dorado, fatuo, intolerante. La bru?ida monda vol¨® hasta su regazo. Cuando son¨® el tel¨¦fono, llevaba minutos, quiz¨¢s horas, ensimismada en un par de pendientes coralinos.
-Diga...
-Pap¨¢, soy yo. ?Os pod¨¦is callar de una vez! No me dej¨¢is escuchar... ?Pap¨¢?
Julia escuch¨® la algarab¨ªa infantil al otro lado de la l¨ªnea, oy¨® a una mujer advertirle a los ni?os que dejasen en paz a su padre. Ella a¨²n ten¨ªa el estuche en la mano. Los pendientes, sin instrucciones de uso, le parecieron tan fr¨ªos y desconsiderados como otras joyas anteriores, pero dijo en un susurro cortante:
-Me han encantado. Gracias.
-Pap¨¢, no cuelgues por favor.
El muy est¨²pido siempre fing¨ªa reconciliarse con su anciano padre en Navidad.
Gonzalo Calcedo Juanes (Palencia, 1961) es autor del libro de relatos Esperando al enemigo (Tusquets).
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