"He sido rojo toda mi vida y sigo si¨¦ndolo"
Angel Mullor nos recibe en su despacho, en el que no hay muchas maquetas de aviones. Volar le gusta poquito, aunque, confiesa, "esas cosas no puedo decirlas".
Pregunta. ?C¨®mo lleg¨® hasta este sill¨®n?
Respuesta. Es el devenir de un mont¨®n de a?os trabajando en reconversiones de empresas. Antes me tragu¨¦ toda la reconversi¨®n del acero espa?ol, la gerencia sider¨²rgica, las reconversiones de las empresas de bienes de equipo el¨¦ctrico, del grupo Cenemesa, de ABB y, por fin, ¨¦sta. Me toc¨® ¨¦sta despu¨¦s de que nos ofrecieran otras -digo nos porque en los ¨²ltimos a?os ¨ªbamos siempre juntos Xabier de Irala y yo- que nos parec¨ªan m¨¢s complicadas.
P. Llegaron a Iberia como pareja de hecho.
R. S¨ª, s¨ª, absolutamente. Lleg¨® Irala, dijo que se tra¨ªa su equipo, y su equipo era yo, con gran sorpresa para los chicos del PP, que le hab¨ªan nombrado.
"Me llegan todas las cartas al presidente. Tengo quejas y reclamaciones que, en much¨ªsimos casos, a m¨ª me har¨ªan protestar todav¨ªa m¨¢s"
"Recordamos a nuestros trabajadores que el se?or que est¨¢ delante es el que les est¨¢ pagando el sueldo, y que un pasajero descontento es dificil¨ªsimo de recuperar"
"?ltimamente me doy cuenta de que mando incluso m¨¢s de lo que yo pienso. Comentarios que a veces hacemos, los que est¨¢n alrededor los asumen como una orden"
P. Luego, dicen, sus dotes de negociador con los sindicatos le auparon al puesto actual, cuando se privatiz¨® la compa?¨ªa.
R. No s¨®lo de negociar con los sindicatos, sino de gestionar esos procesos de reconversi¨®n, en los cuales la negociaci¨®n sindical es un elemento important¨ªsimo.
P. Cuando lleg¨® el nuevo presidente, Fernando Conte, se dijo que igual usted se iba. Bien es cierto que, a sus 57 a?os, est¨¢ calentito para el ERE.
R. Todav¨ªa no me pilla [r¨ªe]. Ni siquiera el de Iberia. Lo cierto es que yo nunca he estado aqu¨ª con un horizonte de m¨¢s de un a?o. Precisamente eso es lo que me ha permitido al final estar diez.
P. ?Puede vivir Iberia sin usted?
R. Sin la m¨¢s m¨ªnima duda. Y hasta podr¨¢ vivir mejor el d¨ªa que yo me vaya.
P. ?Y usted sin Iberia, a tenor de lo que cobra?
R. Pues tambi¨¦n, sin la m¨¢s m¨ªnima duda. Aunque tendr¨¦ que apretarme el cintur¨®n [r¨ªe].
P. ?Qu¨¦ problemas les acucian?
R. Iberia tiene que adaptarse a una situaci¨®n de mercado totalmente nueva. La gran mayor¨ªa de las compa?¨ªas de aviaci¨®n tradicionales desaparecer¨¢n si no son capaces de evolucionar en muy poco tiempo. Est¨¢ pasando en EE UU donde, de las seis grandes, cuatro est¨¢n en suspensi¨®n de pagos, y otras dos han estado a punto.
P. ?Y ustedes tienen la f¨®rmula m¨¢gica?
R. Hemos presentado un plan director, que supondr¨ªa dar la vuelta en tres a?os a la compa?¨ªa, con dos objetivos: los costes, porque hay agentes en el mercado que los tienen mucho m¨¢s baratos que los nuestros, y ¨¦sos nos pueden echar, y la selecci¨®n de los mercados en los que estamos en condiciones de actuar.
P. ?Las compa?¨ªas de bajo coste les comen el terreno?
R. S¨ª, sobre todo el de los pasajeros que van de punta a punta. Somos una compa?¨ªa de red: gran parte de nuestros pasajeros vienen a Madrid para enlazar con otros vuelos. Esa estructura no la tienen las compa?¨ªas de bajo coste, y por ah¨ª no pueden competir con nosotros. Pero en el resto, s¨ª.
P. ?Est¨¢ satisfecho con el funcionamiento de Iberia?
R. No, no. Yo tengo un problema: me llegan todas las cartas o quejas al presidente. Y para quitarme el mal sabor de boca tengo que acordarme del n¨²mero de pasajeros que transportamos a diario. Tengo quejas y reclamaciones que, en much¨ªsimo casos, a m¨ª me har¨ªan protestar todav¨ªa m¨¢s.
P. ?Y, aparte de flagelarse, qu¨¦ hacen por mejorar el servicio?
R. Tenemos constantes programas de incitaci¨®n a nuestros trabajadores, que han sido funcionarios en el sentido tradicional, para recordarles que vivimos de esto; que el se?or que est¨¢ delante es el que les est¨¢ pagando el sueldo, y que un pasajero descontento es dificil¨ªsimo de recuperar.
