Adicci¨®n al tabaco ?Es suficiente la voluntad?
La entrada en vigor de la ley del tabaco aprobada por el Parlamento ha puesto de manifiesto el problema de las conductas adictivas, y con ¨¦l, todos los t¨®picos, valoraciones morales y prejuicios sobre este tema en el que curiosamente se olvidan los conocimientos que las neurociencias han aportado en estas ¨²ltimas d¨¦cadas.
Todos podemos comprender las motivaciones psicol¨®gicas y sociales por las cuales una enorme proporci¨®n de j¨®venes y adultos usa el tabaco, as¨ª como otras sustancias con capacidades adictivas; pero cuesta entender cu¨¢les son las razones que subyacen cuando esta conducta va mas all¨¢ de las intenciones y de la voluntad de algunos individuos, trayendo desastrosas consecuencias para sus vidas.
Y es que la adicci¨®n no se produce por el ¨²nico efecto de tomar contacto con la droga o con cantidades ingentes de ¨¦sta, como en el caso del tabaco. As¨ª, del porcentaje de fumadores, que puede rondar cifras cercanas al 31 % de la poblaci¨®n (Encuesta Nacional de Salud 2003), se estima que entre un 5% y un 20% sufrir¨¢ dependencia. (En el caso de la coca¨ªna, los dependientes son aproximadamente un 16% de los que la consumen).
?En qu¨¦ se diferencia una persona con malos h¨¢bitos de salud que abusa o consume perjudicialmente tabaco u otras drogas, de otra persona que sufre de la enfermedad denominada "adicci¨®n o dependencia"?
-En que la primera puede plantearse dejar de consumir con su propia voluntad, con ayuda y con consejos; mientras que para la persona que sufre dependencia la droga es tan necesaria que le cuesta imaginar que pueda vivir, trabajar y disfrutar sin su droga objeto. Se preguntar¨¢ por qu¨¦ tiene que abandonar lo que le est¨¢ proporcionando su "impulso vital", e ir¨¢ posponiendo la decisi¨®n de abandonar la droga con razonamientos diversos.
En este caso, abandonar la droga no depende de la voluntad o de la firme determinaci¨®n del individuo, porque nos encontramos ante una enfermedad perfectamente conocida, denominada "conducta adictiva o dependencia" y que se define como una enfermedad cerebral caracterizada en lo fundamental por el uso y la b¨²squeda compulsiva de la droga objeto, y cuyo curso es persistente, cr¨®nico y con reca¨ªdas habituales cuando el enfermo intenta abstenerse.
?Cu¨¢l es el motivo por el que algunas personas puedan acercarse a las drogas y detener con su voluntad el consumo, mientras otras desarrollan la adicci¨®n o dependencia y se sienten incapaces de dejarlo?
-La investigaci¨®n en neurociencias ha puesto de manifiesto que mientras que los factores sociales (prestigio, permisividad... etc¨¦tera) son los m¨¢s relevantes en el acercamiento y uso inicial de las drogas, son, sin embargo, los factores individuales -gen¨¦ticos, de personalidad, y otros trastornos mentales- los determinantes fundamentales de la adicci¨®n.
?Cu¨¢l es el aporte fundamental de las neurociencias en el estudio de la adicci¨®n?
-Todas las drogas de abuso, desde el alcohol, pasando por la hero¨ªna y coca¨ªna, hasta el tabaco, act¨²an sobre mecanismos cerebrales comunes denominados circuitos de recompensa localizados en el cerebro medio y que conectan con la corteza cerebral. Este circuito cerebral indica a otros centros cerebrales cuan satisfactoria es una actividad, y cuanto m¨¢s, intentar¨¢ repetirla. Este mecanismo normal se involucra en las recompensas naturales como la comida, el sexo o una buena sinfon¨ªa. Pero las alteraciones en estos circuitos pueden producir una menor capacidad hed¨®nica, por lo que algunos individuos presentan una especial predisposici¨®n hacia la dependencia cuando se acercan a las sustancias adictivas. Este concepto de enfermedad adictiva permite entre otras cosas luchar contra el estigma negativo que rodea al adicto: "El que se droga es porque quiere y s¨®lo su falta de voluntad no le permite luchar contra su adicci¨®n".
Hasta hace pocos a?os, el problema de las conductas adictivas se vinculaba a un origen social -la sociedad todav¨ªa tiende a aceptar esta visi¨®n-, lo que provoc¨® que las adicciones hayan sido tratadas en dispositivos terap¨¦uticos cuyo ¨²nico m¨¦todo era la reeducaci¨®n (en algunos casos los enfermos eran encerrados y privados de sus derechos), con m¨¦todos que se apoyaban en ideolog¨ªas sin ning¨²n fundamento cient¨ªfico, al igual que hab¨ªa ocurrido anteriormente con otras enfermedades ps¨ªquicas, cuyo caso paradigm¨¢tico es la esquizofrenia. Tambi¨¦n estas conductas adictivas han sido tratadas con enfoques exclusivamente psicologicistas, desconociendo las bases biol¨®gicas de la enfermedad mental, de las cuales la adicci¨®n es una m¨¢s.
Hoy, gracias a la investigaci¨®n epidemiol¨®gica, se sugiere que ciertas caracter¨ªsticas de la personalidad infantil, as¨ª como trastornos mentales preexistentes (depresi¨®n, ansiedad, trastornos de conducta, etc¨¦tera), incrementan el riesgo de los adolescentes de iniciar consumos que deriven en adicci¨®n.
Las estad¨ªsticas indican que m¨¢s de la mitad de los cigarrillos vendidos en EE UU lo son a personas que tienen alg¨²n trastorno mental, lo que ilustra la ¨ªntima relaci¨®n entre adicciones y otras enfermedades mentales. La concurrencia de ambas patolog¨ªas se denomina por los expertos "patolog¨ªa dual".
En consecuencia: ?es suficiente la voluntad para dejar de fumar?
-Los fumadores que pretenden dejar de hacerlo buscan ayudas en una variedad y diversidad de tratamientos, algunos muy alejados del conocimiento cient¨ªfico, y la mayor¨ªa de ellos lo consigue s¨®lo con su determinaci¨®n y fuerza de voluntad para dejar "el h¨¢bito". Pero un porcentaje de ellos, que como sabemos es minoritario, sentir¨¢n tal grado de malestar o deseos de volver a fumar, que volver¨¢n a recaer una y otra vez: son los adictos, que necesitar¨¢n la ayuda y el tratamiento adecuados que aportan las neurociencias, para apoyar su determinaci¨®n y fuerza de voluntad.
Nestor Szerman Bolotn¨¦r es psiquiatra adjunto del hospital Virgen de la Torre de Madrid y es presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Patolog¨ªa Dual.
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