Ham¨¢s, al asalto del poder
El movimiento fundamentalista se presenta por primera vez a unas legislativas con opci¨®n de triunfo
"Yo odiaba a los de Ham¨¢s". Maha, licenciada en Filolog¨ªa inglesa en la Universidad de Michigan, regres¨® desde Estados Unidos, donde residi¨® casi una d¨¦cada, a la polvorienta y devastada franja de Gaza en 2002. Hoy, a sus 27 a?os, trabaja en Jan Yunis con organizaciones sociales ligadas al Movimiento de Resistencia Isl¨¢mica y simpatiza con este partido, que amenaza con desbancar en las urnas a Al Fatah, dominador sin sombra de la vida pol¨ªtica palestina en el ¨²ltimo medio siglo. Ham¨¢s se apresta al asalto del poder sin renunciar a la violencia. No se conoce con exactitud su poder¨ªo militar. S¨®lo que los desfiles de sus milicianos son multitudinarios y que sus cohetes artesanales cubren un radio de acci¨®n cada vez m¨¢s amplio. Sus l¨ªderes sonr¨ªen si se les pregunta por el desarme.
En las calles de Gaza se oye hablar de "los perros" de la Autoridad Palestina
"Las decisiones de la direcci¨®n de Ham¨¢s se respetan sin vacilaci¨®n", dice un alto funcionario
Las elecciones previstas para el 25 de enero supondr¨¢n, de no ser suspendidas, el estreno de Ham¨¢s en unos comicios generales, los segundos desde que se cre¨® la Autoridad Nacional Palestina (ANP). No obstante, en las municipales del 15 de diciembre, celebradas en varias de las m¨¢s grandes ciudades de Cisjordania, demostr¨® su enorme pujanza. "Ya llegamos, ya llegamos", clamaron en las calles los militantes islamistas. Tal vez no triunfen en las legislativas, tal vez s¨ª. Pero su influencia, en el Parlamento o en el combate contra Israel, se antoja indiscutible.
Maha est¨¢ lejos de ser una ferviente devota musulmana. "No trabajo con Ham¨¢s por sus creencias religiosas, sino porque son muy serios y rigurosos". No se desvive por el rezo Yamil el Tajraui, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Isl¨¢mica de Gaza. Ni acuden a las mezquitas, evidentemente, los cristianos que se presentan en las candidaturas de Ham¨¢s. Tampoco tienen reparos hacia las asociaciones sociales vinculadas a este movimiento los organismos oficiales de la Uni¨®n Europea, de Estados Unidos (USAID) y de pa¨ªses ¨¢rabes que financian sus proyectos. Son estas organizaciones la clave del ¨ªmpetu de Ham¨¢s, fundado en diciembre de 1987, d¨ªas despu¨¦s de que explotara la Intifada de las piedras. Cumpli¨® 18 a?os el 14 de diciembre y conmemor¨® la celebraci¨®n con la presentaci¨®n de sus candidaturas ante el consejo electoral.
"Al Salah y Al Yaamiya al Islamiya son dos organizaciones que tienen sedes en cualquier ciudad de la franja. En los ¨²ltimos a?os de la segunda Intifada, en 2003 y 2004, cuando las ayudas del exterior no llegaban, los islamistas fueron los m¨¢s inteligentes. Al tiempo que afloraban esc¨¢ndalos de corrupci¨®n entre los dirigentes de la ANP, Ham¨¢s despleg¨® psic¨®logos, soci¨®logos, reparti¨® v¨ªveres, levant¨® orfanatos, escolariz¨® a miles de ni?os, distribuy¨® libros gratuitamente o a bajo precio, seg¨²n la capacidad de las familias. Lo prioritario fueron las necesidades b¨¢sicas, sin condicionar la ayuda a las creencias religiosas", explica Al Tajraui.
