El regreso triunfal de Mitterrand
Los franceses equiparan al presidente socialista con De Gaulle a los 10 a?os de su muerte
"Ahora me odian, pero dentro de un tiempo, cuando haya muerto, me amar¨¢n". La premonici¨®n que Fran?ois Mitterrand hizo al periodista Georges-Marc Benamou en los ¨²ltimos meses de su presidencia no ha tardado en realizarse. Ayer se cumpl¨ªan 10 a?os de su muerte y su figura no s¨®lo ha crecido a la luz de la historia, sino que proyecta una sombra de nostalgia y orfandad sobre una Francia que parece sumida en una depresi¨®n colectiva. Tambi¨¦n dijo: "Yo soy el ¨²ltimo, el ¨²ltimo de los grandes presidentes", en el sentido de que la integraci¨®n europea y el proceso de globalizaci¨®n de la econom¨ªa mundial dejaba poco margen de actuaci¨®n a sus sucesores.
Frente al 1% de franceses que piensan que Jacques Chirac, su sucesor en el palacio del El¨ªseo, debe presentarse de nuevo para un tercer mandato, la opini¨®n sobre el hombre que llev¨® a la izquierda al poder en 1981 y que se mantuvo 14 a?os en la presidencia, es cada d¨ªa mejor. Dos encuestas aparecidas en torno al fin de semana le sit¨²an a la par con el general Charles de Gaulle, el fundador de la V Rep¨²blica, como el mejor presidente de los ¨²ltimos 50 a?os, muy por delante de Georges Pompidou, Valerie Giscard d'Estaign y el propio Chirac. Nadie olvida los esc¨¢ndalos que acompa?aron su segundo mandato -el juicio sobre el equipo de escuchas que hab¨ªa instalado en el mismo palacio del El¨ªseo se cerr¨® hace unos meses con sendas condenas-, pero los franceses hacen una evaluaci¨®n global de un tiempo en el que alcanzaron las mayores cotas de bienestar, aunque tambi¨¦n se sembraran las causas de muchos de los problemas que ahora afloran.
"Yo soy el ¨²ltimo de los grandes presidentes", dijo meses antes de morir
Cientos de art¨ªculos en la prensa escrita, horas y horas de programas radiof¨®nicos, innumerables programas de televisi¨®n y documentales, decenas de libros, han acompa?ado la conmemoraci¨®n. Cientos de personas acudieron ayer al cementerio de Jarnac, la localidad de Charente donde naci¨® en 1916 y est¨¢ enterrado, para depositar ramos de flores sobre su tumba. En primera fila, Mazarine Pingeot, la que fuera su hija secreta cuya existencia no fue desvelada p¨²blicamente hasta pocos meses antes de dejar la presidencia, y su hijo Gilbert, cuya madre, Danielle, no acudi¨® al acto.
Junto a ellos, la pr¨¢ctica totalidad de la c¨²pula socialista, empezando por el primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, y siguiendo por los ex primeros ministros socialistas Laurent Fabius y Lionel Jospin, y del conservador Jean-Pierre Raffarin, que cuando fue presidente de la Charente hizo posible la compra de la casa natal de Mitterrand para convertirla en museo. El ministro de Cultura, Renaud Donnedieu de Vabres, deposit¨® una corona de flores en nombre del Gobierno.
Entre las ausencias m¨¢s significativas, la del ex primer ministro Michel Rocard, cuya tormentosa relaci¨®n con Mitterrand parece haberle dejado cicatrices, y la de la muy popular Segol¨¦ne Royal, actual presidenta la de la regi¨®n de Charente y compa?era sentimental de Hollande, que prefiri¨® acudir a Chile para apoyar a la candidata socialista a la presidencia del pa¨ªs suramericano, Michelle Bachelet.
En Par¨ªs, la sede del PS se abri¨® ayer a los militantes del partido, que reconstruy¨® el despacho que ocupaba Mitterrand. El alcalde socialista de la capital, Bertrand Delan?e, ha creado un recorrido tur¨ªstico por los 10 lugares emblem¨¢ticos de la capital que m¨¢s amaba el hombre al que los franceses llamaban familiarmente Tonton, un tipo determinado, seductor, culto hasta la erudici¨®n, pero tambi¨¦n maquiav¨¦lico y obsesionado por el poder y por su lugar en la Historia. Muri¨® el 8 de enero de 1996, a los 79 a?os, siete meses despu¨¦s de dejar la presidencia, de un c¨¢ncer de pr¨®stata que le fue detectado en 1981, seis meses despu¨¦s de su elecci¨®n, pero que s¨®lo revel¨® a los franceses en 1992.
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