P. Iberia tiene como catorce sindicatos. ?Le comen casi todos en la mano?
R. Ni mucho menos. Los sindicatos son muy independientes. Digamos que yo tengo una buena relaci¨®n con algunos de ellos, que me viene no s¨®lo de Iberia, sino de mucho antes. Yo creo que jam¨¢s he enga?ado a un sindicato.
P. Le dec¨ªa el casi por el SEPLA. Los pilotos piden su cabeza cada dos o tres meses.
R. Lo cual a veces es molesto, porque lo que hacen es prolongar mi presencia aqu¨ª. Cuando alguien promete l¨ªos y follones, me entran m¨¢s ganas de quedarme.
P. ?Los pilotos descienden de la pata del caballo del Cid?
R. Los pilotos y las azafatas: los tcp, t¨¦cnicos de cabinas de pasajeros, que, si no se enfadan, tienen unos convenios que provienen de una ¨¦poca en la que hablar de aviaci¨®n era hablar de ¨¦lites, y consiguieron unos convenios que hoy no tienen nada que ver con la realidad. Por decirlo claramente: hoy cobra m¨¢s, en muchos casos, un tcp que un subdirector general de Iberia. Y cobra m¨¢s un piloto que un director de Iberia.
P. ?Usted querr¨ªa tener sueldo de piloto?
R. Hoy ya no. Durante muchos a?os de mi vida, s¨ª [r¨ªe].
P. Este verano fue bastante pol¨¦mico su pelotazo al deshacerse de su paquete de acciones.
R. Ese supuesto pelotazo, para poner las cosas en su sitio, supon¨ªa algo as¨ª como 200.000 euros de plusval¨ªa para m¨ª, y eran todas las acciones que he recibido en los 10 a?os que llevo en esta compa?¨ªa, siendo consejero delegado. La verdad es que me vencieron unas opciones y yo compr¨¦ y vend¨ª.
P. ?Con el PSOE se vuela mejor que con el PP?
R. Las relaciones con la Administraci¨®n, con la Administraci¨®n cercana, son infinitamente mejores. Con AENA, con el Ministerio de Fomento. Much¨ªsimo mejor que en la ¨¦poca de Cascos. Ahora, tengo que reconocer que, por primera vez en los Gobiernos de los ¨²ltimos a?os, el PP apoy¨® a la direcci¨®n de Iberia en todos los conflictos que tuvimos. Nos dejaron hacer mientras fuimos empresa p¨²blica. Y antes no hab¨ªa pasado.
P. De secretario de prensa del Comit¨¦ Central del PCE a consejero delegado de Iberia. ?Entre sus deportes est¨¢ el salto con p¨¦rtiga?
R. La verdad es que no. Entre los deportes que hago no hay nada que sea saltar. Yo discurro. Hago esqu¨ª. Y ¨²ltimamente, hace ya m¨¢s de diez a?os, golf, incluso. Pero mi deporte favorito es plantar ¨¢rboles.
P. ?Es usted rojo?
R. Yo he sido rojo toda mi vida. Y sigo si¨¦ndolo.
P. ?Y qu¨¦ queda del Mullor que, cuando vino Carrillo a Espa?a con la peluca, seleccionaba a los periodistas para la rueda de prensa?
R. Pues en cuanto a planteamientos pol¨ªticos y sociales, tengo los mismos que entonces. El PCE reun¨ªa a la mayor parte de los antifranquistas que ¨¦ramos capaces de superar el miedo a actuar contra el r¨¦gimen.Hoy sigo siendo persona de izquierdas, me siguen incluso molestando muchas posiciones del PSOE, en las que me parecen tibios. Por ejemplo, hoy, defender la Constituci¨®n es defender el proceso para elaborar el Estatuto de Catalu?a. Y se han dejado comer el terreno absolutamente por el Partido Popular, que est¨¢ defendiendo posiciones retr¨®gradas. Y los que defienden posiciones mucho m¨¢s avanzadas lo hacen con miedo, con desconcierto, con incapacidad para presentar una imagen ¨²nica de partido. Me tienen muy cabreado ¨²ltimamente.
P. Usted ten¨ªa bastantes malas pulgas. ?Ha cambiado?
R. Qu¨¦ va, yo no ten¨ªa malas pulgas. Yo era de los que mejor me llevaba entre todos los grup¨²sculos que hab¨ªa en esa ¨¦poca en la Universidad, que, precisamente por estar muy cercanos, se odiaban a muerte. Actuaba de enlace porque era capaz de llevarme bien con casi todos. Otra cosa es que yo era muy t¨ªmido, y a veces me retra¨ªa.
P. ?Sigue mandando mucho, y gust¨¢ndole?
R. Pues la verdad es que ¨²ltimamente me doy cuenta de que mando incluso m¨¢s de lo que yo pienso. Supongo que les pasa a todos los que llevan ya muchos a?os en puestos como ¨¦ste. Comentarios que a veces hacemos y a los que no les damos m¨¢s importancia, los que hay alrededor lo asumen como una orden. Y eso al final nos obliga a ir con mucho cuidado en las cosas que decimos.
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