La marea de simpatizantes de Ham¨¢s creci¨®. Incontables seguidores de Al Fatah cambiaron de bando. Si el campo de refugiados de Yabalia, en el norte de la franja de Gaza, era un basti¨®n del partido gobernante en los a?os ochenta, hoy es feudo fundamentalista. Activistas laicos de Al Fatah que purgaron a?os de c¨¢rcel se arrodillan varias veces al d¨ªa mirando a La Meca. Al Salah financi¨® a cientos de propietarios cuyas casas fueron derruidas por el Ej¨¦rcito israel¨ª en Rafah, ciudad lim¨ªtrofe con Egipto y escenario de feroces batallas en 2004. "La m¨ªa", apunta Al Tajraui, "sufri¨® serios destrozos. Los da?os no alcanzaban los 5.000 d¨®lares y, por tanto, no me concedieron la ayuda, aunque fui yo quien dise?¨® el logotipo de esta organizaci¨®n. He de reconocer que al principio me enfad¨¦". La honestidad es el marchamo de Ham¨¢s. Las viviendas de sus dirigentes, sus negocios, sus coches, distan un abismo de los s¨¦quitos, los flamantes autom¨®viles blindados, las villas de los prebostes y altos cargos del partido gobernante. En las calles de Gaza se oye hablar de los "perros" de la ANP.
Las causas del ¨¦xito de los fundamentalistas no se limitan a su extensa actividad social. Sus dirigentes est¨¢n persuadidos de que su estrategia contra el Estado jud¨ªo da en el clavo: sin resistencia a la ocupaci¨®n nunca se lograr¨¢ la liberaci¨®n de los territorios ocupados. La negociaci¨®n, a su juicio, sirve para bien poco. La evacuaci¨®n de la franja de Gaza, piensan, ha sido fruto de su continua rebeli¨®n contra el ocupante. "Mientras los coches de los israel¨ªes circulen tranquilamente por las carreteras de Cisjordania no se marchar¨¢n. Primero hay que conseguir que s¨®lo puedan transitar con todoterrenos. Despu¨¦s, que s¨®lo lo hagan los tanques. Como en Gaza", dice un lugare?o. Hoy el sentimiento de orgullo en muchos residentes de la depauperada franja se ha inflamado. En Cisjordania cunde el t¨®pico de que el car¨¢cter y h¨¢bitos de los naturales de Gaza son poco refinados, toscos. "Tal vez", agrega, "pero desde septiembre ya no soportamos los controles militares israel¨ªes. Nos movemos libremente".
Son rocosos los partidarios de Ham¨¢s. Desde el mes de octubre -cuando un atentado suicida perpetrado por un terrorista de Yihad Isl¨¢mica proveniente de Cisjordania mat¨® a seis civiles israel¨ªes en la ciudad mediterr¨¢nea de Hadera-, la aviaci¨®n israel¨ª se ceba con la franja. Los activistas de Yihad Isl¨¢mica y de los Comit¨¦s de Resistencia Popular lanzan cohetes Kassam sobre territorio del Estado sionista. Una veintena de milicianos palestinos han muerto en sus veh¨ªculos alcanzados por misiles del Tsahal. Media docena de transe¨²ntes que pasaban por ah¨ª tambi¨¦n perecieron. La aviaci¨®n ha lanzado bombas de sonido; destrozado carreteras y puentes; decretado el cierre de pasos fronterizos; anulado, a pesar de la presi¨®n diplom¨¢tica de EE UU, su compromiso de permitir el paso de un pu?ado de autobuses escoltados para conectar Gaza con Cisjordania. Ham¨¢s se contiene. Pact¨® hace casi un a?o con el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, una tregua que cumple a rajatabla. Israel no da respiro. Son al menos 700 los dirigentes del grupo radical detenidos en los ¨²ltimos meses en Cisjordania, antes del ataque suicida de Hadera. El alto el fuego de Ham¨¢s estar¨¢ en vigor hasta la cita con las urnas.
