La Universitat de Val¨¨ncia apuesta por los deportes m¨¢s atrevidos
Triunfan actividades curriculares como el kendo japon¨¦s
"Supongo que podemos decir que el deporte b¨¢sico ha ca¨ªdo", comenta Vicente Ortiz, coordinador de deportes del Servei d'Educaci¨® F¨ªsica i Esports de la Universitat de Valencia. La oferta en este tipo de deporte, el de toda la vida, era necesario complementarla con otra bien distinta para vincular un nuevo alumnado a los servicios deportivos de la Universidad. "Es el signo de los tiempos", explica Ortiz. "Hay m¨¢s tiempo de ocio, y las personas deben emplearlo de alg¨²n modo; entendemos que una buena manera de hacerlo es insertar el deporte universitario en esa conexi¨®n l¨²dica, distanciarlo de la competici¨®n como opci¨®n hegem¨®nica".
Para Ortiz, el miedo a hacer el rid¨ªculo o a quedar mal en competici¨®n puede frustrar el inter¨¦s por el deporte. "La mayor¨ªa de nuestras estudiantes son mujeres, y su concepci¨®n del deporte es menos competitiva y agresiva que la masculina". "Comprobarlo ha sido vital para que nos esforcemos en ofrecer muchas actividades deportivas que resulten nuevas y recreativas". A ello hay que a?adir que muchas de las actividades son cursos curriculares de libre elecci¨®n; dan cr¨¦ditos.
"Hay que vender bien el deporte si queremos darle vida en el ambiente universitario", opina Ortiz. Insiste adem¨¢s en el papel inici¨¢tico que ha tenido la Universidad de Valencia en vincular las actividades f¨ªsicas a las curriculares. "Al principio nos dec¨ªan, ?pero c¨®mo va a dar cr¨¦ditos jugar con la piloteta?". Hoy se imparten 100 cursos curriculares de libre elecci¨®n. El 70% de los profesores son de la Universidad, el resto contratados de fuera. Los no estudiantes pueden asistir a actividades. Para los universitarios, que deber¨¢n examinarse para obtener los tres cr¨¦ditos de rigor, el precio es de unos 60 euros por curso de 30 horas. "La demanda nos ha desbordado, tenemos miles de alumnos", apunta Ortiz. "Las opciones m¨¢s solicitadas son las 'recreativas en la naturaleza' y las 'actividades con m¨²sica'. Entre las primeras, levant¨® mucha expectaci¨®n 'Descenso de barrancos'. Entre las que se acompa?an de m¨²sica, destaca 'iniciaci¨®n al aer¨®bic".
Los asistentes suelen tener entre 18 y 25 a?os. "Pueden cursar actividades poco frecuentes como equitaci¨®n o vela". Ortiz ha aprovechado barqueros de L'Albufera. "Ellos ten¨ªan horas muertas, y les hemos vinculado a esta actividad; todos hemos salido ganando". Lo mismo sucede con la equitaci¨®n. "La Universidad no dispone de caballos, pero hemos llegado a acuerdos". "Tambi¨¦n acompa?amos los cursos de mesas redondas y actividades culturales, algo que una teor¨ªa y pr¨¢ctica".
La primera mesa redonda que se hubo en Valencia sobre la Copa del Am¨¦rica se celebr¨® en este marco. Otra bastante singular llevaba el siguiente t¨ªtulo: "?Violencia, agresividad o educaci¨®n en las artes marciales?".
"Sin duda, educaci¨®n para el individuo", opina Vicente Soriano, profesor de kendo (esgrima japonesa) en la universidad. Su disciplina -que tambi¨¦n es curricular- cumpli¨® su d¨¦cimo a?o de ense?anza en 2005, lo que la sit¨²a como pionera en la ense?anza universitaria espa?ola de kendo. "Tenemos unos 70 alumnos, hay quienes asisten de modo curricular y otros no". El arte del kendo, para entendernos, es el de los samurai, pero despojado de violencia. "Es una disciplina de t¨¦cnica y profundidad, en la que el estudiante puede llegar tan lejos como desee, puesto que hay muchos matices, y ¨¦ste es su atractivo". La armadura no debe adquirirla el usuario (puede costar unos 250 euros), hasta mucho tiempo despu¨¦s de comenzar, hasta que no est¨¦ muy familiarizado con el shinai, la suerte de sable de bamb¨² que se utiliza para luchar, por as¨ª decirlo, con un contrincante, que siempre es m¨¢s compa?ero que rival. Est¨¢ prevista la asistencia al pr¨®ximo Open de Kendo de la Universitat de Valencia de t¨¦cnicos japoneses de esta materia, algo que un d¨ªa podr¨ªa derivar en la formaci¨®n de t¨¦cnicos de kendo valencianos. "Tenemos m¨¢s mujeres que hombre entre los grupos, y ellas asisten con mayor fidelidad", indica Soriano. Una de ellas, Blanca, de 27 a?os, estudiante de doctorado, apunta que el kendo es, para ella, "una actividad de nobleza y respeto". Algo eterno, pero tan necesario en estos d¨ªas.
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