Espionaje

Entre los m¨¢s de 150 grupos o asociaciones, y probablemente miles de ciudadanos de EE UU sometidos a espionaje por su propia Administraci¨®n, de forma ilegal, sin autorizaci¨®n de un juez, figuran los vegetarianos del PETA (People for the Ethical Treatment of Animals). Los m¨¦todos son impropios, de acuerdo, pero ya dijo en su momento Samuel Huntington, el te¨®rico de la guerra de las civilizaciones, que "los arquitectos del poder necesitan crear una fuerza que pueda ser sentida, pero no vista".

Admit¨¢moslo. Bush ha dado esta vez en el clavo. Hasta ahora lo ve¨ªa un poco desorientado a la hora de focalizar el enemigo interior. McCarthy, el de la "caza de brujas", apuntaba mejor. No se iba a lejanos desiertos, con Hollywood a tiro de piedra. El senador McCarthy y otro c¨¦lebre perseguidor, el director del FBI, Edgar Hoover, eran hombres muy virtuosos, es decir, dos sinverg¨¹enzas. Un aut¨¦ntico peligro para su pa¨ªs y sus ciudadanos, seg¨²n se supo m¨¢s tarde, pero muy condecorados en su ¨¦poca. Hicieron su sucio trabajo: rompieron vidas, destrozaron talentos, intimidaron a la gente y acobardaron a la opini¨®n liberal. McCarthy y compa?¨ªa consiguieron, por ejemplo, un triunfo muy importante para la seguridad nacional: acabar con la sonrisa y el andar de Charlot. Acosado, el genial c¨®mico se larg¨® y jam¨¢s volvi¨® a pisar EE UU.

De Charlot a los vegetarianos del PETA. Bush ha encontrado la l¨ªnea. Ya era hora de que alguien metiera mano a los fan¨¢ticos de las lechugas. Ser vegetariano, eso s¨ª que es un fundamentalismo. He visto grupos familiares, felices alrededor de un pavo asado, desestabilizados con crueldad por un pariente vegetariano con un mitin navide?o en contra de la digesti¨®n de cad¨¢veres. Si eso lo hace un cu?ado, imaginen el pollo, o pavo, que puede armar un grupo organizado. Greenpeace tambi¨¦n figura entre los monitorizados, eufemismo para denominar el nuevo espionaje. Donde la punter¨ªa de Bush ha sido providencial es en el cerco a Catholic Workers (Trabajadores Cat¨®licos), una organizaci¨®n que lucha contra la pobreza y que los sucesores de Hoover definen como "semicomunista". Bueno, tambi¨¦n Bush es un semipresidente. Atento el servicio de monitorizaci¨®n. Una de estas noches, en Bel¨¦n, de padres desterrados, va a nacer un pacifista, semicomunista, y lo que es peor, vegetariano.