Ashraf al Ajrami, escritor y director del Departamento de Asuntos Israel¨ªes del Ministerio de Informaci¨®n, es ac¨¦rrimo adversario pol¨ªtico de Ham¨¢s. Detesta el fundamentalismo. Pero no resta vigor a los argumentos de los islamistas: "Ham¨¢s y Yihad Isl¨¢mica han aprovechado el fracaso de los procesos pol¨ªticos desde la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993 y 1995, para difundir la idea de que s¨®lo el avance del fundamentalismo isl¨¢mico y su resistencia a la ocupaci¨®n pueden dar frutos". En una de las facultades de la Universidad de Bir Zeit, al norte de Ramala, sede del Gobierno palestino, cuelga un gran mural de Yasir Arafat y del jeque Ahmed Yasin, fundador de Ham¨¢s, junto a otros pr¨®ceres. A ras de suelo, un mar de banderas verdes del movimiento fundamentalista engalana el campus. Son las ¨²nicas. En las avenidas y callejuelas de las ciudades de Gaza se observa asimismo una apabullante presencia verde. "Es tambi¨¦n el turno de la pol¨ªtica", dice el profesor Al Tarjaui. El "tambi¨¦n" tiene miga. Porque Ham¨¢s no est¨¢ dispuesto a rendir las armas.
"El partido mejor preparado es Ham¨¢s. Las decisiones que adopta la direcci¨®n son respetadas sin vacilaci¨®n, lo contrario de lo que sucede en Al Fatah. Han elaborado muy bien las listas electorales. Un hecho significativo desde la tregua de febrero de 2005 es que Ham¨¢s ha demostrado que puede ser un socio de la ANP, que respeta lo que firma", precisa Al Ajrami.
Los m¨¢s carism¨¢ticos m¨¦dicos, abogados, docentes universitarios, profesionales, cristianos y prisioneros de Ham¨¢s se batir¨¢n el cobre en cada circunscripci¨®n. En la lista nacional de 66 nombres -para una C¨¢mara de 132 diputados- no son necesarios los candidatos m¨¢s prestigiosos. La etiqueta del partido es suficiente. Y las divisiones internas de Al Fatah dan alas a Ham¨¢s. Los resultados de los islamistas en los comicios de diciembre en tres grandes ciudades cisjordanas han "desbordado las expectativas" de sus l¨ªderes. En Nabl¨²s y El Bireh logr¨® m¨¢s del 70% de los sufragios. En Yen¨ªn super¨® el 50%.
Lo han conseguido con un programa sin concesiones que recitan de memoria los palestinos. "Ham¨¢s alcanzar¨¢ nuestros derechos leg¨ªtimos: el regreso de los refugiados, la liberaci¨®n de Jerusal¨¦n y de los prisioneros. Nunca cambiaremos nuestros objetivos. Participamos en las elecciones porque queremos ser parte de los cambios. Este paso hacia el Parlamento destaca la vitalidad de Ham¨¢s", clam¨® Ismail Hania, cabeza de la candidatura, el d¨ªa de su presentaci¨®n. La lista para la Reforma y el Cambio emplear¨¢ como s¨ªmbolo la media luna verde. La preocupaci¨®n cunde en los partidos laicos.
"Los movimientos islamistas han logrado que el discurso pol¨ªtico se impregne de conceptos religiosos", apunta Ajrami. En todo acto pol¨ªtico de calado, el presidente Abbas no omite nunca la referencia a "los m¨¢rtires". "No soy optimista sobre el porvenir de la cultura pol¨ªtica palestina", agrega el escritor. En la calle, con mezquitas a rebosar y m¨¢s templos en construcci¨®n, los ciudadanos han adoptado pautas religiosas. Si hace tres d¨¦cadas las mujeres que portaban el hijab representaban una cantidad testimonial, hoy son aplastante mayor¨ªa. Maha, la fil¨®loga, asegura que nada m¨¢s salir de Jan Yunis destapa su cabeza. "Me cubro por tradici¨®n. Cuando llegu¨¦ de EE UU no lo utilizaba. A mi familia no le importa, pero es preferible desde que estall¨® la primera Intifada. Eres m¨¢s respetada y facilita las relaciones con cualquiera". Al margen de lo que suceda con su asalto al Parlamento, Ham¨¢s ya ha triunfado en las calles.
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