Dos suicidas causan 28 muertes en el Ministerio del Interior iraqu¨ª
Los insurgentes burlaron los controles de seguridad vestidos de oficiales
Dos insurgentes vestidos de oficiales lograron burlar ayer la seguridad de la sede del Ministerio del Interior iraqu¨ª, uno de los edificios mejor protegidos de Bagdad. Antes de poder acercarse a las autoridades que presid¨ªan el D¨ªa de la Polic¨ªa, los suicidas hicieron estallar los chalecos explosivos que llevaban adosados a su cuerpo. En el atentado perdieron la vida 28 personas, siete de ellas civiles y las dem¨¢s polic¨ªas.
Uno de los atacantes iba disfrazado de teniente coronel, y el segundo, de comandante. Ambos dispon¨ªan de pases especiales de acceso al edificio, uno de los m¨¢s protegidos de la capital. Cruzaron sin problemas el primer control situado en la calle. Una vez en el segundo y antes de acceder a la explanada, un guardia sospech¨® de uno de los falsos mandos policiales al darse cuenta de que del uniforme asomaba un bulto. El agente le dio el alto, le dispar¨® y se produjo una explosi¨®n, no se sabe si a consecuencia del impacto de la bala o por acci¨®n del suicida. En ese momento, el segundo suicida deton¨® el suyo provocando una matanza.
"Estamos investigando c¨®mo se hicieron con esos documentos de acceso", dijo una fuente policial. "Esto es un desastre. No podemos entender c¨®mo lograron pasar sin que nadie les registrara".
La organizaci¨®n Al Qaeda en Irak, que dirige el jordano Abu Musab al Zarqaui, se hizo responsable casi de inmediato del atentado en un comunicado colgado en una web islamista. Ninguno de los altos dignatarios que acud¨ªan a la ceremonia -los ministros iraqu¨ªes del Interior, Bayan Jabr, y de Defensa, Sadun Duleimi, y el embajador estadounidense en Irak Zalmay Khalilzad- result¨® herido.
Hace unas semanas, unos desconocidos lanzaron varias granadas de mortero durante una ceremonia similar, esta vez dedicada al D¨ªa del Ej¨¦rcito, en la que tambi¨¦n se hallaba presente el embajador de EE UU. Nadie result¨® herido, pero la insurgencia demostr¨® ante las c¨¢maras de televisi¨®n que ten¨ªa capacidad para golpear en las zonas consideradas seguras.
El Ministerio del Interior se ha convertido en el objeto del odio sun¨ª. En los s¨®tanos del edificio se encontr¨® a finales de 2005 una c¨¢rcel secreta con decenas de presos sun¨ªes custodiados por milicianos de la facci¨®n chi¨ª a la que pertenece el ministro Jabr.
La principal fuerza pol¨ªtica sun¨ª, el Frente para el Acuerdo Iraqu¨ª, ha convocado a sus seguidores a concentrarse hoy ante la mezquita de Umm al Qora para protestar contra el "vergonzoso ataque" del domingo, cuando tropas estadounidenses asaltaron las instalaciones, volaron puertas, registraron oficiales y se llevaron a cinco personas detenidas.
La mezquita, tambi¨¦n conocida como la Madre de todas las batallas, fue mandada construir por Sadam Husein tras su gran victoria (as¨ª lo proclam¨® el dictador) en la guerra del Golfo de 1991. En el templo tiene la sede el Consejo de los Ulemas iraqu¨ª, la principal organizaci¨®n religiosa de esta rama mayoritaria del islam.
Registro en una mezquita
Abdul Hadi al Zubeidi, l¨ªder de otra coalici¨®n pol¨ªtica sun¨ª, describi¨® el ataque de la mezquita como una "afrenta" a toda la comunidad. La acci¨®n, que seg¨²n el mando militar estaba relacionada con actividades terroristas, llega en un momento en el que Washington trata de convencer a los l¨ªderes sun¨ªes para que dejen de apoyar a la insurgencia. Los sun¨ªes, que gobernaron la zona durante siglos hasta la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, se oponen a los planes pol¨ªticos estadounidenses y exigen la salida de las tropas extranjeras.
En los ¨²ltimos meses se han producido adem¨¢s diversos contactos dentro y fuera de Irak con jefes de la insurgencia en un intento de separar la guerrilla nacionalista iraqu¨ª de los combatientes extranjeros, seg¨²n inform¨® The New York Times este fin de semana.
Por otra parte, The Christian Science Monitor difundi¨® ayer la identidad de su colaboradora secuestrada en Irak el s¨¢bado: se trata de Jill Carroll, una ciudadana estadounidense de 28 a?os, que llevaba varios meses escribiendo para el diario desde Bagdad.
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